En Zagreb, pocos platos hablan tan directamente de los hábitos alimentarios locales reconfortantes como Filete de ZagrebA simple vista, parece una chuleta empanizada común: dorada, ovalada y muy crujiente. Sin embargo, al cortarla, revela una bolsa de queso derretido y sabroso jamón dentro de una fina capa de ternera. El contraste entre la corteza crujiente y el interior suave, casi cremoso, le da a este plato una clientela fiel en hogares y restaurantes de barrio.
Zagrebački odrezak surgió de la misma tradición austrohúngara del escalope que influyó en la cocina de toda Europa Central. El clásico escalope vienés mantiene la carne simple bajo su capa de miga, mientras que la capital croata adoptó un enfoque más indulgente. Los cocineros de Zagreb envolvían jamón y queso local entre chuletas de ternera, rebozaban todo el paquete en pan rallado y lo servían como un generoso plato principal. Con el tiempo, el plato adquirió un estatus casi simbólico para los visitantes de paso por la ciudad y para las familias que buscaban algo festivo sin recurrir a un asado completo.
En el plato, el sabor es familiar y distintivo. La ternera se mantiene tierna y suave, con un delicado toque de sal, pimienta y grasa de freír. El jamón aporta un sutil toque ahumado y un toque salado que contrasta con la riqueza del queso. Un queso semicurado, como el Gouda o el Emmental, se funde en una capa suave en lugar de un charco líquido, lo que permite que cada loncha se mantenga perfectamente unida. El rebozado aporta estructura y un aroma a frutos secos al contacto con la grasa caliente, mientras que un chorrito de limón por encima lo realza todo en un instante.
El control de la textura define este plato. La carne debe estar lo suficientemente fina para que se cocine rápidamente, pero no tanto que se rompa al doblarla sobre el relleno. El relleno debe ser sustancioso, pero no excesivo, o se desbordará en cuanto el escalope toque la sartén. El rebozado debe quedar bien adherido, formando una capa uniforme, sin zonas sin cubrir ni grumos gruesos. Finalmente, la grasa en la sartén debe estar a una temperatura que dore la corteza de forma constante sin quemarla ni dejar el interior crudo.
Esta receta sigue la versión que muchos cocineros caseros de Zagreb prefieren: chuletas de ternera, jamón cocido y un queso amarillo suave, salteados en una mezcla de aceite neutro y mantequilla o mantequilla clarificada. El método utiliza un sencillo empanado en tres etapas y un breve periodo de refrigeración para las chuletas rellenas, lo que ayuda a que mantengan su forma y reduce las fugas. Para quienes cocinan fuera de Croacia, la ternera puede sustituirse por lomo de cerdo o pechuga de pollo, y los productos básicos de la despensa pueden sustituir a los quesos y jamones locales sin perder la esencia del plato.
Lo que sale de la sartén es lo suficientemente generoso para una comida de fin de semana, pero accesible para un capricho entre semana cuando el cocinero tiene un poco de tiempo y concentración. Servido con papas fritas, ensalada de papa o papas con perejil y mantequilla, y quizás una simple ensalada verde. Filete de Zagreb Captura el corazón de la cocina al estilo de Zagreb: ingredientes modestos tratados con cuidado, colocados en capas para mayor comodidad y presentados sin pretensiones.