Francia es reconocida por su importante patrimonio cultural, su excepcional gastronomía y sus atractivos paisajes, lo que la convierte en el país más visitado del mundo. Desde visitar lugares antiguos…
Salamanca, situada en el cuadrante noroccidental de la Península Ibérica, funciona como municipio y capital de la provincia homónima dentro de la comunidad autónoma de Castilla y León. Ocupando un segmento de la Meseta Norte, en el corazón de la comarca del Campo Charro, esta ciudad, a una altitud aproximada de 800 metros sobre el nivel del mar, alberga una población registrada de 144.436 habitantes (INE 2017) y, considerando su área funcional estable, alcanza los 203.999 habitantes, lo que la convierte en la segunda ciudad en importancia demográfica, solo superada por Valladolid, dentro de su región. Famosa por la profusión de edificios de estilo plateresco, cuyas intrincadas fachadas brillan doradas bajo la luz del sol, la yuxtaposición de Salamanca entre el antiguo tejido urbano y la vibrante vida cívica revela tanto su venerable pasado como su continua centralidad en la constelación cultural de España.
Los orígenes de la ciudad se remontan a la primera Edad del Hierro, hace unos dos milenios y siete siglos, cuando los primeros pobladores se asentaron en la colina de San Vicente, con vistas al suave meandro del río Tormes. A partir de estos modestos inicios, el paso sucesivo de las tribus vacceas y vetonas inauguró un patrón de ocupación humana que posteriormente sería superado por los ingenieros romanos —quienes, tras someter la región, erigieron fortificaciones, un puente de mampostería resistente y una vía norte-sur que unía los extremos de la península— y, posteriormente, por los visigodos custodios de esas mismas murallas. Ni siquiera la conquista musulmana del 712 d. C. pudo borrar por completo la huella de las civilizaciones anteriores, pues para el siglo XI la reconquista cristiana había restaurado el fervor de la repoblación y la construcción eclesiástica. Fue Raimundo de Borgoña, descendiente de la corte leonesa y yerno de Alfonso VI, quien, en época medieval, consolidó las bases de la Salamanca moderna, sentando las bases que aún hoy subyacen al núcleo medieval de la ciudad.
En el corazón del renombre intelectual de Salamanca se encuentra la Universidad de Salamanca, fundada en 1218 por Alfonso IX de León sobre el embrionario studium generale; su reconocimiento formal como universidad por decreto real de Alfonso X de Castilla el 9 de noviembre de 1252, y por la licentia ubique docendi del papa Alejandro IV en 1255, le confirió la distinción de primacía en la educación superior europea. En su apogeo medieval y moderno temprano, los académicos se enamoraron de su adagio Quod natura non dat, Salmantica non præstat—“Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta”—un sucinto testimonio de los rigurosos estándares de la institución. Luminarias como Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática castellana; Cristóbal Colón, quien aseguró el respaldo real para sus viajes transatlánticos dentro de estos claustros; Fernando de Rojas, cronista de romances y tragedias; Francisco de Vitoria, progenitor del derecho internacional; fray Luis de León, humanista y poeta; Beatriz Galindo, pedagoga de la corte; y Miguel de Unamuno, cuyas reflexiones existenciales unieron dos siglos, dejaron huellas indelebles en los anales del pensamiento occidental, formando lo que se convirtió en la Escuela de Salamanca.
El entorno arquitectónico de la ciudad, consagrado en 1988 cuando la UNESCO inscribió su Casco Antiguo como Patrimonio de la Humanidad, se despliega en una sinfonía arquitectónica que abarca la austeridad románica, la aspiración gótica, la complejidad plateresca, la armonía renacentista y la exuberancia barroca. Entre las más impactantes se encuentran las catedrales gemelas: la Catedral Vieja, del siglo XII, cuya nave y cripta románicas evocan las primeras iglesias de peregrinación; y la Catedral Nueva, cuya construcción, entre los siglos XVI y XVIII, combinó imponentes bóvedas góticas con florituras barrocas posteriores. Su torre principal, adosada al antiguo campanario, aún conserva las cicatrices del terremoto de Lisboa de 1755. Unidos en el Patio Chico, estos edificios articulan un diálogo a través de los siglos, mientras que en las cercanías, la Casa de las Conchas, con su fachada adornada con conchas talladas, ejemplifica el refinamiento del gótico tardío que converge en el detalle plateresco.
En una extensión de la influencia académica más allá de los muros universitarios, la Universidad Pontificia de Salamanca ocupa La Clerecía, antiguo Colegio Real del Espíritu Santo, cuyas torres gemelas barrocas y cúpula (comenzada en 1617 y terminada en el siglo XVIII) articulan las aspiraciones jesuitas hacia la grandeza; su claustro e iglesia adyacente manifiestan una teatralidad disciplinada en piedra. Los cimientos monásticos proliferan a lo largo de las arterias de la ciudad: el Convento de San Esteban, su fachada una maravilla plateresca coronada por el retablo barroco de José Benito de Churriguera; el Convento de las Dueñas, cuyo claustro pentagonal irregular tiene tallas grotescas de procedencia enigmática; el Convento de las Agustinas, la Iglesia de la Purísima con la pintura de José de Ribera; y una miríada de otros: el Convento de las Isabeles, con su techo mudéjar; el Convento de San Antonio el Real, fragmentos entretejidos en la reutilización moderna; la Anunciación de Las Úrsulas, donde los exteriores góticos dan paso a los interiores barrocos.
Los espacios públicos también resuenan con la estratificación histórica. La Plaza Mayor, diseñada entre 1729 y 1756 por Alberto y Nicolás Churriguera en un recargado estilo barroco, funciona como epicentro cívico: sus fachadas y soportales uniformes, acentuados por la imponente fachada norte del Ayuntamiento, fomentan una sensación de gravedad comunitaria. Cerca de allí, el Campo de San Francisco, el jardín público inaugural de la ciudad, ofrece un contrapunto abierto a los recintos eclesiásticos cerrados; el Huerto de Calixto y Melibea, entrelazado con la tradición literaria, alberga a los mecenas en su sombrío patio; la Plaza del Corrillo, con sus vestigios románicos y góticos, ostenta edificios porticados adornados con tallas simbólicas que insinúan un esquema calendárico.
Más allá del Casco Antiguo, donde los venerables edificios se agrupan a poca distancia unos de otros, el terreno del municipio revela dos provincias geológicas distintas que convergen en el Tormes. Al norte y al este se encuentran las cuencas sedimentarias terciarias (extensas llanuras dedicadas al cultivo de cereales), mientras que al sur y al oeste se extiende una penillanura paleozoica, cuyos robledales y pastos constituyen el Campo Charro, un reino pastoril dedicado a la ganadería. La altitud del municipio oscila entre los 911 metros en Los Montalvos, en el suroeste, y los 763 metros en el curso bajo del río. Climáticamente, Salamanca se encuentra dentro de la categoría semiárida fría (BSk) de la clasificación de Köppen, a caballo entre el umbral de los regímenes mediterráneos (Csa y Csb): los inviernos son frescos, las heladas frecuentes; los veranos cálidos a calurosos, las noches templadas; las precipitaciones se distribuyen uniformemente, aunque con una disminución en verano.
En el ámbito económico, la ciudad prospera gracias a la interrelación entre la universidad y el turismo, sectores que, a diciembre de 2007, representaban el 83 % del empleo (aproximadamente 55 838 personas), mientras que la agricultura, la ganadería, la construcción y la industria manufacturera mantienen un papel relevante, aunque secundario. La actividad industrial, situada en gran medida fuera del núcleo urbano, incluye la producción de fertilizantes y productos farmacéuticos veterinarios. El entorno científico de Salamanca ha florecido con instituciones como el Centro de Investigación del Cáncer, el Instituto de Neurociencias de Castilla y León, el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Agua y el Centro de Láser Pulsado Ultracorto e Intenso, instalaciones cuya presencia reafirma la perdurable conexión de la ciudad con la investigación y la innovación. Al mismo tiempo, la reputación de Salamanca como un lugar de primer nivel para la enseñanza del idioma español se basa en que proporciona el 78 por ciento de la oferta regional, abarcando el 16 por ciento del mercado nacional, un eje de exportación cultural que vincula la fineza lingüística con la tradición académica.
El alcance de la ciudad trasciende sus límites administrativos gracias a sus conexiones funcionales: los puntuales servicios de autobús —la línea 1, por ejemplo, conecta la estación de tren con la Plaza Poeta Iglesias, junto a la Plaza Mayor— ofrecen transporte económico; los taxis, que se solicitan en las paradas o a través de la aplicación Pide Taxi, transportan pasajeros que pagan en efectivo al finalizar el trayecto. Si bien algunos sectores de la extensión urbana pueden requerir transporte mecanizado, las principales atracciones se encuentran en un entorno peatonal, lo que garantiza que la exploración se desarrolle a un ritmo humano y pausado.
La trayectoria histórica de Salamanca abarca su reconocimiento como Capital Europea de la Cultura en 2002 (compartida con Brujas) y la conmemoración en 2005 del 250 aniversario de la Plaza Mayor mediante una constelación de eventos europeos. Sus celebraciones de Semana Santa, declaradas de interés turístico internacional en 2003, atestiguan aún más la fusión de la ciudad entre el ritual devocional y la identidad comunitaria. Así, más de dos mil setecientos años de ocupación continua —a través de orígenes tribales, dominios imperiales, florecimiento eclesiástico, eminencia académica, convulsiones sísmicas y renacimiento moderno— han conferido a Salamanca un carácter urbano a la vez estratificado y cohesionado. En las meticulosas piedras de sus fachadas, la extensión de sus plazas y la cadencia de su vida académica, se encuentra un testimonio singular de la perdurabilidad del lugar y la perpetuidad de la aspiración humana.
Divisa
Fundado
Código de llamada
Población
Área
Idioma oficial
Elevación
Huso horario
Francia es reconocida por su importante patrimonio cultural, su excepcional gastronomía y sus atractivos paisajes, lo que la convierte en el país más visitado del mundo. Desde visitar lugares antiguos…
Desde los inicios de Alejandro Magno hasta su forma moderna, la ciudad ha sido un faro de conocimiento, variedad y belleza. Su atractivo atemporal se debe a…
Desde el espectáculo de samba de Río hasta la elegancia enmascarada de Venecia, explora 10 festivales únicos que muestran la creatividad humana, la diversidad cultural y el espíritu universal de celebración. Descubre…
Los viajes en barco, especialmente en cruceros, ofrecen unas vacaciones únicas y con todo incluido. Sin embargo, existen ventajas y desventajas que se deben tener en cuenta, como ocurre con cualquier tipo de…
Precisamente construidos para ser la última línea de protección para las ciudades históricas y sus habitantes, los enormes muros de piedra son centinelas silenciosos de una época pasada.…