La Torre de los Vientos en Atenas

La misteriosa Torre de los Vientos en Atenas

Ubicada entre ruinas históricas y calles concurridas de la metrópoli en el corazón de Atenas, la Torre de los Vientos es un guardián silencioso del tiempo. Este misterioso monumento, que suele pasar desapercibido para las masas de visitantes que exploran la Acrópolis o el Partenón, esconde una gran cantidad de secretos e historias en el interior de sus maltrechas paredes de mármol. Mucho más que un simple reloj, esta torre (una obra maestra de la ingeniería antigua y una prueba de la inventiva griega) es un reloj de sol, un reloj de agua, una veleta y, tal vez, incluso un planetario.

La magnífica Torre de los Vientos, que surgió de las sombras del tiempo, es una maravilla de la antigüedad hecha de brillante mármol del Pentélico. Enclavada entre el enclave artístico de Plaka y la concurrida zona de Monastiraki, este misterioso monumento adorna ahora el Ágora romana después de dos siglos de minuciosas reparaciones por parte de la Sociedad Arqueológica de Atenas.

Lejos de ser una simple torre de reloj, la Torre de los Vientos es una mezcla de gracia arquitectónica e inventiva científica. Combina las funciones de un reloj de sol, un reloj de agua y una veleta, por lo que algunos incluso la han llamado planetario. Su complejo mecanismo estaba destinado a monitorear el ballet celestial del Sol, la Luna y cinco planetas visibles a simple vista.

Esta maravilla científica se originó en la segunda mitad del siglo I a. C.; la primera referencia escrita conocida data del año 37 a. C., en los escritos del erudito romano Marco Terencio Varrón. El clásico libro “Diez libros de arquitectura” del famoso escritor e ingeniero militar romano Vitruvio, que sirvió a las órdenes de Julio César y Octavio Augusto, resalta aún más las sutilezas de la Torre. Diseñado por el eminente astrónomo griego antiguo Andrónico de Ciro, este edificio octogonal es una prueba de su dominio de las formas arquitectónicas dóricas y corintias.

Esta maravilla de tres niveles, que se eleva hasta una altura de 12,3 metros, tiene caras octogonales de 3,2 metros de largo cada una. Las ocho deidades griegas del viento (Bóreas, Cecias, Euro, Apeliotes, Noto, Lips, Céfiro y Esciroco) adornan su cúspide, cuidadosamente creadas en bajorrelieve. Debajo de estos líderes celestiales se encuentran los relojes de sol; en el interior de la torre había un reloj de agua cuyo complejo mecanismo funcionaba con la savia de la Acrópolis.

La Torre de los Vientos ha visto cómo las mareas del tiempo cambiaban de destino a medida que la historia iba y venía. Los primeros cristianos la utilizaban como baptisterio; en la Edad Media, se decía que había sido la cárcel de Sócrates. La visitante turca Evliya Çelebi llegó a sugerir que los restos del rey Filipo de Macedonia se albergaban allí. Años después, se la utilizó momentáneamente como tekke de la Orden Mevlevi, una secta derviche sufí fundada por el poeta y filósofo persa Rumi. Una vez que Atenas se liberó del control otomano, los arqueólogos asumieron la responsabilidad de la torre.

Además de resistir al paso del tiempo, la Torre de los Vientos ha sido fuente de inspiración para posteriores proyectos arquitectónicos. Su influencia es evidente en el Observatorio de Oxford, las torres de Livorno y Sebastopol y el mausoleo de Panagis Vagliano, cofundador de la Biblioteca Nacional de Grecia, situado en el cementerio West Norwood de Londres.