En los campos de las tierras bajas de Podravina, donde los rebaños lecheros aún marcan el ritmo de la vida del pueblo, la prga (o prgica) se sienta en la mesa como un pequeño y ardiente monumento al ahorro y la habilidad. A primera vista, parece modesta: pequeños quesos cónicos, teñidos de un cálido color naranja por el pimentón, a menudo alineados sobre una tabla de madera junto a carne de cerdo curada y pan duro. Sin embargo, su sabor tiene mucho más peso del que sugiere su tamaño: salado, intenso, ligeramente fermentado, con un suave toque picante que perdura en la lengua.
El Prga pertenece a una familia de quesos frescos curados del norte de Croacia, compartidos entre Podravina, Međimurje y Bjelovar, donde versiones similares reciben nombres como turoš y kvargl. Todos se elaboran a partir de cuajada de leche de vaca fresca, que se deja agriar de forma natural, se escurre, se sala y se mezcla con pimentón rojo molido y, en ocasiones, ajo. La mezcla se moldea a mano en pequeños conos y se deja secar al aire libre o con humo, lo que intensifica tanto el color como el aroma.
En Podravina, el nombre prgica o prga suele referirse a la variante local: conos ligeramente más grandes que se forman a partir de cuajada prensada con mayor firmeza durante el escurrido. Este prensado produce una pasta más densa y facilita su moldeado. La leche fermenta con la ayuda de la microflora natural, la cuajada se calienta suavemente durante unas horas y luego se cuela en un paño durante un día. Los cocineros sazonan el queso desmenuzable, aún fresco, con sal, pimentón dulce o picante, ajo y, a menudo, una o dos cucharadas de crema espesa; luego, lo moldean y lo secan en rejillas o, en las casas más antiguas, sobre el hogar.
Durante generaciones, el prga se ganó su lugar como alimento para el trabajo del campo, más que como un objeto de exhibición. El recetario regional de Podravka lo describe como un queso portátil y resistente que se conservaba mucho más tiempo que la cuajada fresca simple y que a menudo acompañaba a trabajadores agrícolas, pastores, cuadrillas de viñadores, peregrinos y otros viajeros. Una vez completamente seco, las mujeres a veces trituraban los conos en recipientes de madera, los cubrían con crema agria, los salaban de nuevo, compactaban la masa y servían este "sir nabitek" más rico durante el duro trabajo de primavera.
Las lecherías modernas de Podravina aún producen pregice a mayor escala, a menudo moldeando cada cono a mano y ahumando algunos lotes en intervalos cortos, con días de secado entre ellos. Un productor contemporáneo describe una fórmula básica sencilla: queso de vaca fresco bien escurrido, sazonado generosamente con sal, pimentón dulce, pimentón picante, pimienta y ajo, formado en conos o pequeñas pirámides de unos 100 gramos cada uno, secados y ahumados hasta que se forma una corteza firme, mientras que el interior se mantiene loncheable y agradablemente afilado.
Para un cocinero casero fuera de Croacia, el prga ocupa un espacio interesante. Técnicamente es un queso, pero su tamaño y sazón lo hacen más bien una guarnición untable o un condimento de mesa intenso. Un solo cono puede realzar un plato sencillo de patatas hervidas y verduras o servir como toque picante junto a carne curada, salchichas a la parrilla o una bandeja de verduras crudas. Su perfil de sabor se sitúa entre un requesón curado, una pasta para untar de urnebes balcánica y un queso picante con pimentón al estilo húngaro, aunque la forma del cono y su secado le confieren una identidad distintiva.
La versión a continuación sigue la estructura tradicional (leche agria, cuajada cocida, prensado, moldeado y secado al aire), pero adapta los tiempos y las temperaturas a una cocina moderna. Se inclina hacia un prga al estilo Podravina: color brillante del pimentón, un toque picante de chile y suficiente tiempo de secado para obtener un cono firme y fácil de cortar que se desmorona ligeramente al cortarlo. El método resulta sorprendentemente sencillo una vez que se familiariza con el proceso, y la recompensa es un queso con un profundo sabor regional que encaja a la perfección en cualquier tabla salada, desde un desayuno rústico hasta una cena con vino.