La ArcelorMittal Orbit es el emblemático edificio de acero rojo concebido como el icono cumbre del Parque Olímpico de Londres 2012. Diseñada por el escultor Anish Kapoor y el ingeniero Cecil Balmond de Arup, esta torre de celosía circular de 114,5 m (376 pies) de altura se inauguró en abril de 2014 como un legado tras los Juegos. Fue concebida por el entonces alcalde Boris Johnson y los planificadores olímpicos como una "Torre" para el este de Londres: un legado permanente de los Juegos de 2012, con la intención de rivalizar con monumentos famosos como la Torre Eiffel o la Estatua de la Libertad. En el parque, se encuentra entre el Estadio Olímpico y el Centro Acuático, y ofrece dos miradores con vistas panorámicas de Stratford y sus alrededores.
El diseño de la Órbita fusiona arte e ingeniería en una forma tubular en espiral. Fabricada con 19.000 toneladas de acero (patrocinada por ArcelorMittal, propiedad de Lakshmi Mittal), sus dos entramados no crean una torre central, sino un vacío en espiral. Kapoor la describió como una "larga espiral sinuosa... una locura que aspira a sobrevolar las nubes". En su interior, una pasarela en espiral y (desde 2014) una ruta de rappel en tándem permiten a los visitantes interactuar físicamente con la escultura. En 2016, se le adjudicó el tobogán túnel más alto y largo del mundo (178 m/584 pies): un tubo de plástico transparente que circula desde una plataforma hasta la base, diseñado por Carsten Höller para aumentar su atractivo.
Datos y estadísticas clave sobre la órbita:
- Altura y estructura:114,5 m (376 pies) de altura, 19.000 toneladas de acero; dos plataformas de observación.
- Diseñadores:El escultor Anish Kapoor y el ingeniero Cecil Balmond (Arup).
- ConstrucciónAnunciado en marzo de 2010, construido entre 2011 y 2014; inaugurado en abril de 2014.
- Costo y financiamiento:~£19,1 millones (completado), con un préstamo de £13 millones de la empresa del magnate del acero Lakshmi Mittal.
- CaracterísticasEscaleras interiores de caracol, tobogán (túnel de 178 m) y descenso en rápel; sin ascensor interior (los visitantes suben por las escaleras). Diseñado para atender a unos 700 visitantes por hora.
- Turismo y usoLa declaración de Anish Kapoor subraya una ambición mítica ("construir lo imposible", analogía de la Torre de Babel). Los visitantes compran entradas para escalar y deslizarse.
Como atracción turística, el Orbit tiene un historial desigual. En su apogeo (2016/17, con el tobogán abierto), atrajo a unos 193.000 visitantes al año. Sin embargo, la asistencia ha disminuido desde entonces (alrededor de 155.000 en 2018/19), lo que ha obligado a la London Legacy Development Corporation a ajustar sus operaciones. El precio de las entradas (aprox. 17,50 £, incluyendo el tobogán) cubre la entrada. A cambio, los visitantes no solo disfrutan de vistas de Londres, sino de una experiencia visceral: escalada en espiral y la adrenalina de deslizarse por una torre roja y retorcida. El marketing del Orbit hace hincapié en la regeneración, posicionando esta audaz obra de arte como parte del renacimiento de Stratford. Ha albergado eventos ocasionales (p. ej., exposiciones de arte y conciertos en su base) y se ha asociado con marcas externas, aunque sigue siendo principalmente un mirador.
Los críticos han calificado al Orbit de costoso "proyecto de vanidad", cuestionando su atractivo a largo plazo. Sin embargo, incluso en esa crítica subyace una verdad: la arquitectura emblemática forja la identidad. Kapoor pretendía que el Orbit "despertara la curiosidad y el asombro de londinenses y visitantes", un sentimiento que se reflejaba en la visión olímpica de Boris Johnson. Empíricamente, el impacto se aprecia en las estadísticas del parque: el Parque Olímpico Reina Isabel atrajo a unos 4 millones de visitantes en su primer año, y el Orbit contribuyó a ese atractivo. En un contexto más amplio, el Orbit ejemplifica cómo las ciudades utilizan ambiciosas torres-escultura para promocionarse e impulsar el turismo. Ahora es una parte intrínseca del collage arquitectónico de Londres, un símbolo de la audacia del Londres del siglo XXI tanto como la Catedral de San Pablo o el Shard.