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El loukoumi, a veces llamado delicia turca griega, es un dulce muy apreciado que personifica la hospitalidad griega. Estos pequeños cubos de gelatina dulce se sirven tradicionalmente al principio o al final de una comida, a menudo acompañados de un espresso o una taza de té de hierbas. En muchos hogares griegos, es costumbre ofrecer loukoumi a los invitados en un plato o en un vaso, un gesto de bienvenida y amistad. La delicada textura de este dulce proviene de una simple pasta de azúcar y almidón, pero su sabor puede ser exquisito. Se puede añadir agua de rosas, agua de azahar, cáscara de cítricos o resina de mastiha de Quíos, impregnando cada bocado con notas florales o herbales. Los trozos se espolvorean generosamente con azúcar glas para evitar que se peguen y añadir un toque final de dulzura.
Los orígenes del loukoumi se remontan al mundo otomano, donde el lokum era común, pero los griegos lo han hecho suyo. En la isla de Siros, por ejemplo, en el siglo XIX, el loukoumi adquirió una identidad especial: el agua local y el azúcar de rosas producían un sabor inigualable, y los cafés y tiendas de la isla se hicieron famosos por ello. Con el tiempo, surgieron variantes. El moustokouloukouma lleva mosto de uva, el akanes añade almendras tostadas y el soutzouk loukoum es una pasta de nueces en brocheta. Estos siguen deleitando tanto a griegos como a visitantes. Aunque las fábricas modernas producen ahora numerosos dulces, el loukoumi artesanal, todavía cortado a mano y elaborado sin aditivos químicos, sigue siendo un símbolo icónico de la repostería griega.
Hoy en día, este dulce se puede encontrar en sabores como bergamota o una mezcla de bergamota y limón, pero el clásico es suavemente floral. Imagine llevarse un trozo a la boca: primero la fina capa de azúcar, luego un interior masticable que poco a poco da paso a jugosos toques de rosa o cítricos. Es un recuerdo de sabor para muchos griegos, vinculado a las cocinas de la infancia o a las festividades. El atractivo del loukoumi reside en su sencillez y nostalgia. El proceso de cocción requiere paciencia (hervir el jarabe, espesar con almidón, enfriar), pero da como resultado un dulce duradero. A diferencia de los chocolates o los pasteles, el loukoumi se conserva durante semanas a temperatura ambiente si se guarda en un recipiente hermético y fresco.
Estos pequeños dulces no son solo un postre; forman parte de un ritual social. En las cafeterías se suele oír: "Un café, un vaso de agua y un poco de loukoumi, por favor". En los hogares, una caja de loukoumi es un obsequio cortés al visitar a familiares o amigos. Gracias a estas costumbres, el loukoumi se mantiene como un puente entre generaciones. Cada vez que alguien prueba estos cubitos masticables, experimenta un poco de la historia griega: una tradición que ha perdurado desde las antiguas cortes otomanas hasta las mesas modernas.
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horasEl loukoumi es un dulce griego masticable que se prepara hirviendo jarabe de azúcar hasta formar una pasta con almidón de maíz, luego se aromatiza y se deja reposar durante la noche. Esta receta produce cubos suaves y translúcidos perfumados con agua de rosas y limón, y recubiertos con una capa de azúcar glas. Una vez fríos, los cubos se cortan en trozos pequeños. Estos cubos dulces y aromáticos son perfectos para acompañar el café o como un pequeño capricho. Cocinar y cuajar el loukoumi requiere tiempo y paciencia, pero la textura resultante, elástica y que se deshace en la boca, realmente vale la pena la espera.
3 tazas (600 g) de azúcar granulada – Forma la base del jarabe; se disuelve en un gel espeso y dulce. (Dulzura; se puede usar azúcar blanco o de caña orgánica).
1 taza (240 ml) de agua – para disolver el azúcar y hacer el almíbar.
½ cucharadita de crémor tártaro – (o 1 cucharadita de jugo de limón). Ayuda a prevenir la cristalización del azúcar. Sustitución: Si no está disponible, puede utilizarse ácido cítrico (¼ de cucharadita) o más jugo de limón.
¾ taza (90 g) de maicena – Espesa la mezcla hasta obtener una textura gelatinosa. (Garantiza la masticabilidad. La fécula de patata es una alternativa).
½ cucharadita de sal – equilibra el dulzor.
1 cucharada de agua de rosas – aroma floral clásico. (Sustitución: orange blossom water, mastic resin [finely ground], or 1 teaspoon of finely grated lemon/orange zest.)
Opcional: 1 cucharadita de ralladura fina de limón – para una nota cítrica brillante.
Opcional: ½ taza de nueces picadas (pistachos o almendras) – añadir al final para darle un toque crujiente.
Azúcar en polvo (glas), aproximadamente 2 tazas (240 g) Para rebozar los cubos cortados. Crea una capa seca que evita que los trozos se peguen. (Se puede mezclar con más maicena, en proporción 1:1, para ayudar a absorber la humedad).
Sugerencia de presentación: Una pizca de canela molida o nueces trituradas adicionales para decorar (opcional).
Preparar el almíbar: En una cacerola mediana, combine el azúcar, la sal, el crémor tártaro y el agua. Caliente a fuego medio-alto, revolviendo hasta que el azúcar se disuelva, luego deje que hierva suavemente. Reduzca el fuego a bajo y cocine a fuego lento durante unos 15 minutos, quitando cualquier espuma.
Mezcla de suspensión de almidón: En una cacerola aparte, mezcle la maicena con 1 taza (240 ml) de agua fría hasta obtener una mezcla homogénea (sin grumos). Vierta gradualmente el jarabe de azúcar caliente en la mezcla de maicena, revolviendo constantemente.
Cocine la pasta: A fuego medio-bajo, cocina la mezcla, revolviendo con frecuencia, durante 1–1½ horasMantenla justo por debajo del punto de ebullición. La pasta se volverá espesa, translúcida y brillante. Estará lista cuando esté muy espesa (dejará vetas en la olla), pero aún se pueda verter.
Añadir sabores: Retire del fuego. Incorpore el agua de rosas y la ralladura de limón (y cualquier saborizante o frutos secos picados opcional) revolviendo hasta que se distribuya uniformemente. La mezcla se diluirá un poco, pero debe quedar espesa.
Colocar en sartén: Engrase un molde poco profundo de 20x20 cm con aceite neutro. Vierta la mezcla de loukoumi caliente en el molde y extiéndala uniformemente. Déjela enfriar a temperatura ambiente durante varias horas o toda la noche hasta que esté completamente firme al tacto. (Dejar curar durante la noche permite obtener una textura más cremosa).
Corte y pelaje: Una vez cuajado, espolvorea ligeramente la superficie con azúcar glas. Desliza un cuchillo o una espátula por los bordes para desmoldar y luego levanta la losa del molde. Espolvorea más azúcar glas por encima y luego córtala en cubos pequeños o rombos (de unos 2,5 a 5 cm cada uno).
Piezas del abrigo: Reboza los cubos cortados en una mezcla de azúcar glas y maicena (una proporción perfecta) hasta que estén bien cubiertos. Sacude el exceso.
Conservar adecuadamente: Coloque los cubos rebozados en un recipiente hermético, entre capas de papel vegetal. Consérvelos a temperatura ambiente (en un lugar fresco y seco) hasta por 2 semanas. Cuanto más tiempo reposen, más masticables se volverán.
Calorías | Carbohidratos | Proteína | Gordo | Fibra | Sodio | Alérgenos |
~90 | 23 gramos | 0 gramos | 0 gramos | 0 gramos | 5 mg | Sin gluten, sin frutos secos (a menos que se añadan) |
La porción es de aproximadamente dos cubos pequeños. La mayor parte de las calorías provienen de azúcares.
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