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Los Kartoffelknödel, o albóndigas de patata, son un clásico de la cocina austriaca. Acompañe estos suaves y esponjosos con excelentes asados o guisos, o como parte de un bufé festivo. Su intenso sabor y su versátil combinación hacen que todos los amantes de la cocina austriaca deban probarlos.
6
porciones20
minutos25
minutos150
kcalLos Kartoffelknödel, o albóndigas de patata austriacas, no son solo una guarnición: son un ritual silencioso que se entrelaza con las cocinas de otoño y las mesas de invierno, cargado de vapor y recuerdos. Se empieza con un kilo de patatas almidonadas —preferiblemente rojizas—, hervidas hasta que se parten suavemente al cuchillo. Se oye un silencio al pelarlas, aún calientes, liberando esa dulzura terrosa que solo una patata puede dar. A continuación, se añaden harina, fécula de patata, sal y un toque de nuez moscada, todo ello mezclado con un solo huevo. Se amasa la masa con suavidad —un acto táctil y arraigado— hasta que se mantiene unida como una historia transmitida de generación en generación. Si se usa el relleno tradicional, se tuestan cubos de pan duro con mantequilla hasta que huelan a infancia: crujientes y doradas las esquinas, con un toque de algo olvidado pero reconfortante. Se forman doce albóndigas, cada una alrededor de un centro tostado o, para días más elaborados, de champiñones salteados, cebolla frita o beicon. Se sumergen en agua con sal y, tras 12 minutos, suben, flotando, listos, humildes y completos. Los Kartoffelknödel encajan a la perfección con el gulash, el sauerbraten o las salsas oscuras de champiñones. Llevan la salsa como la historia. Congélelos crudos, sustitúyalos por harina sin gluten si es necesario; la esencia del plato se mantiene intacta. Es un plato basado en la simplicidad, sí, pero nunca en el vacío.
1 kg (2,2 libras) de patatas con almidón (por ejemplo, Russet)
150 g (1 ¼ tazas) de harina para todo uso
50 g (1/3 de taza) de fécula de patata (o almidón de maíz)
1 huevo grande
1 cucharadita de sal
Pizca de nuez moscada (opcional)
3-4 rebanadas de pan duro, cortadas en cubos pequeños (opcional para el relleno)
Mantequilla o aceite para tostar los cubitos de pan (opcional)
Explora el rico patrimonio culinario de Austria con platos emblemáticos como el escalope vienés, el strudel de manzana y la tarta Sacher. Sumérgete en los sabores que definen la cocina austriaca y sus tradiciones atemporales.
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