Marruecos-Datos interesantes

Marruecos: Datos interesantes

Marruecos es una tierra fascinante donde convergen las culturas africana, árabe y europea. Conocido por sus antiguas medinas (Fez, Marrakech), sus pueblos de montaña azules (Chefchaouen) y sus vastos desiertos (las dunas del Sáhara), Marruecos sorprende por su diversidad. Los viajeros curiosos descubren que alberga nueve sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, algunos de los fósiles humanos más antiguos del mundo e incluso produce el "oro líquido": el aceite de argán. Su gastronomía (cuscús, tajín, té de menta), sus artes tradicionales (coloridos mosaicos, alfombras) y su cálida hospitalidad son reconocidas mundialmente. Los avances modernos —trenes de alta velocidad, proyectos de energías renovables y ciudades vibrantes— se integran a la perfección con tradiciones centenarias. En resumen, Marruecos ofrece un caleidoscopio de datos fascinantes: desde su legendaria hospitalidad hasta su papel como puente entre continentes, cada detalle es una historia por contar.

Datos rápidos sobre Marruecos: Lo esencial de un vistazo

  • Nombre oficial: Reino de Marruecos.
  • Capital: Rabat (capital administrativa); Ciudad más grande: Casablanca (centro económico).
  • Población: Unos 38 millones (estimación para 2024), una mezcla de herencia árabe, amazigh (bereber), africana y europea.
  • Área: ~710.000 km² (incluido el Sáhara Occidental); aproximadamente del tamaño de Texas o Francia.
  • Idiomas oficiales: El árabe (árabe marroquí «darija») y el tamazight (dialectos bereberes) son idiomas de uso común. El francés y el español se utilizan ampliamente en los negocios, la educación y los medios de comunicación.
  • Divisa: Dirham marroquí (MAD).
  • Gobierno: Monarquía constitucional bajo el rey Mohammed VI (reinado 1999-presente), de la dinastía alauita (un linaje real que se remonta al año 789 d. C.). Marruecos posee la monarquía continua más larga de África.
  • Religión: Predomina el islam suní (escuela malikí). Alrededor del 99% de los marroquíes son musulmanes; existen pequeñas minorías judías, cristianas y bahá'ís. Las festividades religiosas (Eid al-Fitr, Eid al-Adha) son fiestas nacionales.
  • Huso horario: UTC+1 (GMT+1); durante el Ramadán los relojes se adelantan a UTC+0.
  • Código de llamada internacional: +212. Dominio de Internet: .ma (y .المغرب en árabe).
  • Lema nacional: “Allāh, al-Waṭan, al-Malīk” (Dios, la patria, el rey) “Dios, Patria, Rey”La estrella verde sobre la bandera roja de Marruecos simboliza el Sello de Salomón y la herencia real de Marruecos.
  • Fronteras: Marruecos limita con Argelia (al este), el Sáhara Occidental (al sur, territorio en disputa bajo control marroquí) y dos enclaves españoles en África (Ceuta y Melilla) en la costa norte del Mediterráneo. El punto más cercano de Marruecos a Europa se encuentra a tan solo 14 km, al otro lado del estrecho de Gibraltar.
  • Líneas costeras: Océano Atlántico (oeste) y mar Mediterráneo (norte). Marruecos es único por ser el único país africano con costas tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo.
  • Clima: El clima de Marruecos varía desde el mediterráneo en las costas (inviernos suaves y húmedos; veranos cálidos y secos) hasta el continental y alpino en las montañas del Atlas (inviernos fríos, nevadas ocasionales), y desde árido hasta subtropical en el interior y el sur (desiertos). Marruecos cuenta con aproximadamente nueve zonas climáticas.
  • Aspectos geográficos destacados: Cuatro cadenas montañosas (Alto Atlas, Atlas Medio, Anti-Atlas y Rif) surcan el paisaje; el Alto Atlas incluye el Jebel Toubkal (4167 m, el pico más alto del norte de África). Hay llanuras fértiles (como Gharb, cerca de Rabat, y el valle del Souss, cerca de Agadir), frondosos bosques de cedros (hogar de los macacos de Berbería), ondulantes dunas (Erg Chebbi, cerca de Merzouga) e impresionantes cascadas como la de Ouzoud (110 m de altura).
  • Flora y fauna únicas: Los árboles de argán solo prosperan en el suroeste de Marruecos (una reserva de la biosfera de la UNESCO), donde las cabras son famosas por trepar a sus ramas. Entre los animales endémicos se encuentran el zorro fénec (con orejas gigantes) y el macaco de Berbería (el único primate al norte del Sáhara, que también se encuentra en Gibraltar). Las playas de anidación de tortugas marinas y las rutas migratorias de aves del país contribuyen a su biodiversidad.
  • Cápsula del tiempo: La historia humana de Marruecos se encuentra entre las más antiguas de África. Las excavaciones en Jebel Irhoud han descubierto Homo sapiens Se han encontrado fósiles de hace unos 300.000 años, algunos de los primeros humanos modernos conocidos. Durante milenios, la región albergó a comerciantes fenicios (alrededor del 1100 a. C.), un puesto de avanzada romano (Volubilis) y, posteriormente, sucesivas dinastías bereberes y árabes.
  • Monarquía más larga: La dinastía alauita (familia gobernante) ha gobernado desde el siglo XVII, continuando el legado idrisí (iniciado en 788). Marruecos nunca cayó bajo el dominio otomano y preservó una identidad árabe-bereber distintiva.
  • Antiguos imperios: Los grandes imperios marroquíes (almorávide, almohade, meriní, saadí) se extendieron en su día desde España hasta el África subsahariana. El sultán Mulay Ismail (reinó entre 1672 y 1727) construyó la grandiosa ciudad imperial de Mequinez y mantuvo uno de los ejércitos más grandes de la época.
  • Pasado colonial e independencia: En 1912, Marruecos se convirtió en un protectorado francés (y español). El sultán Mohammed V presionó para lograr la independencia tras la Segunda Guerra Mundial, la cual se alcanzó en 1956 (con la unificación del Marruecos francés y la reincorporación del Marruecos español). En 1975, Marruecos recuperó el Sáhara Occidental mediante la pacífica «Marcha Verde», si bien el estatus del territorio sigue siendo objeto de controversia.
  • Estado moderno: El rey Hassan II (r. 1961-1999) lideró la modernización, y el rey Mohammed VI (r. 1999- ) ha impulsado el desarrollo económico, la reforma educativa y la ampliación de los derechos de la mujer. La Constitución de 2011 amplió las competencias del Parlamento. Marruecos goza de estabilidad política, manteniendo un equilibrio entre la tradición y una reforma prudente.

¿Sabías? La monarquía marroquí se remonta a más de 1200 años atrás, a la dinastía idrisí (que comenzó en el año 789 d. C.). Sigue siendo uno de los tronos hereditarios más antiguos del mundo.

Datos geográficos fascinantes

Situado en el extremo noroeste de África, Marruecos literalmente toca dos continentes. Su costa norte mira hacia España (a 14 km de distancia), al otro lado del estrecho de Gibraltar, mientras que su litoral occidental se extiende a lo largo de 1800 km del océano Atlántico. Marruecos es, por tanto, el único país africano bañado tanto por las aguas del Atlántico como por las del Mediterráneo. En el mapa, mira simultáneamente hacia Europa y África.

Cuatro grandes cadenas montañosas dan a Marruecos un relieve espectacular. El Alto Atlas (Jebel Toubkal, 4167 m) se extiende de suroeste a noreste. Al oeste se alza el Atlas Medio (cubierto de bosques y de clima fresco). Al sur del Alto Atlas se encuentra el Anti-Atlas (más antiguo y de menor altitud). Más al norte se extiende el Rif, una escarpada cordillera que se eleva sobre el Mediterráneo. Estas montañas captan las lluvias y la nieve, alimentando ríos que crean valles fértiles (como la llanura de Gharb, al norte de Rabat). Sus alturas también dan lugar a singulares enclaves de vida: bosques de cedros con monos salvajes y pistas de esquí en localidades turísticas como Oukaimeden.

Entre las cordilleras y las costas se extiende una vasta diversidad: llanuras costeras con trigo, olivos y cítricos; mesetas de tierra roja; estepa árida y, finalmente, el desierto del Sahara al sur y al este. Aquí, las dunas de arena (Erg Chebbi, en Merzouga) y el reg rocoso (desierto de piedra) se extienden hacia Argelia. Sin embargo, algunos secretos se esconden en esta tierra inhóspita: manantiales minerales, oasis (Tafilalt es el mayor oasis de dátiles de Marruecos) y arte rupestre prehistórico en los cañones. Cabe destacar que el desierto marroquí está salpicado de uadis (ríos efímeros) que se llenan tras las lluvias.

La costa atlántica (con sus paisajes espectaculares y la brisa marina) contrasta notablemente con la calma del Mediterráneo. La costa atlántica disfruta de un clima templado durante todo el año, mientras que la mediterránea presenta veranos más calurosos. Ambas costas cuentan con playas de arena y puertos animados (Tánger, Agadir, Casablanca), pero los pueblos pesqueros del Atlántico son más ventosos y frescos. En el interior, el clima puede cambiar drásticamente: en un solo día se puede esquiar en la nieve del Atlas por la mañana, hacer senderismo bajo el sol por la tarde y contemplar la puesta de sol en las dunas del desierto al atardecer. Los paisajes de Marruecos, por lo tanto, presentan una gran riqueza de matices: desde las cumbres nevadas del Atlas y los verdes valles fluviales hasta las ciudades de terracota y el dorado Sáhara.

Dato curioso: Con una superficie de aproximadamente 710.000 km², Marruecos es ligeramente más grande que Francia. Solo tiene un vecino terrestre (Argelia), pero a través de sus costas e islas está íntimamente conectado con Europa.

Ricos datos históricos

La historia de Marruecos es tan profunda como sus raíces. Los arqueólogos han encontrado Homo sapiens Los fósiles de Jebel Irhoud (de unos 300 000 años de antigüedad) están transformando nuestra visión de los primeros humanos. En la antigüedad, la zona albergó puestos comerciales fenicios (alrededor del 1100 a. C.) y posteriormente formó parte de la provincia romana de Mauritania, cuya capital oriental era Volubilis (aún se conservan ruinas). Volubilis alberga elaborados mosaicos de los siglos II y III d. C., que muestran la importancia de Marruecos en el mundo clásico.

El primer estado islámico en Marruecos fue fundado en el año 788 d. C. por Idris I (descendiente del clan del profeta Mahoma). Su hijo, Idris II, convirtió Fez en la capital en el año 809 d. C. Fez se convirtió en una importante metrópolis de aprendizaje y artesanía, famosa por su medina y su universidad (Al-Quaraouiyine, fundada en 859). Entre los siglos XI y XIII, las dinastías bereberes (los almorávides y los almohades) crearon un imperio con base en Marrakech que gobernó gran parte de la península ibérica y el norte de África. Construyeron obras arquitectónicas monumentales (como la mezquita Koutoubia en Marrakech y la inacabada Torre Hassan en Rabat). La propia Fez floreció bajo los sultanes meriníes (siglos XIII-XV), quienes construyeron las ornamentadas madrasas y apoyaron a los eruditos.

Durante los siglos XVI y XVII, las dinastías saadí y, posteriormente, alauita, mantuvieron a Marruecos libre del dominio otomano. El sultán Ahmed al-Mansur (saadí, finales del siglo XVI) derrotó al ejército invasor portugués en Ksar el-Kebir (1578). Moulay Ismail, de la dinastía alauita (r. 1672-1727), construyó la imponente capital de Mequinez y mandó edificar suntuosos palacios, establos y prisiones (entre ellos, las Caballerizas Reales, con cientos de caballos). A lo largo de estas épocas, Marruecos sirvió de puente entre los reinos europeos y africanos: intercambió oro, esclavos y eruditos tanto con los reinos subsaharianos como con los imperios español y portugués.

En 1912, las potencias coloniales dividieron Marruecos en zonas: Francia controlaba la mayor parte, España el norte del Rif y el sur del Sáhara, con Tánger como zona internacional. La resistencia se mantuvo latente (siendo especialmente conocida la Guerra del Rif en la década de 1920, bajo el mando de Abd el-Krim). Tras la Segunda Guerra Mundial, los movimientos nacionalistas se intensificaron. El sultán Mohammed V negoció la independencia; el 2 de marzo de 1956, Francia se retiró, y en abril España había renunciado a sus protectorados. (Los enclaves españoles de Ceuta y Melilla permanecieron como territorios españoles independientes). En 1975, Marruecos organizó la «Marcha Verde», una caravana pacífica de civiles que reivindicaba el Sáhara Español, lo que condujo a la administración marroquí de esa región.

Desde su independencia, Marruecos ha sido un Estado árabe moderado. El rey Hassan II (1961-1999) impulsó un desarrollo prudente y celebró un referéndum sobre una nueva constitución en 1972. Su hijo, el rey Mohammed VI (desde 1999), ha promovido el progreso social: la ley de familia Moudawana de 2004 otorgó mayores derechos a las mujeres en materia de matrimonio y divorcio. También ha promovido la infraestructura (carreteras, puertos, parques solares) y el diálogo interreligioso (organizando una cumbre de las principales religiones en Fez en 2004). Hasta el día de hoy, el rey alauita sigue siendo jefe de Estado y Comandante de los Creyentes, un cargo singular que refleja siglos de tradición religiosa y monárquica.

Datos culturales fascinantes sobre la sociedad marroquí

La cultura marroquí es un rico mosaico de influencias bereberes, árabes, africanas y europeas. Los idiomas varían según la región: el árabe marroquí (darija) es la lengua cotidiana, el árabe estándar se usa formalmente (leyes, medios de comunicación, educación) y las lenguas amazigh (tamazight, tarifit, shilha) son cooficiales con el árabe desde 2011. En el norte, el español pervive entre las generaciones mayores, y el francés sigue teniendo una presencia destacada en la administración, la educación superior y los negocios debido a la historia colonial. La mayoría de los marroquíes dominan al menos tres idiomas.

El islam influye en la vida cotidiana: las cinco oraciones diarias, el ayuno del Ramadán (que comienza en marzo de 2025) y festividades como el Eid al-Adha (Fiesta del Sacrificio) y el Eid al-Adha. Sin embargo, Marruecos se considera un país moderado: la cultura secular convive con la tradición. La vida pública transcurre con tranquilidad fuera de los horarios de oración, y el lema de la monarquía, «Dios, Patria, Rey», fusiona religión y patriotismo. Los pocos judíos (unos 3000) y cristianos (20 000) de Marruecos viven en paz, y sus históricas sinagogas e iglesias se alzan junto a las mezquitas.

La hospitalidad es legendaria. Los marroquíes dicen: «Un huésped es un regalo de Dios». Visitar la casa de alguien casi siempre implica que te ofrezcan té de menta (té verde infusionado con mucha hierbabuena y azúcar). La ceremonia de servir el té —verterlo de una tetera sostenida en alto para crear espuma— es señal de respeto. Asimismo, se invita a los huéspedes a compartir las comidas: partir el pan (khobzComer de un tajín común es la norma. Es de mala educación rechazar comida o té. Las familias suelen recibir a vecinos e incluso a desconocidos para compartir las sobras; la generosidad es motivo de orgullo.

La vestimenta tradicional sigue presente. Los hombres suelen llevar chilaba (una túnica larga con capucha) y babuchas, sobre todo en mercados y zonas rurales. En ocasiones especiales, visten el fez rojo. Las mujeres lucen coloridos caftanes bordados para bodas y festivales, y muchas mujeres mayores o del campo llevan hiyab o khimar (aunque en las grandes ciudades la vestimenta varía desde ropa occidental hasta elegantes pañuelos). Las mujeres amazigh (bereberes) se caracterizan por sus vestidos multicolores y joyas de plata, especialmente en el Alto Atlas y el Rif. El turismo ha convertido el estilo marroquí en alta costura: diseñadores de todo el mundo admiran el caftán, los azulejos y los estampados marroquíes.

La familia y la comunidad son primordiales. Los hogares suelen incluir varias generaciones; el respeto por los mayores está profundamente arraigado. Los eventos familiares —como los almuerzos diarios de cuscús los viernes (después del sermón de la mezquita) y las fastuosas bodas de varios días— refuerzan los lazos. Las parejas suelen casarse dentro de la comunidad o con familias extensas. Las bodas son grandes celebraciones: una ceremonia de henna para la novia («Laylat al-Hinna») adorna sus manos con intrincados diseños de henna una noche, seguida de un banquete de cordero asado (frío Tajín (endulzado con pasas) y música. El cuscús con siete verduras es tradicional en estas celebraciones.

La sociedad marroquí también tiene sus propias normas: se espera una vestimenta modesta en las zonas rurales (los bañadores están bien vistos en las playas turísticas, pero las camisetas de tirantes o los pantalones cortos no son apropiados en un mercado de pueblo). Las muestras de afecto en público entre cónyuges suelen ser discretas. Está prohibido por ley fotografiar en edificios gubernamentales o preguntar por la familia real. Se puede consumir alcohol en restaurantes y hoteles, y los cristianos tienen iglesias, pero beber y hacer proselitismo en público son tabú. como el téLos dulces (chebakia, ghoriba) y las sopas sustanciosas (harira) son omnipresentes, lo que demuestra cómo la comida y la bebida unen a los marroquíes de todas las clases sociales y regiones.

Consejo de hospitalidad: Cuando te ofrezcan té de menta, es de buena educación aceptarlo y beberlo a sorbos pequeños. Los anfitriones suelen servir varias veces más; es apropiado decir «barak allah fik» («Dios te bendiga») después de cada vaso para mostrar agradecimiento.

Sitios de Marruecos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: Nueve tesoros

Marruecos cuenta con nueve sitios culturales declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que reflejan su rico pasado:

  • Medina de Fez (1981): La ciudad medieval peatonal más antigua y grande del mundo. Estrechas callejuelas serpentean entre curtidurías, talleres metalúrgicos y la Universidad Al Qarawiyyin (fundada en el año 859 d. C.), a menudo considerada la universidad más antigua del mundo. Mezquitas y madrasas (escuelas teológicas) están ricamente ornamentadas con mosaicos (zellige) y yeso tallado. Explorar la medina de Fez es como retroceder un milenio.
  • Medina de Marrakech (1985): La «Ciudad Roja», fundada en 1062, está rodeada por sus murallas fortificadas que encierran la famosa plaza Jemaa el-Fna, un vibrante crisol de cuentacuentos, músicos y puestos de comida. Entre sus monumentos destacan la Mezquita Koutoubia (con su minarete de 77 metros construido en 1162) y la suntuosa Madraza Ben Youssef (escuela coránica del siglo XIV). Más allá de las murallas se extienden los jardines de la Menara y el Palacio de la Bahía, que muestran la rica herencia artesanal de Marruecos.
  • Aït Benhaddou (1987): Una impresionante kasbah (pueblo fortificado) de tierra, situada en una colina junto a un río en las estribaciones del Alto Atlas. Construida con ladrillos de arcilla roja, fue una parada clave para las caravanas en la ruta del Sáhara. Su silueta ha aparecido en numerosas películas (por ejemplo, «Gladiator»). Debido a su autenticidad y aspecto icónico, la UNESCO la considera una obra maestra de la arquitectura de tierra del sur de Marruecos. Aït Benhaddou es un ejemplo paradigmático de la arquitectura del desierto marroquí. kasbah torres, callejones estrechos y muros de barro.
  • Ciudad histórica de Meknes (1996): Conocida como el «Versalles de Marruecos», Meknes fue capital del sultán Moulay Ismail (finales del siglo XVII). Su imponente puerta Bab Mansour (1686) está revestida de azulejos zellige verdes y mármol. Cerca se encuentran las Caballerizas Reales (Heri es-Souani), diseñadas para albergar a 12 000 caballos, y el Mausoleo de Moulay Ismail. La medina cuenta con riads y zocos clásicos. Meknes impresiona por su magnitud, reflejo de una breve época dorada en la construcción de palacios.
  • Medina de Tetuán (1997): Enclavada en las montañas del Rif, cerca de Ceuta, la medina de Tetuán fue reconstruida por refugiados andaluces (siglos XV-XVI) que huyeron de España. El resultado es una ciudad de murallas blancas cuyas plazas y casas evocan el estilo andaluz. Sus balcones y fuentes de madera tallada recuerdan a Granada o Córdoba. La medina de Tetuán está tan bien conservada que en el pasado se utilizó como escenario para recrear antiguas ciudades islámicas en películas. La UNESCO la considera un puente entre Andalucía y el norte de África.
  • Yacimiento arqueológico de Volubilis (1997): A las afueras de Mequinez, esta ruina romana, situada en una fértil meseta, fue fundada en el siglo III a. C. y floreció bajo el dominio romano. Sus calles, flanqueadas por mosaicos y arcos triunfales (como el Arco de Caracalla), dan testimonio del alcance del imperio. Volubilis representa la frontera occidental del mundo romano, uniendo Marruecos con Europa hace casi dos milenios.
  • Ciudad histórica de Rabat (2012): La UNESCO honró a Rabat como una viviendo Rabat, capital que fusiona historia y modernidad, destaca por su minarete de la Torre Hassan (del siglo XII) y el cercano Mausoleo de Mohammed V (del siglo XX). En el corazón de la moderna Rabat se encuentran los Jardines Andalusíes, la Kasbah de los Udayas (con vistas al mar) y la necrópolis de Chellah (ruinas romanas y meriníes). Es la única ciudad imperial de Marruecos que actualmente ostenta el cargo de capital.
  • Medina de Essaouira (2001): En la costa atlántica, Essaouira (antiguamente Mogador) es un pequeño puerto fortificado. El trazado de su medina, con sus calles cuadradas y casas encaladas con contraventanas azules, refleja una mezcla de influencias marroquíes y europeas (portuguesas y francesas). Los fuertes vientos marinos le dieron fama de ciudad marinera. Las murallas y los cañones, el puerto fortificado y el animado puerto pesquero se conservan en un estado de conservación excepcional. La kasbah y la sinagoga de la ciudad, junto con su vibrante escena artística, son un claro ejemplo de intercambio cultural.
  • Ciudad portuguesa de Mazagan – El Jadida (2004): Una ciudad amurallada del Renacimiento a orillas del Atlántico. Originalmente llamada Mazagán, fue construida por marineros portugueses en el siglo XVI. Se conservan su fortaleza en forma de estrella, la cisterna (un depósito subterráneo abovedado con haces de luz, famoso por aparecer en una escena de James Bond) y la Iglesia de la Asunción (posteriormente convertida en mezquita). Hoy en día, los visitantes pueden pasear por las murallas, explorar la fortaleza en forma de estrella y apreciar la fusión de los estilos arquitectónicos europeo y marroquí.

Cada sitio narra un capítulo de la historia de Marruecos: desde mosaicos romanos hasta mezquitas moriscas, palacios andaluces y fortalezas portuguesas. En conjunto, resaltan el papel de Marruecos como encrucijada de civilizaciones, un lugar donde convergen los mundos africano, mediterráneo y árabe.

Datos sorprendentes de la ciudad

Casablanca: Aunque a menudo se asocia con la imagen del «Rick's Café» de Hollywood, la Casablanca moderna es muy diferente a la de la película. Es una próspera ciudad portuaria (el puerto de Casablanca gestiona un enorme tráfico de mercancías) y el centro industrial de Marruecos. La emblemática Mezquita Hassan II (terminada en 1993) domina el horizonte: posee el minarete más alto del mundo (210 m), con un láser apuntando hacia La Meca. El nombre de Casablanca proviene del español «Casa Blanca» (que originalmente hacía referencia a una fortaleza de muros blancos). Si bien no es la capital, es el corazón financiero de Marruecos, con bancos, fábricas y el aeropuerto más transitado del país.

Marrakech: Fundada en 1062 como ciudad imperial, Marrakech sigue siendo un destino vibrante. Su antigua medina está repleta de palacios (como las Tumbas Saadíes y el Palacio de la Bahía) y fuentes; jardines esmeralda (Menara, Majorelle) se extienden justo fuera de sus antiguas murallas. El centro de la ciudad, la plaza Jemaa el-Fna, se transforma cada noche: vendedores de zumo de naranja, encantadores de serpientes y cuentacuentos se reúnen mientras los bazares nocturnos se iluminan con antorchas. Hoy en día, Marrakech es también un importante centro turístico y comercial. Muchos europeos y personas de Oriente Medio poseen riads aquí. Sus murallas de color ocre le han valido el apodo de «Ciudad Roja», e incluso miembros de la realeza veranean en Marrakech por su paisaje montañoso y su proximidad al desierto.

Lo hizo: Conocida como la capital cultural y espiritual de Marruecos, Fez fue fundada en el año 789 d. C. Su medina, Fez el Bali, es un laberinto de callejuelas donde está prohibido el paso de coches y motocicletas. Maestros artesanos aún tiñen el cuero en curtidurías al aire libre y tallan la madera para las mezquitas, como lo hacían siglos atrás. La Universidad de Al-Qarawiyyin (fundada en 859) está reconocida como la universidad en funcionamiento continuo más antigua del mundo. Fez produce muchos de los mejores productos tradicionales de Marruecos: las alfombras de Fez, las lámparas de latón y el famoso gorro rojo de Fez. En 1981, la UNESCO declaró a Fez Patrimonio de la Humanidad por estos motivos.

Tánger: En el extremo norte de Marruecos, Tánger ha sido durante mucho tiempo una puerta de entrada entre África y Europa. A mediados del siglo XX, fue un centro internacional que atrajo a escritores de la Generación Beat y espías estadounidenses. Hoy, Tánger se ha revitalizado como puerto y ciudad turística. El nuevo puerto de Tánger-Med (inaugurado en la década de 2020) se convirtió en el mayor puerto de contenedores de África, gestionando casi 100 millones de toneladas de carga al año. Los historiadores destacan la excepcional tasa de alfabetización de Tánger y las vistas panorámicas de España que ofrece la ciudad en días claros. Su antigua Kasbah domina el estrecho de Gibraltar, donde el Atlántico se une al Mediterráneo. Los cafés de Tánger inspiraron a escritores como Paul Bowles y William S. Burroughs; la ciudad aún conserva un aire bohemio a pesar de su desarrollo moderno.

Chefchaouen: Enclavada en las montañas del Rif, esta pequeña ciudad es famosa por su medina pintada de azul. Cuenta la leyenda que, en la década de 1930, refugiados judíos pintaron la ciudad de azul celeste como símbolo del cielo. Hoy, pasear por las callejuelas de Chefchaouen es como adentrarse en un cuento de hadas: cada pared, puerta y escalera está pintada en tonos azules y blancos. Es el sueño de cualquier fotógrafo. Los artesanos de Chefchaouen también elaboran alfombras de lana y jabones de leche de cabra. Cada primavera, las colinas cercanas se cubren de amapolas rojas. El apodo de la ciudad, «Perla Azul», está más que justificado. A pesar de su popularidad entre los turistas, Chefchaouen sigue siendo pequeña (unos 50.000 habitantes) y conserva un ambiente tranquilo y acogedor.

Rabat: La moderna capital de Marruecos suele pasar desapercibida para los turistas, que prefieren Fez o Marrakech, pero posee un encanto único. Como sede del gobierno, Rabat es más ordenada y verde que otras grandes ciudades. Entre sus lugares más destacados se encuentran el minarete blanco de la Torre Hassan (perteneciente a una mezquita inacabada del siglo XII) y la Kasbah de los Udayas, intacta, con vistas al Atlántico y a la Medina. El palacio real de Rabat (con sus paredes de color rosa pastel) aún sirve de residencia al rey durante sus visitas. El nombre de la ciudad proviene de «Ribat», que significa monasterio fortificado en la costa. Rabat tiene un ambiente relajado: amplias avenidas, playas y una vibrante escena artística (fue Capital Mundial de la Cultura de la UNESCO en 2012).

Meknes (y Volubilis): Meknes, antigua capital del imperio de Moulay Ismail (a finales del siglo XVII), conserva majestuosas puertas y vastos graneros de aquella época. Hoy es una pequeña ciudad rodeada de olivares, pero los visitantes pueden admirar tesoros como la elaborada puerta de Bab Mansour y las imponentes caballerizas reales. Justo al norte se encuentran las ruinas romanas de Volubilis, lo que convierte a Meknes en un lugar único: una ciudad imperial moderna con antiguas vecinas. Entre Meknes y Fez se extiende la región vinícola de Meknes, hogar de algunos de los pocos viñedos de Marruecos. Meknes fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su singular fusión de influencias islámicas y europeas durante el reinado de Moulay Ismail.

Joyas ocultas: Marruecos tiene infinidad de rincones poco conocidos. Essaouira La costa atlántica es ventosa y artística: alberga el festival anual de música mundial Gnaoua y cuenta con fortalezas encaladas frente al oleaje. El Jadida Conserva una ciudad portuguesa del siglo XVI con una legendaria cisterna subterránea. Ifrane (El Atlas Medio) se parece a los Alpes suizos (inviernos nevados, bosques de cedros) y alberga una sede de la Universidad Al Akhawayn. Ouarzazate Se la conoce como “el Hollywood de África”: sus paisajes desérticos y kasbahs (por ejemplo, Taourirt) han servido de escenario para películas como Gladiador y Lawrence de Arabia. Incluso Agadir En el sur, reconstruida tras el terremoto de 1960, se encuentra una soleada localidad costera con una de las playas de arena más largas de África. Estas joyas ocultas muestran la sorprendente diversidad de Marruecos más allá de las ciudades más turísticas.

Nota de la ciudad: Cada primavera, las paredes de Chefchaouen se repintan de azul. Es una tradición municipal para mantener la "Perla Azul" reluciente año tras año, símbolo de continuidad y orgullo.

Datos extraordinarios sobre la cocina marroquí

La gastronomía marroquí es una fusión de la herencia bereber y sabores internacionales. Entre sus principales atractivos se incluyen:

  • Tajín: El tajín recibe su nombre de la olla cónica de barro en la que se cocina. Puede ser salado o agridulce: entre las versiones más comunes se encuentran el cordero con ciruelas pasas y almendras, el pollo con limones en conserva y aceitunas, o la ternera con dátiles y miel. Las verduras, las especias (comino, jengibre, azafrán) y la cocción lenta dan como resultado platos tiernos y aromáticos. La etiqueta en la mesa es comunitaria: el tajín se coloca en el centro y todos comen con pan.
  • Cuscús: El cuscús, un plato típico de sémola al vapor, se sirve generalmente los viernes después de la oración del mediodía. Suele ir acompañado de siete verduras al vapor, garbanzos y cordero. Preparar cuscús es todo un ritual (tanto que forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO en el Magreb). El cuscús marroquí es tan esencial que casi todas las familias tienen su propia receta y dedican toda la tarde del viernes a prepararlo para luego compartirlo con sus familiares.
  • Té de menta: El té verde con menta dulce es un símbolo de hospitalidad. Se sirve desde cierta altura en vasos pequeños para crear una espuma cremosa. Tradicionalmente, el anfitrión sirve y prueba el primer vaso para comprobar su calidad. Una visita típica puede incluir tres rondas de té, en las que el anfitrión rellena cada vaso. En algunos países se le conoce como «whisky marroquí» (¡sin alcohol!). En restaurantes o cafeterías, es habitual que le ofrezcan un vaso al sentarse y que lo acepte.
  • Aceite de argán (oro líquido): Elaborado con los granos del árbol de argán, que solo crece en el suroeste de Marruecos. Los lugareños lo prensan a mano; hoy en día, a menudo lo producen cooperativas. Es un aceite muy apreciado, similar al de oliva, que se usa para ensaladas, tajines y como tratamiento para el cabello y la piel. Puedes probar a rociarlo sobre pan o mezclarlo con miel para empezar bien el día. El bosque de argán está protegido por la UNESCO debido a su valor ecológico y económico.
  • Pan y pasteles: Pan (khobzEs un alimento básico diario: redondo, grueso y crujiente, que se desmenuza para recoger los platos. Las especialidades del desayuno incluyen mismo (pan plano frito en sartén) y Baghrir (tortitas de sémola con muchos agujeros). Los dulces son especialmente populares durante el Ramadán: Chebakia (galletas de sésamo con forma de rosa bañadas en miel) y briouats (Triángulos de masa frita rellenos de pasta de almendras) aparecen en todas las mesas. Los vendedores ambulantes venden sfenj (donas de levadura) o frutos secos frescos y frutas deshidratadas.
  • Sopa Harira: Una sustanciosa sopa de lentejas con tomate, garbanzos y carne, aromatizada con cilantro y canela. Tradicionalmente se sirve para romper el ayuno al atardecer durante el Ramadán (a menudo con dátiles y...). khobzEs una comida reconfortante, cálidamente especiada, que se suele servir en mezquitas y reuniones familiares.
  • Mezclas de especias: Los cocineros marroquíes mezclan decenas de especias. La famosa mezcla ras el hanout (que significa literalmente «la mejor de todas») puede incluir hasta 30 ingredientes: canela, nuez moscada, cardamomo, pétalos de rosa y más; y no hay dos mezclas de ras el hanout exactamente iguales. El azafrán (cultivado en Taliouine, una ciudad del Alto Atlas) se utiliza para dar color y aroma a los platos festivos. La harissa (pasta de chile) aporta picante a las sopas y los tajines. Estas mezclas de especias confieren a la cocina marroquí su singular profundidad.
  • Comida callejera e influencia global: En los zocos y plazas encontrarás kebabs, sardinas a la parrilla y briouats Se venden por docenas. La gastronomía marroquí también ha viajado por todo el mundo: mucha gente fuera de África reconoce el cuscús y los tajines. Quizás sorprenda saber que algunos marroquíes beben vino (existen bodegas locales cerca de Meknes) y que la repostería, como el pastel de azahar, muestra influencias otomanas o andaluzas. Pero, en general, los cereales bereberes, las especias árabes, las verduras mediterráneas y los ingredientes subsaharianos se han combinado magistralmente en esta cocina.

Dato sobre alimentos: En Marruecos, las comidas suelen compartirse al estilo familiar. Al comer tajín o cuscús, la comida se coloca en un plato grande común y los comensales toman trozos de pan para servirse. Dejar un poco de comida en el plato es una muestra de cortesía que refleja la generosidad del anfitrión.

Vida silvestre y naturaleza: la biodiversidad de Marruecos

Los variados hábitats de Marruecos albergan una fauna diversa:

  • Animal nacional: León de Berbería Aunque el último león de Berbería salvaje fue visto en Marruecos hace décadas, el león sigue siendo el animal nacional del país (dos estatuas de león flanquean el escudo real). Antaño conocido como el «Rey del Atlas», este majestuoso felino reinaba en las montañas marroquíes. Hoy en día solo sobrevive en cautividad (y simbólicamente en los escudos de armas). Su legado recuerda a los marroquíes una época más salvaje en la que las montañas del Atlas resonaban con el bramido de los leones.
  • Simbiosis entre el argán y la cabra: En la región de Souss-Massa, las cabras trepan a los árboles de argán para comer sus frutos. Pueden mantener el equilibrio en las ramas delgadas a la altura que deseen. Los lugareños recogen las nueces digeridas de sus excrementos; con ellas se produce el aceite de argán. Esta práctica singular pone de manifiesto un ecosistema de beneficio mutuo entre humanos y animales. Observar a las cabras retozando en los árboles es una fotografía muy popular entre los turistas.
  • Macaco de Berbería (Magot): El macaco de Berbería, un mono sin cola, habita los bosques de cedros del Atlas Medio (y, como es sabido, Gibraltar). Se pueden observar grupos en lugares como el Parque de los Cedros de Azrou. Son animales sociales que olfatean y emiten sonidos entre los árboles. El macaco es uno de los pocos primates que viven fuera de las zonas tropicales, lo que convierte a Marruecos en un país único en África en cuanto a fauna de primates.
  • Otra fauna silvestre: Los zorros del desierto (fénec) corretean por las dunas de arena durante la noche. El muflón de Berbería (una cabra montés) trepa por las cumbres rocosas. La gacela de Cuvier (dorcas), en peligro de extinción, antaño recorría las llanuras del suroeste. Los cielos marroquíes acogen bandadas migratorias: flamencos rosados ​​en las lagunas costeras, cigüeñas posadas en los minaretes de Rabat y aves rapaces en las corrientes térmicas de montaña. Incluso delfines y ballenas atraviesan las aguas del Atlántico frente a Agadir y Essaouira; las tortugas bobas anidan en algunas playas del sur.
  • Gatos por todas partes: Las ciudades marroquíes son famosas por sus gatos callejeros. En la cultura local, los gatos suelen considerarse animales limpios e incluso portadores de buena suerte (en el islam, se dice que el Profeta amaba a los gatos). Es común ver gatos durmiendo la siesta en tiendas y mezquitas. En cambio, los perros callejeros son menos frecuentes (a menudo se les considera impuros según las normas conservadoras). En las medinas, alimentar a los gatos se considera un gesto de amabilidad. Un gato de ojos verdes paseando entre los puestos del mercado es una estampa típica de Marruecos.
  • Flora y conservación: Los bosques de cedro del Atlas, olivo y alcornoque proporcionan hábitat a ciervos, jabalíes y águilas raras. La Reserva de la Biosfera de Arganeraie (cerca de Essaouira) protege los bosques de argán silvestre y los rebaños de cabras. Marruecos ha establecido parques nacionales (como Ifrane y Toubkal) para proteger al leopardo de las nieves y al macaco de Berbería. Entre los éxitos en materia de conservación se incluyen los esfuerzos de reforestación que han evitado la desertificación en la región del Sus. Santuarios de aves como Merja Zerga (laguna de Khnifiss) son vitales para las aves acuáticas a lo largo de las rutas migratorias entre África y Europa.

Pepita de la naturaleza: Como Marruecos une continentes, es posible encontrar especies africanas y euroasiáticas conviviendo. Por ejemplo, los flamencos europeos invernan en Marruecos, y los buitres sobrevuelan junto a las águilas del norte. Esta fusión de culturas se manifiesta tanto en la naturaleza como en la cultura.

Marruecos moderno: economía y desarrollo

Hoy Marruecos tiene una de las economías más grandes y diversificadas de África:

  • Agricultura y recursos naturales: Las fértiles llanuras producen trigo, aceitunas, cítricos y flores (Marruecos es uno de los principales exportadores de tomates y judías verdes a Europa). Las nueces de argán se cosechan para obtener aceite, y Marruecos extrae fosfatos (más del 70 % de las reservas mundiales). El grupo estatal OCP procesa los fosfatos para convertirlos en fertilizantes destinados a la exportación. La pesca también es fundamental: Marruecos cuenta con una extensa plataforma continental en el Atlántico, lo que lo convierte en uno de los países pesqueros más importantes de África. La economía solía ser predominantemente agrícola, pero actualmente se encuentra en proceso de modernización.
  • Industria e infraestructura: Los parques industriales de Casablanca, Tánger (ciudad portuaria de Tánger-Med) y Kenitra albergan líneas de ensamblaje de automóviles y aeronaves (Renault, BYD, Bombardier). La industria textil y la artesanía textil (cuero de Fez, cerámica de Safi, alfombras de Azilal) mantienen una producción tradicional. Marruecos ha invertido en infraestructura de transporte: en 2018 inauguró el primer tren de alta velocidad de África (línea de 220 km/h entre Tánger y Casablanca). Las principales autopistas conectan todas las ciudades, y las nuevas ampliaciones de los aeropuertos (especialmente en Casablanca y Marrakech) dan respuesta al creciente tráfico de pasajeros. Cabe destacar que el puerto de Tánger-Med (cerca de Tánger) se ha convertido en el puerto más activo de África por volumen de carga; conecta directamente a Marruecos con 180 puertos internacionales y procesó más de 100 millones de toneladas de carga hasta 2021. Esto convierte a Marruecos en un centro logístico estratégico que une Europa, África y Oriente Medio.
  • Energía renovable: En las últimas décadas, Marruecos ha convertido la energía verde en una prioridad. Noor Ouarzazate El complejo solar (580 MW) fue la central termosolar más grande del mundo en el momento de su construcción. Los parques eólicos costeros alimentan centrales como la de Tarfaya (301 MW, la segunda más grande de África). Marruecos se comprometió a generar más de la mitad de su electricidad a partir de fuentes renovables para 2030. Incluso planea utilizar reactores nucleares. Estos proyectos reducen la dependencia de las importaciones de energía y atraen inversión internacional. Por ejemplo, a principios de la década de 2020, Marruecos comenzó a exportar electricidad a Europa mediante cables submarinos.
  • Turismo y servicios: El turismo representa entre el 7 y el 8 % del PIB (incluso más, según algunas estimaciones). Cada año, millones de personas llegan para montar en camello por el Sáhara, explorar las medinas o asistir a festivales. Marrakech y Agadir son especialmente populares por sus complejos turísticos de playa, mientras que el turismo cultural está en auge. Marruecos también ha desarrollado un nicho de «turismo cinematográfico»: los estudios Atlas en Ouarzazate (donde Game of Thrones (Se filmó parcialmente) ofrecen visitas guiadas a los estudios. Los servicios financieros han crecido en Casablanca (la Bolsa de Casablanca data de 1929 y es la tercera más grande de África). Marruecos también es líder en banca y seguros extraterritoriales en África.
  • La economía en cifras: Para 2024, el PIB de Marruecos rondaba los 150.000 millones de dólares (nominales), lo que lo situaba como la quinta economía más grande de África (después de Sudáfrica, Nigeria, Egipto y Argelia). Es un país de renta media (con un PIB per cápita de alrededor de 3.500 dólares). La economía creció de forma sostenida antes de la pandemia (superando el 4% en algunos años). El desempleo sigue siendo un desafío (especialmente entre los jóvenes y en las zonas rurales), pero los índices de pobreza han disminuido significativamente desde la década de 2000 gracias a los programas sociales y al desarrollo rural. Marruecos gestiona unas finanzas relativamente estables, si bien debe pagar subsidios a los alimentos y la energía. Mantiene una política fiscal prudente para apoyar el crecimiento.
  • Vínculos internacionales: Marruecos mantiene fuertes lazos con Europa (la UE, en particular con Francia) y el mundo árabe (es miembro de la Liga Árabe y de la Unión Africana). Posee una de las mayores diásporas migrantes de África (millones de marroquíes viven en Francia, España, Bélgica y los Países Bajos). Las remesas del extranjero constituyen una fuente de ingresos significativa. Marruecos firmó acuerdos de libre comercio con la UE (Iniciativa Verde MENA) y con EE. UU.; fue el primer país africano en firmar el Tratado de Libre Comercio entre EE. UU. y África. En los últimos años, Marruecos también ha orientado su desarrollo hacia el sur: está invirtiendo en numerosas industrias e infraestructuras de África Occidental, consolidándose como una puerta de entrada entre África y Europa/Asia.

Perspectiva económica: La economía de Marruecos se caracteriza por su estabilidad y sus reformas. Durante años, ha sido considerada una de las economías con el sistema bancario más seguro de África. Sus tasas de deuda e inflación son moderadas. Mediante la integración del turismo, la industria, la agricultura y la minería, el país aspira a un crecimiento sostenible. Asimismo, se están impulsando innovaciones en educación e infraestructura digital para preparar a la fuerza laboral marroquí para el futuro.

Artes, oficios y arquitectura

El espíritu creativo de Marruecos se hace visible en todas partes, desde sus edificios hasta sus bazares:

  • Arquitectura morisca: Marruecos es la cuna de numerosos motivos arquitectónicos presentes en todo el mundo. Sus grandiosas mezquitas, palacios y madrasas se caracterizan por sus arcos de herradura, intrincados azulejos y techos de cedro tallado. Las grandes mezquitas y madrasas de Fez y Marrakech (como la Madrasa Bou Inania, la Mezquita Al Karaouine y la Madrasa Ben Youssef) exhiben coloridos mosaicos zellige y estuco geométrico. En el exterior, los riads (casas tradicionales) cuentan con jardines centrales con fuentes que reflejan la luz y el aire. Las casbahs fortificadas del sur de Marruecos (por ejemplo, Aït Benhaddou) están construidas con tierra secada al sol, integrando la arquitectura con el paisaje. Incluso en la moderna Casablanca, la Mezquita Hassan II, del siglo XX, combina la ingeniería moderna con motivos clásicos (su minarete láser y su techo retráctil evidencian esta fusión). Estos estilos influyeron en la Alhambra de España y en la arquitectura mudéjar europea.
  • Artesanía en azulejos y yeso: Al pasear por cualquier ciudad marroquí, uno se fija en los coloridos azulejos de las paredes y los suelos. zellige Las baldosas se cortan a mano en miles de diminutas formas, que luego se ensamblan en complejos diseños; no hay dos conjuntos idénticos. Estas baldosas decoran fuentes, patios e incluso pavimentos. Los artesanos también tallan madera de cedro (puertas, techos) y esculpen yeso creando arabescos y caligrafía. Los famosos diseños suelen contener estrellas y formas florales, que simbolizan el infinito y la naturaleza. Incluso una fuente pública en Rabat o el letrero de una tienda pueden lucir una exquisita decoración de mosaico. En ciudades como Safi y Fez, barrios enteros se dedican a la alfarería y la fabricación de baldosas.
  • Artesanías: Los zocos de Marruecos son auténticos tesoros de artesanía. Fez es famosa por sus curtidurías y lámparas de latón. Las alfombras (alfombras bereberes) de la región del Atlas, como las célebres alfombras de lana Beni Ourain con sus diseños geométricos negros, son muy apreciadas en todo el mundo. Las joyas (especialmente los collares y pulseras de plata amazigh del sur) están muy oxidadas y grabadas con símbolos protectores. Las babuchas de cuero de todos los colores y las zuecas bordadas para ceremonias se producen en serie, pero con un toque artesanal. Las alfombras, los chales e incluso los zapatos lucen diseños tradicionales que reflejan la identidad de cada región. Muchas familias aún conservan piezas de cerámica (tajines, cuencos) elaboradas de forma tradicional, vidriadas en azul cobalto (estilo Fez) o verde (estilo Safi).
  • Tradiciones musicales y de danza: Marruecos posee una rica herencia musical. Entre sus expresiones autóctonas se encuentran la música gnawa (ritmos hipnóticos de África Occidental, que se tocan con grandes castañuelas de metal y un instrumento de bajo de tres cuerdas llamado guembri), la música folclórica chaabi en las ciudades y la música clásica andalusí (heredera de la época ibérica). Cada región tiene sus propias canciones e instrumentos folclóricos (el violín ribab amazigh en el Atlas, la narración oral halaqa en la plaza Jemaa al-Fna). Hoy en día, estas tradiciones se celebran en festivales como el Festival de Música Sacra de Fez y el Festival Gnaoua de Essaouira. También están surgiendo artistas contemporáneos de pop, fusión y hip-hop marroquíes, que a menudo combinan letras en árabe, francés y amazigh. Músicos tradicionales gnawa han realizado giras internacionales, y artistas de fusión de Fez y Rabat han encontrado nuevos públicos en Europa. Se pueden disfrutar espectáculos de danza del vientre y rahā (una forma popular de danza del vientre en el norte de África) en festivales y algunos hoteles, aunque su origen es más bien de Oriente Medio.
  • Cine y arte: Marruecos es uno de los lugares favoritos para el rodaje de epopeyas históricas (desde Lawrence de Arabia a Gladiadory programas de televisión modernos). Los turistas visitan los estudios a las afueras de Ouarzazate donde se filman películas. Marruecos también alberga el Festival Internacional de Cine de Marrakech, que atrae a grandes estrellas. En las artes visuales, pintores marroquíes como Farid Belkahia y Ahmed Yacoubi gozan de renombre internacional. Rabat y Marrakech cuentan con florecientes galerías de arte contemporáneo. Cabe destacar que la finca de Yves Saint Laurent en Marrakech alberga ahora un museo de moda y arte orientalista, que muestra cómo los diseños marroquíes han influido en la moda mundial. Incluso se celebra un Festival Internacional de Circo en Marrakech cada dos años, herencia de la influencia colonial francesa.
  • Marroquíes famosos: En literatura, Marruecos ha dado al mundo al premio Nobel de Literatura Tahar Ben Jelloun (quien escribe en francés) y a historiadores influyentes como Ibn Jaldún (nacido en Túnez, pero criado en parte en Fez). El explorador Ibn Battuta (siglo XIV), originario de Tánger, viajó más lejos que Marco Polo. En el ámbito deportivo y cultural moderno, Hicham El Guerrouj (atleta, doble medallista de oro olímpico) y Nawal El Moutawakel (campeona olímpica de vallas en 1984) son héroes nacionales; el escritor Tahar Ben Jelloun y el pintor Yto Barrada son ejemplos de la creatividad marroquí. Incluso figuras internacionales como el expresidente francés Valéry Giscard d'Estaing tenían raíces marroquíes (su bisabuelo era marroquí). El propio rey Mohammed VI estudió en instituciones de Relaciones Internacionales en Francia, combinando la tradición real con una educación moderna.

Consejo del artesano: Cuando veas una fuente o un palacio en la ciudad, observa con atención los detalles: todos esos azulejos y tallas fueron hechos a mano. En la medina de Fez puedes ver a los artesanos forjando faroles de latón o pintando vívidos bordes en los azulejos tras los escaparates. Cada color y motivo se elige al momento; es arte vivo.

Deportes y entretenimiento en Marruecos

El deporte y la vida festiva son hilos vibrantes en el tapiz de Marruecos:

  • Fútbol (soccer): El fútbol es, con diferencia, el deporte más popular. La selección nacional, apodada los "Leones del Atlas", cuenta con una historia gloriosa. En la historia de la Copa Mundial, Marruecos fue el primer equipo africano en alcanzar la segunda ronda (1986) y logró su mejor clasificación histórica para semifinales en 2022. Marruecos será coanfitrión de la Copa Mundial de la FIFA 2030 junto con España y Portugal (fase de grupos) y Uruguay (fase final), una candidatura histórica para África. A nivel nacional, clubes como el Raja Casablanca y el Wydad Casablanca se encuentran entre los más ricos de África en número de aficionados y títulos. La pasión por el fútbol se apodera del país durante los partidos de la selección y de los clubes; disfrutar de un partido en un estadio o café abarrotado es una experiencia colectiva.
  • Juegos Olímpicos y Atletismo: Marruecos ha ganado varias medallas olímpicas, principalmente en atletismo. El legendario corredor de media distancia Hicham El Guerrouj (doble oro en 1500 m y 5000 m en Atenas 2004, un hito histórico) y la primera mujer en ganar una medalla de oro olímpica, Nawal El Moutawakel (400 m vallas, Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984), son figuras emblemáticas. Los equipos marroquíes de relevos y fondo siguen compitiendo a nivel mundial. Marruecos también ha sido sede de eventos deportivos continentales: organizó el Campeonato Africano de Naciones de 2018 (fútbol) y suele presentar equipos en competiciones continentales de atletismo. El rugby, el baloncesto y el automovilismo tienen un público minoritario, pero el fútbol y el atletismo dominan estas disciplinas.
  • Deportes tradicionales – Fantasía: Una espectacular exhibición ecuestre llamada Tbourida La Fantasía personifica la herencia ecuestre de Marruecos. Grupos de hombres a lomos de caballos árabes profusamente engalanados se alinean y disparan mosquetes simultáneamente en señal de saludo: una impresionante carga sincronizada. La Fantasía se representa a menudo en festivales (como el Moussem de Tan-Tan) y competiciones. Marruecos también cuenta con carreras de camellos en el Sáhara, reflejo de la tradición nómada y la popularidad de las carreras de camellos. derby Festivales ecuestres donde los jinetes hacen gala de su destreza en carreras y juegos de habilidad. Estos eventos atraen multitudes, especialmente durante las ferias navideñas (Moussems).
  • Festivales y eventos culturales: El calendario cultural está repleto. Entre los principales festivales se incluyen: Festival de Música Sacra del Mundo de Fez (anual en junio – música espiritual y del mundo), Revista en Rabat (uno de los festivales de música más grandes de África, con estrellas internacionales cada primavera), y el Festival Gnaoua de Essaouira (Junio, música trance). El Festival Internacional de Cine de Marrakech (Noviembre) trae celebridades del cine. Rabat Revista Ha atraído a Beyoncé, Bob Dylan y muchos artistas internacionales. En pueblos más pequeños, mousses (Fiestas de peregrinación) honran a los santos locales con bailes folclóricos, música y desfiles de caballos. Un ejemplo es el Moussem de Moulay Idriss (cerca de Volubilis) o el Moussems de FezTambién existen eventos especializados: el Festival de la Rosa en Kelaa M'Gouna (primavera), celebrando la cosecha de rosas con desfiles y música; y la Festival del Azafrán En Taliouine (octubre). Estos eventos combinan religión, cultura local y entretenimiento; un artista folclórico y un partido de fútbol pueden resultar igualmente festivos para el público.
  • Recreación: Los marroquíes urbanos disfrutan de actividades físicas como esquiar en las laderas del Atlas (por ejemplo, en Oukaïmeden), surfear en las olas del Atlántico (Taghazout es un pueblo surfero) y jugar al golf (los campos de Marrakech y Agadir acogen torneos internacionales). Entre los lugares de ocio públicos tradicionales se encuentran los hammams (baños de vapor), que siguen siendo puntos de encuentro social. El teatro y el cine son populares en ciudades como Casablanca y Tánger, que cuentan con modernos multicines. El Mawazine de Rabat y el Jazzablanca de Casablanca figuran entre los eventos anuales más recientes. Las terrazas de los cafés son una parte importante de la vida nocturna de los jóvenes, con música y ambiente festivo bajo guirnaldas de luces.

Lo más destacado del deporte: El Trofeo de golf Hassan II Es el evento deportivo internacional más importante de Marruecos. Se celebra cada abril en el Royal Golf Dar Es Salam de Casablanca y es el torneo internacional de golf más antiguo fuera de Europa. Los mejores golfistas del mundo compiten en su legendario hoyo 18, un green en una isla.

Innovaciones y contribuciones únicas de Marruecos

El ingenio de Marruecos está entretejido en la vida cotidiana y en la historia:

  • Patrimonio culinario: Muchas tradiciones culinarias marroquíes son influyentes. La olla de cocción tajín y la comunidad cuscús Las ceremonias son ahora famosas en todo el mundo. El concepto del té de menta —té dulce vertido desde cierta altura— tiene su origen en un ritual marroquí. Incluso los métodos de elaboración del pan (hornos de leña de las aldeas bereberes) han inspirado tendencias internacionales en la panadería. Las técnicas marroquíes de salazón y conservación (limones y aceitunas en salmuera) se han extendido globalmente gracias a la popularidad de la gastronomía marroquí.
  • Arquitectura y artesanía: Los artesanos marroquíes definieron técnicas que se extendieron por el extranjero. Los complejos mosaicos (zelligeLas técnicas de ebanistería y la talla en madera se enseñan a restauradores de edificios andaluces en España y otros lugares. La construcción de kasbahs con adobe (tierra apisonada) muestra una antigua forma de construcción sostenible; métodos similares se están retomando en la ecoarquitectura a nivel mundial. Los jardines marroquíes con fuentes influyeron en el diseño de jardines occidentales (el concepto de «riadh» o jardín con patio es un legado de al-Ándalus). Motivos marroquíes (arabescos, diseños geométricos de azulejos) aparecen en fuentes de París y Londres, testimonio del intercambio histórico.
  • Legado intelectual: Los académicos marroquíes dejaron huella a nivel mundial. Ibn Battuta (1304–1368) viajó más de 120.000 km a través de África, Oriente Medio y Asia; sus relatos de viaje son fuentes clave sobre el mundo medieval. Ibn Jaldún (1332–1406) desarrolló la sociología y la historiografía tempranas, con su Introducción. Maimónides (Nacido en Córdoba, pero criado en parte en Fez) se convirtió en un médico y filósofo legendario. Hoy en día, los académicos marroquíes contribuyen en campos que van desde la astronomía hasta la informática, gracias en parte a los vínculos educativos con instituciones europeas.
  • Exportaciones culturales: Marruecos presentó productos e ideas: Fez estilo de cerámica y Fez Los sombreros se hicieron conocidos en Europa. La herencia andalusí preservada en Marruecos ayudó a mantener viva la música clásica árabe-andaluza, que ahora se interpreta en todo el mundo. La música gnawa se ha fusionado con el jazz occidental y la música del mundo. Las películas y la fotografía marroquíes (como las de Lalla Essaydi or Yto Barrada) han alcanzado reconocimiento internacional, mostrando perspectivas norteafricanas en el arte.
  • Ciencia y tecnología: En los últimos años, Marruecos ha lanzado satélites a la órbita para la observación de la Tierra y las comunicaciones.[1]Marruecos se encuentra entre los países africanos líderes en el lanzamiento de satélites, lo que facilita la cartografía agrícola y el monitoreo climático. Sus universidades forman ingenieros espaciales; un proyecto liderado por Marruecos incluso rastreó el polvo del Sahara para estudiar sus efectos en el clima. A nivel nacional, Marruecos está innovando en la gestión de la energía solar y la desalinización. Por ejemplo, sus ingenieros construyeron plantas solares a gran escala capaces de abastecer de energía a aldeas rurales de forma independiente. Los métodos de riego (como el riego por goteo, una innovación israelí ampliamente utilizada en Marruecos) permiten cultivar en tierras áridas.
  • Primeros logros deportivos: Los atletas marroquíes han roto barreras. Nawal El Moutawakel (1984) se convirtió en la primera mujer musulmana de un país árabe en ganar una medalla de oro olímpica. Los maratonistas y corredores marroquíes suelen liderar las competiciones africanas, inspirando el desarrollo deportivo. Los logros de los clubes de fútbol (por ejemplo, los campeonatos africanos de clubes) han elevado el estatus de Marruecos en el deporte mundial.

Ya sea en la vida cotidiana o en proyectos emblemáticos, los marroquíes se enorgullecen de combinar tradición e innovación. Le recuerdan al mundo que incluso una medina milenaria puede albergar paneles solares de alta tecnología y empresas emergentes.

Información esencial para el viajero a Marruecos

¿Planeas visitar Marruecos? Aquí tienes algunos consejos prácticos:

  • Seguridad: Marruecos se considera generalmente un destino seguro para los turistas. Los delitos violentos son poco frecuentes; la mayoría de las preocupaciones se centran en pequeños hurtos en aglomeraciones. La policía y la gendarmería son visibles y están dispuestas a ayudar, especialmente en las zonas turísticas. Es aconsejable guardar las pertenencias en un lugar seguro en los mercados. En las principales ciudades, hay zonas que se disfrutan mejor durante el día (algunas callejuelas de la medina pueden ser tranquilas por la noche). Los marroquíes son famosos por su hospitalidad y suelen ayudar a los visitantes. Se recomiendan las vacunas habituales para viajar. El agua del grifo en las ciudades está clorada, pero muchos viajeros prefieren el agua embotellada en las zonas rurales.
  • Visa y entrada: Los ciudadanos de la UE, EE. UU., Canadá, Australia y muchos otros países no necesitan visa para visitas cortas (generalmente hasta 90 días). Necesitará un pasaporte con una validez mínima de 6 meses posteriores a su estancia. Al llegar, deberá abonar una pequeña tasa de salida (a menudo incluida en el precio del billete de avión). No existe un límite diario estricto de divisas, pero no se pueden sacar grandes cantidades de dirhams de Marruecos (llevará efectivo y lo cambiará a moneda local). Hay cajeros automáticos por toda la ciudad. Las tarjetas de crédito se aceptan en hoteles, restaurantes y tiendas, pero se recomienda llevar efectivo para mercados y taxis.
  • Moneda y costes: Se utiliza el dírham marroquí (MAD). El tipo de cambio (noviembre de 2025) es de aproximadamente 10 MAD = 1 USD = 0,92 EUR. Precios: una habitación de hotel básica puede costar desde 30 $, una comida entre 5 y 15 $, y un viaje en taxi dentro de la ciudad menos de 5 $. Los viajeros con presupuesto ajustado pueden arreglárselas con entre 30 y 50 $ al día; los de gama media, entre 70 y 100 $. Es habitual regatear en los zocos para los productos con precio variable (empiece con un precio bajo y llegue a un acuerdo). El IVA (impuesto al valor agregado) está incluido en los precios indicados. Se agradece una propina de alrededor del 10 % en restaurantes y a los maleteros.
  • Consejos sobre el idioma: El árabe y el francés se hablan prácticamente en todas partes. El inglés se entiende en los principales hoteles y tiendas frecuentadas por jóvenes, pero aprender algunos saludos en árabe o francés es un gesto de cortesía y resulta útil. Los lugareños se alegrarán si intentas decir «Salam» (hola), «Shukran» (gracias) o «La bes?» (¿Cómo estás?). En las zonas bereberes, es posible escuchar palabras amazigh como «Azul» (hola).
  • Vestimenta y etiqueta: Marruecos es un país moderado, pero conservador en comparación con Europa. Las mujeres deben llevar un pañuelo para cubrirse los hombros en los lugares religiosos. Los hombres deben evitar las camisetas sin mangas y los pantalones cortos por respeto. En los hoteles y complejos turísticos de playa, la vestimenta es informal; fuera de estas zonas, se valora la modestia. Es de buena educación quitarse los zapatos al entrar en una casa marroquí. Siempre se debe usar la mano derecha para comer o saludar. Es común que las mujeres se den un beso en la mejilla, pero los hombres suelen darse la mano (y a veces se llevan la mano derecha al corazón después del apretón de manos como gesto de cortesía).
  • Alcohol y comportamiento: El alcohol es legal y se vende en establecimientos con licencia. La mayoría de los restaurantes y bares de categoría en las ciudades sirven cerveza, vino y cócteles. Sin embargo, la embriaguez pública está mal vista (especialmente durante el día en Ramadán). La semana laboral va de lunes a sábado, reservándose la tarde del viernes para la oración (muchas oficinas cierran temprano). Los fines de semana (sábado y domingo) las tiendas y oficinas permanecen abiertas. Durante Ramadán, los restaurantes pueden estar cerrados durante el día, excepto los de los hoteles; sin embargo, generalmente se permite a los no musulmanes comer en establecimientos privados o turísticos.
  • Transporte: La red ferroviaria de Marruecos (ONCF) es limpia y eficiente entre las principales ciudades (la línea de alta velocidad Casablanca-Tánger es la más rápida). Los autobuses interurbanos (CTM, Supratours) son cómodos y cubren la mayoría de las localidades. Dentro de las ciudades, los taxis pequeños (o «petit taxis») realizan trayectos cortos; deben usar taxímetro o tener tarifas fijas. Los taxis grandes (o «grand taxis») son taxis compartidos de mayor tamaño que realizan rutas fijas entre localidades (tarifa negociada por persona). No se recomienda hacer autostop. Para visitar pueblos de montaña remotos, considere alquilar un 4x4 o contratar un guía de confianza. Nota: las señales de tráfico están en árabe y francés, y la conducción puede ser rápida; se aconseja precaución en carreteras rurales por la noche.
  • Electricidad y tecnología: Marruecos utiliza enchufes europeos (tipo C y E, 220 V). El wifi está ampliamente disponible en hoteles y cafeterías de las ciudades; adquirir una tarjeta SIM local (con planes de datos de operadores como Maroc Telecom u Orange) es sencillo en aeropuertos o quioscos. La cobertura es buena en zonas urbanas y en muchas rurales (aunque algunos valles de montaña presentan zonas sin señal). Algunos trenes de la red ferroviaria marroquí ofrecen wifi. Los cortes de luz son poco frecuentes, incluso en alojamientos aislados.
  • Costumbres locales: Comprar en un zoco es toda una experiencia. Regatear es habitual: empieza ofreciendo la mitad del precio inicial y luego negocia. No te muestres demasiado ansioso por comprar ni te marches; el regateo puede ser un intercambio amistoso. En un barrio residencial, saludar a los vecinos con “Salam aleikum” y responder “Wa aleikum salam” es un gesto muy apreciado. La hospitalidad marroquí hace que los vendedores ambulantes a menudo te inviten a tomar té o algún aperitivo; rechaza la invitación con cortesía si no deseas comprar, pero un simple “la shukran” (“no, gracias”) es lo mejor.
  • Salud y seguridad: El agua del grifo en Marrakech y Casablanca está tratada; en pueblos más pequeños, puede que no cumpla con los estándares para viajeros. Consuma agua embotellada cuando se le recomiende. El agua del grifo marroquí contiene flúor y cloro; si tiene el estómago delicado, beba agua embotellada. Lleve protector solar y un sombrero para las excursiones. Vacunas: se recomiendan las vacunas estándar (tétanos, hepatitis A); consulte las recomendaciones de los CDC o la OMS para obtener información actualizada. Los viajeros deben tener precaución al cruzar las calles (el tráfico puede ser caótico) y cerrar bien sus vehículos en las ciudades (los robos son extremadamente raros, pero sí ocurren pequeños hurtos en los estacionamientos). El número de emergencias es el 19 para la policía y el 15 para la ambulancia. Muchos hoteles también tienen a la vista los números de la policía turística.
  • Momento de visitar: La primavera (abril-mayo) y el otoño (septiembre-octubre) ofrecen un clima agradable: días cálidos y noches frescas. El verano puede ser extremadamente caluroso (sobre todo en el interior y en el desierto); las playas y los refugios de montaña ayudan a mitigar el calor. El invierno (diciembre-febrero) trae nieve al Atlas (las estaciones de esquí están abiertas) y heladas en el norte, pero temperaturas suaves en la costa: una buena época para los aficionados al surf en Agadir o Casablanca. Evite desde mediados de mayo hasta mediados de septiembre para excursiones al desierto, a menos que le guste el calor extremo; las noches de marzo y octubre pueden ser frías en las montañas.
  • Etiqueta del Ramadán: Si visita la zona durante el Ramadán, sea respetuoso. No coma, beba ni fume en público durante el día (en los restaurantes puede haber zonas cubiertas, pero fumar en público está mal visto). Muchas tiendas y oficinas abren solo por la noche. Sin embargo, las noches de Ramadán cobran vida: al atardecer (iftar), se rompe el ayuno, a menudo con té dulce y dátiles, seguido de reuniones familiares. A los no musulmanes no se les negará el servicio, pero deben guardar modestia y silencio durante las oraciones (especialmente los viernes).

Consejo del viajero: Los comerciantes marroquíes suelen exclamar «¡Saha!» al servir el té, que significa «¡Salud!». Puedes responder «Llah ibarek fik» («¡Que Dios te bendiga!»). Un buen consejo: si te invitan a tomar el té a la casa de alguien o a una tienda local, acepta con amabilidad. La ceremonia del té es una muestra de amistad.

Datos curiosos y divertidos

  • Ciudad Azul: Chefchaouen es conocida como la «Perla Azul». Los edificios de su medina están pintados de vivos azules y blancos. Esta tradición, iniciada por refugiados, se mantiene viva gracias a la labor de la comunidad, que cada primavera repinta las calles. Esta llamativa combinación de colores, que evoca el cielo, atrae ahora a artistas y fotógrafos de todo el mundo.
  • Animal nacional (extinto): El león emblemático de Marruecos, el león de Berbería (o del Atlas), lamentablemente se extinguió en estado salvaje (fue avistado por última vez a principios del siglo XX). Su legado pervive simbólicamente: los emblemas reales suelen mostrar dos leones junto a la corona. Antiguos palacios y la Mezquita Hassan II de Rabat presentan motivos de leones. Si hoy en día se ve un león en Marruecos, se encuentra en uno de los zoológicos reales o en el logotipo de una marca, no en libertad.
  • La monarquía más larga del mundo: La dinastía alauita de Marruecos ha reinado ininterrumpidamente desde el siglo XVII. Sus raíces se remontan al fundador idrisí, Idris I, en el año 788 d. C. Es la segunda monarquía hereditaria más antigua del mundo después de Japón. Los marroquíes modernos aún celebran los cumpleaños reales y las fiestas nacionales con imágenes del rey por doquier, una tradición que se remonta a siglos atrás.
  • Único puerto atlántico/mediterráneo: Tánger, en Marruecos, es la única ciudad de África bañada tanto por el océano Atlántico como por el mar Mediterráneo (a través del estrecho). Su puerto, Tánger Med, se ha convertido en el más grande de África, conectando el comercio entre Europa y África. Aquí, los continentes casi se rozan.
  • Mayor proporción de lingüistas: Muchos marroquíes hablan al menos tres idiomas. Es frecuente que se produzcan confusiones lingüísticas: a menudo se mezclan el árabe, el francés y el bereber en una conversación. Por ejemplo, un vendedor podría intercalar frases en francés con oraciones en árabe. Esta fluidez multilingüe es algo habitual.
  • Diplomacia del cuscús: En 2020, Marruecos, Argelia, Túnez y Mauritania lograron que la UNESCO reconociera el cuscús como patrimonio cultural. ¡Esto implicó que chefs de los cuatro países cocinaran juntos! Es un gesto emblemático de unidad regional: los líderes incluso celebraron un gran banquete de cuscús en una cumbre.
  • Características de la mezquita más grande: La Mezquita Hassan II de Casablanca (1993) no solo es la mezquita más grande de África, sino que además posee el minarete más alto del mundo (210 m). Su techo se abre, permitiendo al imán dirigir las oraciones mientras que el suelo de la mezquita cuenta con secciones de vidrio que permiten a los fieles contemplar las olas del Atlántico.
  • Tren de alta velocidad: Marruecos inauguró el primer servicio de tren de alta velocidad de África en 2018. El tren Al Boraq alcanza los 320 km/h entre Tánger y Kenitra, reduciendo drásticamente los tiempos de viaje en la costa atlántica. Fue motivo de orgullo nacional y ahora transporta a millones de pasajeros.
  • Leones del Atlas: El apodo de la selección nacional de fútbol, ​​«Leones del Atlas», proviene de la región montañosa del Atlas en Marruecos y de su símbolo, el león. Los aficionados animan con fervor a los Leones del Atlas en estadios engalanados con los colores rojo y verde de la bandera.
  • Danza del vientre: Aunque la danza del vientre es más bien una tradición egipcia, Marruecos tiene sus propias artes dancísticas. El folclore danza oriental Se pueden ver en festivales culturales y bodas. Sin embargo, a diferencia de algunos países árabes, la vestimenta y los trajes de baile marroquíes tienden a ser menos reveladores, centrándose en trajes folclóricos y ritmos tradicionales.
  • Curiosidad legal: El documento oficial de identidad se llama «Carte d'Identité» (Carta de Identidad). Coloquialmente, los marroquíes aún la llaman a veces «la carte de séjour» (como si fuera un permiso de residencia). Es un vestigio de la época del protectorado francés, aunque la tarjeta es para todos los ciudadanos. (Resulta gracioso para los recién llegados, pero la mayoría de los locales aún la pronuncian así por costumbre).
  • Conexiones con famosos: Algunas celebridades de Hollywood adoran Marruecos. El actor y director Sean Connery (James Bond) lo visitó por primera vez como soldado y posteriormente afirmó que Tánger le había inspirado. Malcolm X realizó su primer viaje a África pasando por Tánger. Incluso los Beatles se inspiraron en la música marroquí para su banda sonora tras visitar Fez en los años 60 (véase Música de Wonderwall (álbum). Estrellas modernas como Angelina Jolie y Brad Pitt han sido vistas de vacaciones en Marrakech.
  • Auge del críquet: Un dato curioso de la actualidad: el críquet, introducido por expatriados británicos, está ganando popularidad en Marruecos. El país fue sede de una pequeña Copa Mundial de Críquet en 2010, y equipos locales (con inmigrantes indios y pakistaníes) juegan ahora en los parques de Casablanca. Marruecos incluso cuenta con su propia selección nacional que compite en torneos regionales.

Estos detalles peculiares demuestran que Marruecos es una tierra de contrastes: profundamente tradicional pero llena de sorpresas para quienes saben mirar.

El futuro de Marruecos: tendencias emergentes

De cara al futuro, Marruecos está trazando caminos ambiciosos:

  • Ambiciones verdes: Marruecos aspira a ser líder en energías renovables. Su capacidad solar y eólica se expandirá rápidamente. Tiene un objetivo nacional (52% de electricidad renovable para 2030), que está alcanzando mediante la construcción de más parques solares y aerogeneradores. Recientemente, Marruecos inició proyectos de desalinización marina a gran escala utilizando energía solar para abastecer de energía a las ciudades costeras. El país está plantando árboles y creando parques nacionales para combatir la desertificación. Se están planificando nuevas ciudades verdes (pueblos autosuficientes energéticamente), diseñadas para ser resilientes al cambio climático.
  • Crecimiento digital y tecnológico: El gobierno cuenta con el plan «Marruecos Digital». Está mejorando el acceso a internet en todo el país y apoyando el desarrollo de startups tecnológicas. La incubadora Technopark de Casablanca impulsa a las empresas de TI y externaliza los servicios de centros de llamadas. Las universidades marroquíes colaboran con centros tecnológicos internacionales (por ejemplo, en formación en IA y robótica). Para 2030, Marruecos espera exportar software y servicios tecnológicos a toda África y a Europa.
  • Programa espacial: Marruecos se ha convertido discretamente en un actor espacial regional. Ha lanzado varios satélites de observación (5 para 2025).[1]Marruecos utiliza más satélites que cualquier otro país africano, con la excepción de Sudáfrica. Estos satélites monitorean la sequía y mapean el uso del agua para la agricultura. Actualmente existe una Agencia Espacial Marroquí, y proyectos conjuntos con la UE envían astronautas marroquíes para su formación. Para 2030, Marruecos aspira a operar varios satélites para telecomunicaciones y ciencias de la Tierra.
  • Diversificación económica: La industria y el turismo siguen creciendo. Se están desarrollando los planes para una segunda línea de tren de alta velocidad (Rabat-Marrakech) y una nueva ciudad inteligente cerca de Casablanca. Marruecos invierte en educación (por ejemplo, construyendo escuelas digitales en zonas rurales) para preparar a la juventud. Se facilitará la obtención de visados ​​a más nacionalidades para impulsar el turismo. El plan nacional incluye el aumento de las exportaciones de textiles, autopartes y derivados del fosfato, así como la atracción de más inversión extranjera en fábricas de energías renovables (ensamblaje de baterías, producción de paneles solares).
  • Inversión social y cultural: Marruecos está decidido a preservar su patrimonio al tiempo que evoluciona. Muchas medinas históricas se están restaurando para impulsar el turismo (renovando riads y kasbahs) sin perder su autenticidad. El gobierno apoya a las cooperativas de artesanía (especialmente a los grupos de mujeres que producen aceite de argán y tejen lana). Los festivales culturales se están expandiendo: el instituto de cine Tahar Bahin Noor en Ouarzazate capacita a marroquíes en cine, y se está planificando una bienal de arte en Marrakech. Paralelamente, las reformas en educación y salud buscan mejorar la alfabetización, reducir la brecha de género y disminuir la mortalidad infantil (que ha bajado significativamente en los últimos años).

En general, la visión de Marruecos para 2030+ se centra en equilibrar el patrimonio con la innovación: parques solares junto a kasbahs centenarias y empresas tecnológicas emergentes en antiguas ciudades amuralladas. Con una gobernanza estable y una economía en crecimiento, Marruecos se está posicionando como líder del futuro del norte de África.

Preguntas frecuentes sobre Marruecos

¿Por qué es más conocido Marruecos?
Marruecos es famoso por sus ciudades antiguas y su rico patrimonio cultural. Lugares emblemáticos como la ciudad azul de Chefchaouen, las ciudades imperiales de Fez y Marrakech, la majestuosa Mezquita Hassan II de Casablanca y los paisajes desérticos cerca de Ouarzazate contribuyen a su renombre. La gastronomía marroquí (té de menta, cuscús, tajín), sus bulliciosos zocos (mercados de especias y artesanías) y su historia (las ruinas romanas de Volubilis, las medinas medievales) también definen su imagen internacional. Los visitantes suelen destacar la cálida hospitalidad y la fusión de influencias árabes, bereberes y andaluzas. En esencia, Marruecos es conocido por ser una mezcla exótica y a la vez accesible de África y Europa.

¿Cuáles son 5 datos interesantes sobre Marruecos?
– Marruecos se extiende a lo largo de las costas del Océano Atlántico y del Mar Mediterráneo, algo único para un país africano.
– Posee nueve sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, más que cualquier otra nación africana.
– En 2017, los investigadores encontraron Homo sapiens Se han encontrado fósiles en Marruecos con una antigüedad de aproximadamente 300.000 años. Esto sugiere que algunos de los primeros humanos vivieron allí.
– Marruecos contiene más del 70% de las reservas mundiales de fosfato (utilizado en fertilizantes), lo que le confiere una gran importancia agrícola a nivel mundial.
– La dinastía del rey marroquí se remonta al año 789 d.C., lo que la convierte en la segunda monarquía continua más antigua del mundo (después del emperador japonés).

¿Qué es lo que hace único a Marruecos?
La singular combinación de geografía y cultura de Marruecos lo distingue. Es el único país africano con costas en dos mares y una puerta de entrada a Europa. Conserva una monarquía con raíces más antiguas que muchos reinos europeos. Culturalmente, su gastronomía sincrética, su arquitectura (como los riads y las kasbahs) y su música (tradiciones gnawa y amazigh) son una mezcla única de herencia sahariana, árabe y mediterránea. Incluso el nombre «Marrakech» se ha convertido en el origen del nombre en inglés de Marruecos; ningún otro país deriva su nombre en inglés del nombre de su ciudad. La tradición local de pintar de azul una ciudad entera (Chefchaouen) es única. En resumen, las antiguas raíces bereberes de Marruecos, combinadas con las posteriores influencias árabes y europeas, lo hacen destacar entre las demás naciones africanas.

¿Cómo obtuvo Marruecos su nombre?
En árabe, Marruecos se llama al-Maghrib al-Aqsa (المغرب الأقصى), que significa “el extremo oeste” (desde La Meca). El nombre inglés “Morocco” en realidad deriva de Marrakech —la antigua capital. En la Edad Media, los europeos llamaban al país con el nombre de esa ciudad (en italiano, «Marocco», en español, «Marruecos»), y con el tiempo «Marruecos» se convirtió en el nombre internacional. Es similar a cómo el país «Mauritania» deriva del antiguo pueblo mauri (bereber), pero en el caso de Marruecos, la ciudad de Marrakech dio origen al nombre del país en muchos idiomas europeos.

¿Qué diferencia a Marruecos de otros países africanos?
Marruecos se distingue por su geografía (costas atlántica y mediterránea, proximidad a Europa) y su trayectoria histórica (nunca fue colonizado por los otomanos y se modernizó bajo una monarquía estable). Culturalmente, es de mayoría árabe-bereber y musulmana, pero con fuertes influencias francesas y españolas del siglo XX. Económicamente, Marruecos cuenta con una de las economías más diversificadas de la región (fosfatos, turismo, industria). Además, mantiene una política de larga data de moderación y liberalismo económico, lo que atrae más inversión extranjera que muchos de sus vecinos. Finalmente, sus festivales, su patrimonio arquitectónico y su apertura al turismo (con las políticas de visado más favorables de la región) lo convierten en una encrucijada cultural única: un crisol que combina elementos norteafricanos, subsaharianos y europeos de una manera que la mayoría de los demás países africanos no logran.

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