Sopa croata de harina tostada

Sopa tradicional de harina tostada

La prežgana juha, a veces llamada ajnpren juha o "sopa roux", pertenece a la familia de platos que transforman casi nada en algo profundamente satisfactorio. En las cocinas domésticas croatas, especialmente en el norte y en las regiones que antaño compartían la cultura culinaria con sus vecinas Eslovenia y Bosnia, esta sopa de harina dorada ha servido durante mucho tiempo como una comida frugal diaria, un remedio suave para el malestar estomacal y una tranquila cura matutina tras una noche pesada. Los cocineros caseros la describen como "la sopa del pobre" que antaño se usaba en cocinas militares, prisiones y hogares muy modestos, pero aún conserva un lugar en la memoria local como símbolo de ahorro e ingenio. 

La técnica principal parece casi minimalista: la harina se tuesta lentamente en grasa hasta que adquiere el color de las avellanas claras y desprende un aroma a frutos secos. Luego, se diluye con agua o caldo y se sazona con pimentón, alcaravea y abundante pimienta negra. Ese simple paso —dorar la harina— es el que hace el trabajo pesado. Aporta estructura y sabor, dándole a la sopa una textura sedosa y un toque ligeramente ahumado y tostado. Las recetas modernas suelen recurrir a un caldo de verduras o de carne ligera en lugar de agua, lo que intensifica el sabor y reduce la lista de ingredientes.

La prežgana juha pertenece a una tradición centroeuropea más amplia de sopas de harina tostada. En Eslovenia, una especie similar llamada prežganka se considera parte del repertorio nacional, generalmente preparada con harina, semillas de alcaravea y huevo batido para darle cuerpo. En la antigua Yugoslavia, existen variaciones con diferentes grasas (manteca de cerdo, aceite o mantequilla), junto con pequeños toques como ajo, vinagre al final para darle más brillo o una cucharada de crema agria en el plato. Algunos cocineros la utilizan como un caldo muy simple para los días de ayuno, mientras que otros la enriquecen con crutones, restos de patatas o fideos caseros.

Esta versión conserva sus raíces croatas, adaptándola a la cocina moderna. Una mezcla de aceite neutro y manteca de cerdo opcional ofrece practicidad y un sutil toque de sabor tradicional. El pimentón dulce aporta color y calidez, con un toque de pimentón ahumado opcional. Las semillas de alcaravea se trituran ligeramente para liberar su aroma antes de que se integren en el roux caliente. Se añaden uno o dos dientes de ajo brevemente, el tiempo suficiente para ablandar sin que se vuelva áspera. El agua se sustituye por caldo de verduras o de pollo ligero, lo que le da a la sopa una base más equilibrada sin perder su carácter auténtico.

Un solo huevo batido, vertido en la olla al final, forma finas cintas que flotan en el tazón, aportando proteínas y una sutil textura. Este paso refleja a muchos cocineros croatas y eslovenos que terminan la sopa con huevo para un extra de nutrientes, sobre todo cuando se sirve como plato principal. Para una versión vegana, se puede omitir el huevo; la harina tostada y el caldo aún le dan una textura aterciopelada.

Desde un punto de vista práctico, la prežgana juha se adapta fácilmente a un día ajetreado. La sopa se prepara en una sola olla, con pocos ingredientes básicos de la despensa, y llega a la mesa en aproximadamente media hora. Las sobras se recalientan sin problemas, y el sabor suele suavizarse y fundirse en el refrigerador. Los crutones de ajo tostados, preparados mientras el roux adquiere color lentamente, aportan textura y ayudan a convertir el plato en una comida ligera.

Nutricionalmente, esta no es una sopa densa y cremosa. La base es de harina y grasa, por lo que aporta calorías saciantes, pero el caldo es lo suficientemente ligero como para resultar suave. Muchas familias la sirven cuando alguien necesita algo suave que, a la vez, ofrezca calor y sustento. Otras la preparan en las noches frías y húmedas, cuando la despensa parece vacía, pero un plato caliente y sazonado aún se siente necesario.

En resumen, esta versión del prežgana juha respeta la modesta tradición del plato, a la vez que ajusta el método y las proporciones para obtener resultados consistentes. Demuestra cómo un solo paso cuidadoso —tostar la harina con paciencia— puede transformar ingredientes básicos en una sopa con historia, aroma y una serena profundidad.

Sopa croata de harina tostada

Receta de Ayudante de viaje SPlato: SopaCocina: croataDificultad: Fácil
Porciones

4

porciones
Tiempo de preparación

10

minutos
Tiempo de cocción

20

minutos
Calorías

260

kcal

Esta receta de prežgana juha ofrece una clásica sopa croata de harina tostada con una base de roux de nueces, pimentón dulce y semillas de alcaravea para un toque suave y picante. La harina se dora en aceite o manteca hasta que desprenda su aroma, luego se diluye con caldo caliente y se cuece a fuego lento hasta obtener un caldo sedoso y ligeramente espeso. Un remolino final de huevo batido crea delicadas cintas, mientras que un chorrito de vinagre y una lluvia de perejil realzan el sabor. Los crutones de ajo caseros aportan un toque crujiente y convierten la sopa en una comida ligera y satisfactoria. El método utiliza una sola olla, ingredientes comunes de la despensa y unos 30 minutos de principio a fin, con indicaciones claras que ayudan al cocinero casero a evitar que la harina se queme y a lograr un plato suave y reconfortante en todo momento.

Ingredientes

  • Para la sopa
  • Aceite neutro o aceite de oliva ligero – 3 cucharadas (45 ml) — grasa base para tostar la harina; el sabor suave se adapta al pimentón.

  • Manteca de cerdo – 1 cucharada (15 g, opcional) — grasa tradicional para un sabor más profundo y ligeramente carnoso; reemplácela con más aceite para una versión vegetariana o vegana.

  • Harina para todo uso – ⅓ taza (aproximadamente 40 g) — tostado hasta que esté bien dorado; espesa la sopa y crea el característico sabor a nuez.

  • Pimentón dulce – 2 cucharaditas — da color al caldo y aporta una calidez suave; el pimentón dulce húngaro o croata funciona bien. 

  • Pimentón ahumado – ½ cucharadita (opcional) — agrega una nota ahumada sutil; omítalo para obtener un perfil más suave y muy tradicional.

  • Semillas de alcaravea – 1 cucharadita, ligeramente trituradas — condimento clásico en sopa quemada, con un aroma cálido, ligeramente anisado. 

  • Ajo – 2 dientes pequeños, finamente picados — se ablanda brevemente en el roux para lograr un sabor suave.

  • Hoja de laurel – 1 — Profundidad de fondo tranquila durante la cocción a fuego lento.

  • Caldo de verduras o de pollo ligero – 5 tazas (1,25 L), caliente — forma el cuerpo de la sopa; utilice caldo de buen sabor para obtener mejores resultados. 

  • Sal marina fina: 1 a 1½ cucharaditas, o al gusto — ajustar dependiendo de la salinidad del stock.

  • Pimienta negra recién molida – ½ cucharadita, o al gusto — condimento tradicional, bastante generoso.

  • Para terminar
  • Huevo grande – 1, a temperatura ambiente, ligeramente batido — se agrega a la sopa caliente para hebras delicadas; se omite para sopa vegana.

  • Vinagre de sidra de manzana o vinagre de vino blanco: 1 a 2 cucharaditas, al gusto — aclara y equilibra la harina tostada y la grasa.

  • Perejil de hoja plana – 2 cucharadas, finamente picado — Final herbáceo fresco.

  • Para crutones de ajo
  • Pan blanco o de campo del día anterior: unos 120 g (2 rebanadas gruesas), cortado en cubos de 1 cm —La miga resistente se sostiene en la sopa.

  • Manteca de cerdo o aceite neutro – 1½ cucharadas (unos 20 g) — para freír el pan hasta que quede crujiente.

  • Ajo – 1 diente pequeño, ligeramente machacado — perfuma la grasa durante la fritura.

Instrucciones

  • Preparar los crutones
  • Calentar la grasa: Coloque una sartén pequeña a fuego medio y agregue la manteca de cerdo o el aceite para los crutones con el diente de ajo ligeramente machacado; caliente hasta que el ajo chisporrotee suavemente y huela fragante, aproximadamente 1 a 2 minutos.

  • Freír el pan: Retire el ajo, agregue los cubos de pan y fría, revolviendo con frecuencia, de 5 a 7 minutos hasta que estén dorados y crujientes por casi todos los lados. Transfiera a un plato forrado con papel absorbente y deje enfriar.

  • Tostar la harina (base de roux)
  • Calentar la grasa: En una olla ancha y de fondo grueso (de al menos 3 L de capacidad), caliente el aceite y la manteca de cerdo opcional a fuego medio-bajo hasta que la mezcla esté líquida y brillante.

  • Añade la harina: Espolvoree la harina, revolviendo con una cuchara de madera o un batidor para formar una pasta suelta y cocine a fuego medio-bajo durante 8 a 10 minutos, revolviendo constantemente, hasta que el roux adquiera un color dorado intenso y huela a nuez, sin aroma a harina cruda. 

  • Sazonar el roux: Agregue el pimentón dulce, el pimentón ahumado opcional y las semillas de alcaravea trituradas; revuelva durante 20 a 30 segundos, manteniendo el roux en movimiento para que las especias se impregnen sin quemarse.

  • Prepara la sopa
  • Añade el ajo y el caldo: Incorpore el ajo picado y cocine durante 15 a 20 segundos, luego comience a verter el caldo caliente gradualmente, batiendo o revolviendo enérgicamente para disolver el roux y evitar grumos.

  • Poner a hervir a fuego lento: Añade la hoja de laurel, la sal y la pimienta, aumenta el fuego hasta que la sopa hierva, luego baja para mantener un hervor suave.

  • Cocine a fuego lento para espesar: Cocine durante 10 a 12 minutos, revolviendo de vez en cuando, hasta que la sopa se vea ligeramente espesa, suave y brillante, con una ligera capa en la cuchara.

  • Terminar y servir
  • Preparar el huevo: Batir el huevo en una jarra o tazón pequeño hasta que la yema y la clara estén completamente combinadas.

  • Templar y escurrir el huevo: Retire la olla del fuego directo por un momento; mientras remueve la sopa en círculos, vierta el huevo batido en un chorro fino para que se formen tiras finas en lugar de grumos. Vuelva a poner la olla a fuego lento durante 1 o 2 minutos para que las hebras de huevo se endurezcan por completo.

  • Ajustar el sabor: Retire la hoja de laurel, pruebe la sopa y agregue más sal o pimienta si es necesario; agregue 1 o 2 cucharaditas de vinagre, comenzando con la cantidad más pequeña y aumentando al gusto.

  • Atender: Sirva la sopa en tazones tibios, espolvoree con perejil picado y cubra cada porción con un puñado de crutones de ajo justo antes de servir para que conserven algo de textura crujiente.

Consejos, solución de problemas y variaciones

  • Sugerencias de presentación y maridajes
    La prežgana juha funciona bien como plato principal ligero con pan extra aparte, o como entrante antes de un plato de carne más sustancioso y una ensalada sencilla. En los hogares croatas suele servirse en los días más fríos o cuando el apetito es delicado, por lo que marida a la perfección con patatas hervidas o puré de patatas, un plato de verduras encurtidas o sobras de carne asada. Para beber, un vino blanco seco y modesto de la Croacia continental o una taza de té de hierbas complementan el carácter modesto y hogareño de la sopa.
  • Almacenamiento y recalentamiento
    La sopa sobrante se conserva en el refrigerador hasta dos días en un recipiente tapado. La textura puede espesarse ligeramente a medida que la harina tostada absorbe líquido, por lo que un chorrito de agua o caldo puede aflojarla al recalentarla. Caliéntela suavemente en la estufa a fuego lento, revolviendo con frecuencia, hasta que humee, pero sin que hierva demasiado, lo que ayuda a proteger las cintas de huevo. Los crutones deben guardarse por separado a temperatura ambiente en un recipiente hermético y añadirse justo antes de servir.
  • Variaciones y sustituciones
    Una opción consiste en añadir patatas o judías verdes cortadas en dados muy pequeños a la sopa hirviendo a fuego lento, siguiendo las versiones familiares que le dan más sabor al plato con verduras. Una versión vegana en sartén omite el huevo, usa caldo de verduras y le da un toque crujiente con perejil extra y semillas de calabaza o girasol tostadas. Para un toque sin gluten, una mezcla equilibrada de harinas sin gluten funciona bien en el roux, aunque puede espesar ligeramente diferente, por lo que el tiempo de cocción podría requerir un pequeño ajuste. Otro estilo regional sustituye parte del caldo por leche para un sabor más suave, o termina cada plato con una cucharada de crema agria para darle un toque más cremoso.
  • Consejos del chef
    Remueva el roux con paciencia y mantenga el fuego bajo; el color debe intensificarse gradualmente, y cualquier olor a quemado significa que debe rehacerse. Machacar ligeramente las semillas de alcaravea entre los dedos o en un mortero antes de añadirlas libera más aroma en la grasa. Al verter el huevo, mantenga la sopa en movimiento en una dirección y viértala de forma constante; si se detiene y se remueve, se pueden formar grumos más grandes en lugar de hebras finas.
  • Equipo necesario
    Una olla mediana de fondo grueso, de al menos 3 litros, funciona mejor, ya que el calor uniforme ayuda a que la harina se tueste uniformemente sin que se caliente. Una cuchara de madera o una espátula resistente al calor son útiles para remover el roux en el fondo de la olla, y un batidor de varillas ayuda a suavizar la sopa al añadir el caldo caliente. Una sartén pequeña sirve para los crutones de ajo, mientras que una jarra o tazón pequeño facilita verter el huevo batido en un chorro fino y controlado. Un cucharón y un colador de malla fina (si se prefiere una textura muy suave) completan el conjunto básico.

Información nutricional

Valores aproximados para 1 de 4 porciones, incluidos los crutones, basados ​​en datos de referencia estándar y las cantidades de ingredientes anteriores.

NutritivoCantidad aproximada
Calorías~260 kcal
Carbohidratos~26 gramos
Proteína~6 gramos
Gordo~13 gramos
Fibra~2 gramos
Sodio~650 mg
Alérgenos claveGluten (harina, pan), huevo (opcional), posible lácteos si se añade mantequilla o crema agria.

Estas cifras sirven como estimaciones más que como análisis de laboratorio y variarán ligeramente según las diferentes marcas de caldo, el tipo de grasa y la elección de guarniciones.