Algunos sitios misteriosos y ocultos a las miradas indiscretas permanecen en Google Maps, despiertan interés y dan pie a conjeturas. Cuidadosamente ocultos a la vista del público, estos enclaves secretos ofrecen una ventana a un mundo de misterio y secreto que se encuentra más allá de nuestro alcance digital.
Enclavada en la exuberante campiña holandesa entre Eindhoven y Nijmegen, la base aérea Volkel es uno de estos lugares misteriosos. Este modesto puesto militar, que según los registros de Wikileaks implica la presencia de 22 misiles nucleares estadounidenses, centinelas silenciosos de una época pasada, tiene un escalofriante legado de la Guerra Fría.
Viajando hacia el sur, nos topamos con una rareza a lo largo de la soleada costa mediterránea española. Aquí, entre las playas doradas y los mares azules, Google Maps muestra una zona negra que se cree oculta un sistema de radar estadounidense que vigila de cerca esta estratégica zona marítima.
A medio mundo de distancia, en una colina que domina Taipei, la vibrante capital de Taiwán, una fortificación invisible vigila el lugar. Este complejo secreto, sede del servicio de inteligencia local, permanece oculto en la oscuridad digital; solo se puede llegar a él por una carretera sin pretensiones y notoriamente no aparece en las imágenes satelitales.
La Tierra Santa en sí misma plantea un desafío cartográfico especial. Aunque hay fotografías aéreas de Israel disponibles, se resisten ferozmente a la ampliación; todos los edificios están borrosos y difusos. En la mayor parte del país, este velo digital de secreto deja sus complejos detalles tentadoramente fuera del alcance.
No muy lejos de la antigua ciudad de Colonia, cerca de la frontera franco-alemana, se encuentra la ciudad de Geilenkirchen. Junto a esta modesta ciudad, aparece y desaparece de la vista una humilde base aérea de la OTAN, cuyas líneas exactas se ocultan deliberadamente a la vista de los demás.
Al llegar a la costa española nos topamos con otro misterio cerca de la antigua ciudad portuaria de Cartagena. Aquí, una marca negra en el mapa esconde una instalación no identificada cuyo objetivo y naturaleza la imaginación de los curiosos puede explorar.
Por fin, miramos hacia la gran frontera entre Estados Unidos y México, donde el poderoso Río Grande sigue una frontera natural entre países. Pero una parte de este famoso río desaparece en una neblina digital en el distrito Hudspeth de Texas. Más al oeste, un tramo de 20 kilómetros cerca de Ciudad Juárez también desaparece de la vista, una ofuscación deliberada pensada para impedir operaciones transfronterizas ilegales.
Cada uno de ellos cubierto por su propio velo de secreto, estos siete sitios son prueba del delicado equilibrio entre la apertura y la seguridad nacional en nuestra sociedad interconectada. Nos recuerdan que algunos secretos permanecen deliberadamente ocultos mientras nos preguntamos por la capacidad de la cartografía moderna para exponer los secretos de la Tierra y nos animan a considerar lo que vive más allá de los píxeles de nuestras pantallas.