Hotel Arbez ofrece quedarse y dormir en dos países al mismo tiempo que cruza la frontera entre Suiza y Francia. La razón de esto es que se construyó antes de que se determinara la nueva frontera entre estos dos países.
El hotel fue construido en el siglo XIX, y tiene sólo dos estrellas, pero merece la pena visitarlo y pasar al menos una noche en él por esta historia.
Sobre la base del documento de paz de 1862, firmado entre los gobiernos de Suiza y Francia, se trazó una nueva línea de demarcación entre los dos países.
Antes de que el acuerdo entrara en vigor, un empresario local construyó un edificio que tenía una cafetería en el lado francés y una tienda en el lado suizo. En 1921, el edificio fue comprado por Jozef Arbez y convertido en hotel.
Lo más interesante es que muchas habitaciones de hotel están atravesadas por fronteras, por lo que puedes dormir con la cabeza en Suiza y los pies en Francia o viceversa.
Este hotel cocina especialidades de ambas cocinas, así que puedes probar la fondue al estilo suizo o disfrutar del culto foie gras.
