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La tarta Linzer, un conocido pastel con raíces en la cocina austriaca, ocupa un lugar especial en el corazón de los austriacos y los aficionados a los postres de todo el mundo. Bautizada con el nombre de la ciudad austriaca de Linz, este delicioso plato es el ejemplo perfecto de cómo la combinación de ingredientes sencillos puede crear algo realmente sorprendente. Gracias a su masa quebrada mantecosa, sus dulces mermeladas de frutas y su singular cubierta de celosía, la tarta Linzer es un postre popular e icono cultural.
La composición única de la tarta Linzer es lo que la distingue. Generalmente se elabora con avellanas, pero también se puede preparar una masa rápida y desmenuzable con harina, mantequilla sin sal, yemas de huevo, ralladura de limón, canela y frutos secos molidos, generalmente almendras o nueces. Generalmente de grosella roja, frambuesa o albaricoque, una gruesa capa de mermelada de fruta forma el relleno que contrasta notablemente con la riqueza de la masa. A diferencia de la mayoría de los pasteles que se apilan en capas, la tarta Linzer suele ser un dulce de una sola capa que imita una tarta o pastel. El diseño enrejado de finas tiras de masa que descansan sobre la superficie le da a la mermelada de fruta un maravilloso aspecto rústico. Para añadir textura y sabor, pincele la masa con claras de huevo ligeramente batidas; hornéela hasta que esté dorada; luego, espolvoree nueces por encima.
El vínculo de la tarta Linzer con la época navideña confirma su posición en la sociedad austriaca. Tradicionalmente un dulce navideño en Austria, Alemania, Suiza, la República Checa y el Tirol, aporta un ambiente acogedor y alegre a las reuniones familiares. Con el tiempo, su popularidad ha aumentado; en algunas panaderías norteamericanas, la tarta Linzer se ha convertido en pequeñas tartas o galletas, ofreciendo una variante más sensata pero igualmente deliciosa. La tarta Linzer sigue siendo un plato popular en panaderías de todo el mundo gracias a su versatilidad.
Una variante igualmente deliciosa de este pastel son las galletas Linzer, también conocidas como Linzer Augens ("ojos Linzer"). Generalmente cubiertas con azúcar glas, estas delicias presentan un círculo recortado en la capa superior de masa que revela la mermelada de fruta. Al capturar a la perfección el corazón de la tarta Linzer en un formato más accesible y fácil de llevar, la versión de galletas es tan popular como la de mayor tamaño.
Al igual que su sabor, la tarta Linzer presume de una rica tradición. Desde sus inicios en el siglo XVII, esta tarta es la más antigua que lleva el nombre de una localidad en particular. La primera receta registrada se encontró en la publicación de 1696 de la Vienna Stadt- und Landesbibliothek. Sin embargo, en 2005, Waltraud Faißner, directora de la biblioteca del Landesmuseum de Alta Austria, descubrió una receta aún más antigua, que data de 1653, lo que sugiere que la historia de este pastel podría ser incluso más antigua de lo que se creía hasta entonces. Aunque se desconoce su origen exacto, la tarta está rodeada de muchas historias. Mientras que algunos atribuyen su origen a un panadero vienés llamado Linzer, otros afirman que la tarta fue inventada por el pastelero franconio Johann Konrad Vogel y que se hizo famosa por primera vez en Linz alrededor de 1823.
La historia de la tarta Linzer cambió cuando el inmigrante austriaco Franz Hölzlhuber trajo la receta a Milwaukee a mediados del siglo XIX. Contribuyó a la internacionalización de este dulce al traerlo a Estados Unidos, convirtiéndolo así en un manjar apreciado mucho más allá de sus orígenes austriacos.
Hoy en día, numerosas pastelerías de todo el mundo elaboran la tarta Linzer, cada una con un toque diferente a la fórmula clásica. Empresas de renombre como la panadería Jindrak, que produce más de 100.000 tartas Linzer al año, han llegado a definir la calidad de este pastel. Famosa por su relleno increíblemente jugoso y su diseño de rombos azules y blancos de fabricación propia, la espectacular tarta Linzer Liz sigue siendo apreciada incluso por los expertos. Pastelerías como Kurkonditorei Oberlaa y Ölz en Viena también contribuyen a preservar el legado de la tarta, haciendo que la tarta Linzer sea tan codiciada hace siglos como lo es hoy.
Saborizada como una pequeña y delicada galleta o como una gran tarta, la tarta Linzer es testimonio del rico legado gastronómico de Austria. Su atractivo eterno y su continua fascinación, que trasciende fronteras y generaciones, evidencian la maestría que se esconde tras cada bocado.
8
porciones1
hora45
minutos300
kcalUna tarta Linzer combina una masa ligeramente especiada y enriquecida con almendras con la dulzura ácida de la fruta en conserva bajo una corteza enrejada tejida a mano. La masa, mezclada con harina fina, almendras molidas, un toque de canela y clavo, azúcar, un toque de ralladura de limón y un huevo, reposa hasta que se enfría y se vuelve flexible. Prensada en un molde de 23 cm, recibe una generosa capa de mermelada de frambuesa (aunque también puede servir de grosella negra o albaricoque) antes de que sus finas tiras se crucen ingeniosamente por encima. Horneada hasta que la corteza adquiere un cálido tono dorado y el relleno burbujea suavemente, la tarta, una vez completamente fría, se remata con un delicado velo de azúcar glas. Cada rebanada revela el armonioso contraste entre la masa tierna y fragante y el centro brillante, como una joya, un testimonio de la perdurable tradición repostera de Austria.
1 3/4 tazas de harina para todo uso
1 taza de almendras molidas (o avellanas)
1 cucharadita de canela molida
1/2 cucharadita de clavo molido (opcional)
1/2 taza de azúcar granulada
1/2 cucharadita de sal
1 barra (1/2 taza) de mantequilla sin sal, fría y cortada en trozos
1 huevo grande
2 cucharadas de ralladura de limón
2 cucharadas de agua fría (según sea necesario)
3/4 taza de mermelada de frambuesa (o la mermelada de su elección)
Azúcar en polvo para espolvorear
Almendras molidas adicionales para espolvorear (opcional)
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