En la ciudad eslava de Požega, el escalope del Barón Trenk (Barun Trenk odrezak) es un clásico en muchos menús tradicionales. Las versiones locales describen filetes de ternera o cerdo rellenos de jamón eslavo, huevos cocidos y ajvar, guisados con cebolla roja y salsa de champiñones. El plato lleva el nombre del Barón Franz von der Trenck, una figura histórica vinculada a las haciendas de Eslavonia, cuya historia se refleja en los castillos locales y el folclore regional.
En el plato, el Baron Trenk Schnitzel se siente generoso y directo. Finas lonchas de cerdo se machacan y sazonan, y luego se untan con ajvar, el condimento de pimiento asado que aparece en las mesas croatas desde el otoño. Sobre esa capa se colocan rebanadas de kulen, el embutido curado de Eslavonia rico en pimentón, y trozos de huevo duro. La carne se enrolla alrededor de este relleno, se asegura, se sella para darle color y luego se cocina suavemente en una salsa de sartén a base de cebolla, champiñones, caldo y crema. El resultado es una chuleta que se corta en espirales impecables, cada rebanada con vetas de kulen rojo, ajvar naranja y huevo claro sobre el cerdo.
En las recetas locales, este plato se presenta como un plato de comida "concreto": sustancioso, satisfactorio y perfecto para almuerzos largos o reuniones familiares. Suele servirse con un cremoso puré de papas y una sencilla ensalada verde, o en ocasiones con arroz con mantequilla o fideos. El relleno aporta varias capas de sabor a la vez: el ahumado del kulen, el dulce y suave picante del ajvar, además de la suave riqueza del huevo. La salsa cremosa de champiñones lo envuelve todo en una capa suave y sabrosa que absorbe los restos dorados de la sartén.
Esta versión se mantiene fiel a esas ideas fundamentales, adaptándolas a una cocina casera que quizá no tenga acceso a todos los productos regionales. El escalope de cerdo es el mejor plato, aunque la ternera puede ser un sustituto para un toque más delicado, siempre que las lonchas sean grandes y estén bien machacadas. El kulen sigue siendo la salchicha ideal por su pimentón y su ahumado; cuando es difícil encontrarlo, una salchicha firme y ahumada con pimentón (o un chorizo con un condimento similar) puede sustituir sin perder la esencia del plato. El ajvar de frasco funciona a la perfección, especialmente uno con un nivel de picante medio.
Desde un punto de vista técnico, la receta es ideal para quienes disfrutan de las chuletas rellenas. Lo principal es golpear la carne uniformemente, extender el relleno en una capa fina que llegue hasta los bordes y enrollarlo con la suficiente firmeza para que el relleno se mantenga firme durante el sellado y el estofado. Las guías locales paso a paso describen exactamente esa secuencia: carne, ajvar, kulen, huevo, enrollar, asegurar, enharinar y dorar. Una vez que los rollos estén dorados por todos lados, la misma sartén se convierte en la base de la salsa de champiñones, que conserva todos los sabores dorados de la carne.
Este plato es ideal para fines de semana, días festivos y cualquier ocasión que requiera algo más vistoso sin necesidad de equipo de restaurante. Los panecillos se pueden preparar con unas horas de antelación, guardar en el refrigerador y cocinar cerca del momento de servir. Las sobras se pueden cortar fácilmente para sándwiches o platos para el día siguiente. Rico, con un toque de pimentón y con raíces en un rincón específico de Croacia, el Baron Trenk Schnitzel ofrece una visión clara de la cocina eslava, donde el cerdo, los embutidos y los pimientos son los protagonistas de gran parte de la mesa.