En el norte de Croacia, la comida navideña suele centrarse en un gran pavo asado, trinchado en la mesa y servido sobre láminas de mlinci pálidos que han absorbido los jugos del asado. Este patrón es ampliamente reconocido como purica s mlincima, un sello distintivo de la cocina navideña en Zagreb y la región circundante de Zagorje. Dentro de esta tradición más amplia, un pavo más específico aparece en las listas regionales bajo el nombre de Purgerica: un ave navideña de la zona limítrofe con Zagreb, rellena de castañas, manzanas, tocino y limón.
La palabra "Purger" es un apodo local para los residentes de Zagreb de toda la vida, por lo que el nombre Purgerica evoca algo claramente ligado a esa mesa urbana y suburbana. En las descripciones de estudios gastronómicos y culturales, el pavo siempre está entero, siempre asado y siempre relleno con una mezcla que equilibra notas dulces, ahumadas y brillantes: castañas terrosas, manzanas ácidas, tiras de tocino ahumado y un toque cítrico intenso. Esto crea un relleno con una sensación invernal sin resultar pesado. Las castañas aportan una textura cremosa y con sabor a nuez, las manzanas mantienen el relleno flexible y ligeramente ácido, mientras que el tocino le da un toque de carne de cerdo curada que se adapta a un frío día de diciembre.
Esta receta conserva ese perfil básico y lo integra en un marco que se adapta a las cocinas caseras actuales. El pavo se frota por dentro y por fuera con sal, pimienta negra, pimentón dulce y ajo, siguiendo el método croata habitual para los asados navideños de aves, donde la manteca o la mantequilla aportan la mezcla de especias y un horno moderado permite que el ave se cocine lentamente hasta que la piel adquiere un dorado intenso y la carne se mantiene tierna. Un breve reposo después del asado ayuda a que los jugos se redistribuyan, de modo que cada rebanada se mantiene jugosa en el plato.
El relleno es la esencia de la Purgerica. Las castañas cocidas se desmenuzan con cebolla, apio y dados de tocino salteados, y luego se mezclan con dados de manzana, ralladura de limón y una cantidad moderada de pan para absorber el exceso de grasa. Un chorrito de vino blanco y caldo suaviza la mezcla sin que quede pastosa, y un solo huevo la une para que las lonchas se mantengan unidas una vez trinchada el ave. El resultado es un relleno que se corta con precisión, pero que conserva las castañas y la fruta enteras, en lugar de deshacerse.
Tradicionalmente, en Croacia, el pavo navideño se sirve acompañado de mlinci, ese característico pan plano seco, partido en tiras, escaldado y bañado en el jugo de la sartén. Esta versión mantiene el pavo y el relleno como protagonistas, dejando abierta la cuestión de las guarniciones. Mlinci, unas sencillas patatas asadas o incluso un puré de apio combinan a la perfección con la carne y absorben el jugo del asado, ricamente sazonado.
Para hogares con gustos diversos, este asado de Purgerica puede servir como puente entre el clásico pavo entero y los asados navideños más contemporáneos. Conserva la estructura reconocible de un pavo festivo, a la vez que le aporta un marcado carácter centroeuropeo. El relleno se basa en ingredientes comunes de la región —castañas de las colinas cercanas, manzanas de los huertos del valle del Sava, carne de cerdo curada presente en innumerables guisos y sopas—, lo que le da un aire de arraigo local en lugar de genérico.
Desde un punto de vista práctico, la receta es ideal para cualquiera que planee un plato principal que sirva de base para una larga comida de mediodía. La mayor parte del trabajo se realiza al principio: sazonar, rellenar y meter el ave al horno. Una vez asado, el cocinero rocía y controla la temperatura, y luego prepara las guarniciones mientras el pavo se termina de asar y reposa. El plato final ofrece piel bronceada, lonchas de pechuga y carne oscura, y cucharadas de relleno perfumado con limón y tomillo, creando un centro de mesa que se ajusta perfectamente a cómo muchas familias de Zagreb y alrededores aún imaginan una mesa navideña repleta.