En el centro de Moscú, donde el pasado y el presente se entrelazan, se alzan los famosos edificios, a menudo conocidos como las “Siete Hermanas”. Encargados por Joseph Stalin a finales de la década de 1940 y principios de la de 1950, estos enormes edificios son imponentes monumentos de la grandeza y la ambición arquitectónica soviética. Cada estructura, obra maestra del diseño del Imperio estalinista, refleja una mezcla de elementos barrocos rusos, art déco y neogóticos y crea un paisaje urbano asombroso y lleno de historia.
Una visión general de las Siete Hermanas
Las siete torres conocidas como Las Siete Hermanas o “Stalinskie Vysotki” están situadas estratégicamente en importantes cruces de caminos y a lo largo de las curvas del río Moscova y marcan el horizonte de Moscú. Estos imponentes edificios no solo pretendían ser una muestra del poderío de la Unión Soviética, sino que también pretendían desafiar la altura de las ciudades capitalistas. Entre ellos, la Universidad Estatal de Moscú Lomonosov, de 240 metros de altura, es la más alta. Su aguja, formada por una estrella de cinco puntas, domina el horizonte y actúa como un faro de educación y cultura.
Las otras seis hermanas son el Hotel Leningradskaya, el Edificio Administrativo Puertas Rojas, el Edificio de la Plaza Kudrinskaya, el Hotel Ukraina y los Apartamentos del Muelle Kotelnicheskaya, dependientes del Ministerio de Asuntos Exteriores. Cada estructura tiene un estilo arquitectónico diferente, que se distingue por sus ricos interiores que reflejan la grandeza de la época, elementos detallados y formas de tarta nupcial.
La Universidad Estatal de Moscú Lomonosov: un faro de conocimiento
Entre las Siete Hermanas, muchos rusos guardan recuerdos muy entrañables de la Universidad Estatal de Moscú Lomonosov. Fundada en 1755, es la primera universidad de Rusia y desde hace mucho tiempo ha sido un centro de brillantez intelectual. Finalizada en 1953, la estructura principal de la universidad es un magnífico ejemplo de arquitectura estalinista con su enorme fachada y su imponente aguja que corta el cielo.
Los usuarios de la universidad pueden subir al mirador del piso 33 para obtener vistas impresionantes de Moscú. Desde este punto privilegiado, la vasta metrópolis se abre en todo su esplendor. No muy lejos se encuentra la magnífica Catedral de Cristo Salvador, cuyas cúpulas doradas brillan a la luz del sol, en un contraste sorprendente con el perfil intimidante de la universidad. La vista recuerda la rica historia de la ciudad y la resistencia de su gente.
La Catedral de Cristo Salvador: una historia de resiliencia
La Catedral de Cristo Salvador es un monumento del turbulento pasado de Moscú y un lugar religioso a la vez. La iglesia, que se terminó de construir en 1883, era una construcción sorprendente con altas cúpulas y complejos mosaicos. Sin embargo, fue destruida en la década de 1930 durante el gobierno de Stalin para dejar lugar a un Palacio de los Soviets de una opulencia irrealista que nunca se construyó. La demolición de la catedral, un episodio conmovedor de la historia soviética, reflejó el cambio ideológico que la alejaba de la religión y la tradición.
Tras años de campaña y apoyo popular, la catedral fue reconstruida en su ubicación original a principios de la década de 2000. La nueva construcción, finalizada en 2000, es una prueba de la vitalidad continua del pueblo ruso. Los visitantes pueden apreciar su magnífica arquitectura hoy, ver sus interiores bellamente ornamentados y reflexionar sobre la importancia histórica de este lugar sagrado.
El paisaje cultural de Moscú: un tapiz de museos
Moscú es una ciudad cosmopolita con más de 200 museos que exhiben una gran variedad de reliquias y obras de arte. Desde la Galería Estatal Tretiakov, de talla mundial, que presenta arte ruso desde el siglo XI hasta la actualidad, hasta el Museo Estatal de Bellas Artes Pushkin, que cuenta con tesoros de todo el mundo, la ciudad ofrece una gran variedad de encuentros culturales. Cada museo entrelaza los hilos del rico pasado y legado cultural de Rusia, contando así una historia.
Las excursiones guiadas para ver las maravillas arquitectónicas de Moscú pueden incluir las propias Siete Hermanas. Además de su grandeza, los visitantes se sienten atraídos por las historias que representan: relatos de ambición, resiliencia y el enrevesado legado del período soviético.
La grandeza del skyline de Moscú
El horizonte de Moscú se convierte en una asombrosa escena de luces y sombras a medida que se pone el sol. Iluminadas contra el cielo nocturno, las Siete Hermanas forman una silueta impactante que define el carácter visual de la ciudad. Su imponente presencia simboliza la resiliencia y la vitalidad del Moscú contemporáneo y nos recuerda las aspiraciones de una época pasada.
Al pasear por la ciudad, es inevitable sentir el peso de la historia. La majestuosidad de las torres Stalin, con sus complejas características arquitectónicas y su imponente altura, evoca asombro y admiración. Son expresiones del tejido cultural e histórico que hace de Moscú una metrópolis única, así como monumentos de proeza arquitectónica.