Explorando los secretos de la antigua Alejandría
Desde los inicios de Alejandro Magno hasta su forma moderna, la ciudad ha sido un faro de conocimiento, variedad y belleza. Su atractivo atemporal se debe a…
La fasoláda (Φασολάδα) es a menudo considerada el plato nacional de Grecia: una sopa caliente y sustanciosa de judías blancas que ha nutrido a familias durante generaciones. Ingredientes sencillos (judías, aceite de oliva, tomates, zanahorias y apio) se cocinan lentamente para crear un caldo espeso, similar a un guiso, que se funde en una comida sencilla y reconfortante. Común en otoño e invierno, es igual de apreciada durante todo el año, apreciada por su simplicidad y nutrición (las judías blancas aportan proteínas y fibra, y el aceite de oliva aporta grasas saludables). La fasoláda tradicional es vegana (sin lácteos) y está ligeramente sazonada con orégano y laurel; terminada con un generoso chorrito de aceite de oliva virgen extra, es rústica y versátil. En muchas regiones, un chorrito de limón o unas ramitas de eneldo le aportan un toque especial. Sírvala con rebanadas de pan crujiente y una ensalada fresca como acompañamiento: es una cena completa y reconfortante que encarna la cocina casera griega.
6
porciones15
minutos60
minutos500
kcalLa fasoláda comienza salteando un mirepoix de cebollas, zanahorias y apio en aceite de oliva. Se añaden ajo, orégano y laurel, y luego frijoles blancos (frijoles secos remojados o enlatados) y pasta de tomate. La mezcla se cubre con agua o caldo de verduras y se cuece a fuego lento, permitiendo que los sabores se integren. Trozos de tomate fresco o una lata de tomates se incorporan a la sopa hacia el final. Después de cocinar unos 30-45 minutos (más si se usan frijoles secos), las verduras y los frijoles están muy tiernos y el caldo es rico y cremoso. Un chorrito final de buen aceite de oliva y un poco de queso feta desmenuzado o perejil por encima es típico antes de servir. La fasoláda se sirve mejor caliente con gajos de limón (si se desea) y una guarnición de pan crujiente para mojar.
Aceite de oliva: 3–4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (más un poco más para rociar al final)
Aromáticos: 1 cebolla grande, picada; 2 zanahorias, peladas y cortadas en rodajas; 2 tallos de apio, cortados en rodajas (este trío es la base del mirepoix)
Ajo y hierbas: 3 dientes de ajo picados; 1 cucharadita de orégano seco; 1 o 2 hojas de laurel; una pizca de pimiento rojo triturado (opcional, para dar calor)
Frijoles blancos: 500 g de frijoles blancos secos (cannellini o alubias blancas), remojados durante la noche or 2 latas (aproximadamente 800–900 g en total) de frijoles blancos cocidos, escurridos
Tomato paste: 2 cucharadas (para profundidad)
Tomates: 2–3 tomates maduros picados or 1 lata (400 g) de tomates picados
Líquido: 6 tazas de agua o caldo de verduras (más para cubrir, más extra para diluir)
Condimento: Sal y pimienta recién molida (probar y ajustar)
Acabado (opcional): Un puñado de perejil fresco picado o unas ramitas de eneldo; rodajas de limón; queso feta desmenuzado (tradicional pero opcional)
Verduras salteadas: En una olla grande o en una olla holandesa, caliente el aceite de oliva a fuego medio. Añada la cebolla picada, la zanahoria y el apio. Cocine de 8 a 10 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que las verduras se ablanden y empiecen a tomar color. Añada el ajo, el orégano, las hojas de laurel y las hojuelas de pimiento rojo; cocine de 1 a 2 minutos más hasta que desprendan un aroma agradable.
Añade los frijoles y el tomate: Incorpore la pasta de tomate y cocine brevemente (1 minuto). Añada los frijoles remojados (escurridos) o los frijoles enlatados escurridos. Vierta suficiente agua o caldo para cubrir los ingredientes entre 2,5 y 5 cm. En este punto, añada los tomates picados (con su jugo). Sazone ligeramente con sal y pimienta.
Hervir a fuego lento: Llevar a ebullición y luego reducir el fuego a medio-bajo para que la sopa apenas hierva. Tapar parcialmente y cocinar durante 40-45 minutos si se usan frijoles secos (o 20-30 minutos si se usan enlatados), o hasta que los frijoles y las verduras estén muy tiernos y el caldo espese un poco. Remover de vez en cuando, añadiendo más agua si espesa demasiado (la sopa debe quedar jugosa, pero no seca). Probar y rectificar de sal y pimienta.
Finalizar: Justo antes de servir, retire las hojas de laurel. Sirva en tazones y rocíe con más aceite de oliva (al menos 1 cucharada por tazón). Decore con perejil picado o queso feta desmenuzado si lo desea, y aparte gajos de limón para exprimir.
Nutritivo | Cantidad |
Calorías | 505 kcal |
Carbohidratos | 52 gramos |
Proteína | 18 gramos |
Grasa total | 28 gramos |
– Grasas saturadas | 4 gramos |
Sodio | 470 mg |
Fibra | 14 gramos |
Azúcar | 8 gramos |
Alérgenos | Ninguno (use caldo sin gluten) |
Desde los inicios de Alejandro Magno hasta su forma moderna, la ciudad ha sido un faro de conocimiento, variedad y belleza. Su atractivo atemporal se debe a…
Examinando su importancia histórica, impacto cultural y atractivo irresistible, el artículo explora los sitios espirituales más venerados del mundo. Desde edificios antiguos hasta asombrosos…
Francia es reconocida por su importante patrimonio cultural, su excepcional gastronomía y sus atractivos paisajes, lo que la convierte en el país más visitado del mundo. Desde visitar lugares antiguos…
Aunque muchas de las magníficas ciudades de Europa siguen eclipsadas por sus homólogas más conocidas, es un tesoro de ciudades encantadas. Desde el atractivo artístico…
Con sus románticos canales, su asombrosa arquitectura y su gran relevancia histórica, Venecia, una encantadora ciudad a orillas del mar Adriático, fascina a sus visitantes. El gran centro de esta…