Apice solía ser un hermoso lugar turístico y hoy es un pueblo fantasma abandonado. Todos los habitantes se fueron y no regresaron. Esta ciudad italiana es un ejemplo de cómo un desastre natural puede cambiar la imagen de un lugar para siempre. Las calles han estado vacías durante 38 años y las casas se han deteriorado desde el terremoto en el que murieron 2,500 personas.
Apice fue construido durante la edad de oro de Roma y, por lo tanto, era un popular centro turístico.
Desafortunadamente, después del terremoto, casi nadie pasa por aquí. El proceso de renovación y el intento de reasentamiento de la ciudad comenzaron hace mucho tiempo, pero la situación sigue siendo caótica. Hasta nuevo aviso, esto sigue siendo una ciudad fantasma.