La Meca

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La Meca (árabe: Makkah al-Mukarramah) es una ciudad de profunda importancia mundial como el lugar más sagrado del islam. Enclavada en las montañas del Hiyaz, al oeste de Arabia Saudita, es la cuna del profeta Mahoma y la dirección (qibla) hacia la que se orientan los musulmanes de todo el mundo para rezar. Con una población metropolitana de aproximadamente 2,4 millones de habitantes (2022), La Meca es la tercera ciudad más grande de Arabia Saudita. Durante la peregrinación anual del Hajj, su población se triplica con creces a medida que llegan millones de peregrinos (por ejemplo, 2,49 millones realizaron el Hajj en 2019). La Gran Mezquita de La Meca (Masjid al-Haram) rodea la Kaaba, la "Casa de Alá", que es el punto focal del culto islámico. Según una autoridad, la mezquita "fue construida para rodear la Kaaba, el santuario más sagrado del islam" y "recibe a millones de fieles cada año". En la tradición musulmana, La Meca es venerada por encima de todas las ciudades.

El nombre de La Meca aparece en los primeros textos islámicos como Bakkah (فَعْلَة), identificada en el Corán como «la primera Casa de Adoración de la humanidad» (construida por Abraham e Ismael). Su nombre oficial, Makkah al-Mukarramah, significa «La Meca la Honrada». En el uso secular, «La Meca» se ha convertido incluso en una metáfora para cualquier lugar que atraiga a mucha gente, lo que refleja su atractivo para los peregrinos. Todos los peregrinos musulmanes del mundo se reúnen aquí, lo que confiere a La Meca su carácter único. La ley saudí prohíbe la entrada a la ciudad a los no musulmanes, lo que subraya su carácter exclusivamente islámico.

La importancia histórica de La Meca

La Meca antes del Islam

Historia y cultura preislámicas

Mucho antes del islam, La Meca ya era un importante santuario y centro comercial. Las tradiciones tribales árabes sostenían que el patriarca Abraham (Ibrahim) y su hijo Ismael reconstruyeron la Kaaba por mandato divino. Con el paso de los siglos, la Kaaba se convirtió en la Casa simbólica de Alá, a la vez que servía de centro de peregrinaciones anuales de tribus beduinas rivales. Estas peregrinaciones eran una institución social crucial: cada año, las disputas tribales se dejaban de lado para que todos los clanes pudieran reunirse para el culto y el comercio. Según la tradición islámica, la Kaaba albergaba 360 ídolos (uno por cada día preislámico del año), incluyendo un ídolo principal llamado Hubal. Arqueólogos e historiadores señalan que el núcleo de La Meca fue declarado santuario, donde no se permitían combates en un radio de unos 30 km de la Kaaba. Esta zona de tregua contribuyó a convertir la ciudad en un punto de peregrinación y, por lo tanto, en un centro comercial.

Antes del Islam, las caravanas comerciales convertían a La Meca en el centro de una alianza tribal laxa. Las caravanas de camellos transportaban especias, textiles, artículos de cuero y metales desde el sur de Arabia, África y el Lejano Oriente hacia el norte (Siria, Irak y más allá), y regresaban con dinero, armas, grano y vino. Los tratados con los bizantinos y los beduinos locales garantizaban el paso seguro de estas caravanas, y los comerciantes coraichíes de La Meca se enriquecieron en el proceso. Algunos estudiosos modernos cuestionan la verdadera magnitud de este comercio internacional, pero las tradiciones árabes celebran La Meca como una antigua encrucijada comercial.

Las narrativas islámicas relatan sucesos extraordinarios ocurridos en La Meca antes de la misión de Mahoma. En el año 570 d. C., año del nacimiento tradicional del Profeta, un gobernante cristiano abisinio llamado Abraha marchó sobre La Meca con la intención de destruir la Kaaba (este suceso se conoce como el Año del Elefante). Según la leyenda, el elefante de guerra de Abraha se detuvo a las afueras de La Meca y se negó a entrar, y una bandada de pequeños pájaros destruyó entonces a los invasores. Este relato, conmemorado en el capítulo coránico Al-Fīl («El Elefante»), reforzó el aura sagrada de La Meca.

El papel de La Meca en el comercio

La geografía de la ciudad la convirtió en un punto de encuentro para el comercio regional. Ubicada en las rutas de caravanas entre el océano Índico y el Mediterráneo, La Meca atraía a comerciantes de diversos países. Los relatos históricos describen mercancías procedentes de Yemen, África y Asia que pasaban por La Meca rumbo a Siria e Irak. Los líderes mecanos firmaron alianzas y tratados de derechos de agua para proteger estas caravanas. A su vez, La Meca abastecía a las caravanas con productos locales (como cuero y cuerno) y provisiones esenciales para la travesía por el desierto. Como señala una fuente, a finales del siglo VI, la importancia de La Meca en el comercio unía a gran parte de Arabia. Aunque La Meca nunca fue una capital política en esta época, su importancia religiosa y comercial ya estaba firmemente establecida en tiempos de Mahoma.

El nacimiento del Islam en La Meca

El profeta Mahoma y la revelación

En el año 570 d. C., Mahoma nació en la tribu Quraysh de La Meca. Durante gran parte de su juventud, La Meca siguió siendo una ciudad desértica relativamente modesta con profundas tradiciones tribales. A los 40 años (alrededor del año 610 d. C.), Mahoma comenzó a recibir revelaciones divinas en una cueva montañosa llamada Hira, en la cercana Jabal al-Nur. Predicó un estricto monoteísmo con el objetivo de reformar la sociedad mecana. Este mensaje desafió la idolatría imperante de la Kaaba, provocando una fuerte oposición de las élites de la ciudad. Las fuentes islámicas enfatizan que la Kaaba de La Meca, antaño llena de ídolos, debía ser recuperada como morada del único Dios.

La predicación del Profeta encontró un modesto número de seguidores al principio, pero también condujo a la persecución. Con solo unas pocas docenas de conversos, la comunidad de Mahoma sufrió acoso durante unos 13 años. En el año 622, el Profeta y sus seguidores abandonaron La Meca en la Hégira (migración) hacia Medina, lo que marcó el inicio del calendario musulmán. En Medina, Mahoma construyó una comunidad más grande y posteriormente (629-630 d. C.) negoció la conquista de La Meca. Cuando Mahoma regresó a La Meca en el año 630 d. C., ordenó la destrucción de los ídolos de la Kaaba, purificándola del politeísmo.

La comunidad musulmana primitiva

Tras la conquista del año 630 d. C., La Meca fue declarada oficialmente el santuario más sagrado del islam. Mahoma y sus compañeros preservaron la ciudad e integraron a sus habitantes en la comunidad musulmana. La Kaaba fue rededicada a la adoración exclusiva de Alá. A partir de entonces, La Meca se convirtió en el punto central de la peregrinación del Hajj, que el islam ordenó como uno de sus Cinco Pilares. Los musulmanes de todas las tribus estaban ahora unidos por una geografía sagrada compartida. En las décadas siguientes, los habitantes de La Meca fueron en gran medida leales al islam. La ciudad no decayó; al contrario, se convirtió gradualmente en la sede de una vida religiosa y académica en expansión. Incluso después de la muerte de Mahoma en el año 632 d. C., La Meca continuó atrayendo a peregrinos de todo el mundo musulmán, mucho antes de ser la capital de ningún imperio. Su identidad como Umm al-Qurā («Madre de las Ciudades») proviene de esta época fundacional.

La Meca a través de los tiempos

La Meca medieval

Después de Mahoma, La Meca nunca fue capital imperial, pero los gobernantes musulmanes de todas las dinastías asumieron la responsabilidad de su mantenimiento. Las autoridades del califato (los Bien Guiados, los Omeyas y los Abasíes) invirtieron en el sistema de abastecimiento de agua, las murallas y la mezquita de la ciudad. En los años 683 y 692 d. C., La Meca sufrió dos asedios por parte de las fuerzas omeyas durante disputas internas. En el año 930 d. C., la ciudad fue asaltada y brevemente saqueada por la secta heterodoxa cármata del este de Arabia. La peste negra llegó a La Meca en 1349, causando aún más penurias. Los relatos de viajes de esta época (como los de Ibn Battuta) describen La Meca como una ciudad grande y humilde, dedicada a la Kaaba, con peregrinos que la rodeaban en oración.

A lo largo del período medieval, las dinastías locales sharifianas (descendientes del Profeta) gobernaron La Meca bajo la soberanía nominal de los califatos. Recaudaban el impuesto de peregrinación, mantenían el orden y supervisaban la continua expansión de la Gran Mezquita alrededor de la Kaaba. La afluencia de peregrinos aumentó con el tiempo, y la ciudad medieval seguía siendo relativamente compacta: numerosas casas de piedra coexistían con palmerales y espacios abiertos en el valle circundante.

Influencia otomana

En 1517, el jerife de La Meca reconoció formalmente el dominio otomano cuando el sultán Selim I anexó el Hiyaz. El jerife conservó una considerable autonomía local, pero a partir de entonces La Meca quedó bajo protección otomana. Los otomanos, y posteriormente el gobernador egipcio Muhammad Ali Pasha, enviaron ingenieros para proteger la ciudad de las inundaciones y mantener las instalaciones de alojamiento para peregrinos.

Durante este período, la composición demográfica de la ciudad comenzó a cambiar. Además de los habitantes locales, La Meca albergaba comunidades permanentes de eruditos sunitas (a menudo árabes o centroasiáticos), persas chiítas y comerciantes de la India, Indonesia y África Oriental. Estos habitantes servían a los peregrinos y enriquecían la cultura urbana. El famoso viajero británico Richard Burton describió la Meca de mediados del siglo XIX como limpia, humilde y cosmopolita, incluyendo grandes hoteles para peregrinos incluso entonces, aunque solo un pequeño número de forasteros podía visitarla de forma clandestina.

Desarrollos modernos

El siglo XX trajo consigo un cambio drástico. Durante la Primera Guerra Mundial, el jerife de La Meca lideró la Revuelta Árabe (1916) contra el dominio otomano, liberando temporalmente la ciudad. En 1924, la recién ascendida familia Saud conquistó La Meca y la anexó a Arabia Saudita. El estado saudí se embarcó en ambiciosos proyectos de modernización: nuevas autopistas, sistemas de agua y energía ampliados, y edificios a gran escala. Fundamentalmente, la Gran Mezquita experimentó múltiples ampliaciones: la primera gran expansión saudí comenzó en 1955 y se completó en 1973, aumentando el área de la mezquita a más de 152.000 metros cuadrados (con capacidad para unos 500.000 fieles). Una segunda gran expansión lanzada en 1984 (la expansión del rey Fahd) multiplicó aún más su capacidad a más de 820.000. Como resultado, el antiguo centro de la ciudad ha sido ampliamente renovado; Se despejó una parte del barrio medieval para construir nuevos bulevares y el enorme complejo Abraj Al-Bait (Torres del Reloj), que con 601 metros es uno de los edificios más altos del mundo.

Hoy, La Meca combina su santidad centenaria con un paisaje urbano moderno y reluciente. Rascacielos, hoteles de lujo y complejos comerciales bordean las calles que rodean la Gran Mezquita, tras las antiguas casas de piedra que aún se vislumbran. Esta rápida remodelación ha generado controversia: los historiadores señalan que un gran porcentaje (algunos estiman que más del 90%) de los edificios y tumbas milenarios de La Meca han sido demolidos en las últimas décadas. Las autoridades saudíes insisten en que estos proyectos son necesarios para acoger a las multitudes de peregrinos, y de hecho han aumentado considerablemente la capacidad de la mezquita. La historia de La Meca, desde el siglo VII hasta la actualidad, es, por lo tanto, una historia de continuidad y transformación, que fusiona su papel como cuna del islam con las exigencias de una ciudad global.

Importancia religiosa de La Meca

La Kaaba: el corazón de La Meca

En el centro de la ciudad más sagrada del islam se encuentra la Kaaba, el santuario de piedra de forma cúbica dentro de la Gran Mezquita. La tradición sostiene que esta casa sagrada fue construida inicialmente por Abraham (Ibrahim) y su hijo Ismael como santuario monoteísta. En la época preislámica se llenó de ídolos, pero Mahoma restauró su pureza en el año 630 d. C. al devolver La Meca al monoteísmo. La importancia de la Kaaba es absoluta: es la qibla (dirección) hacia la que más de mil millones de musulmanes rezan cinco veces al día, y completar la circunvalación (tawaf) de la Kaaba es un rito esencial tanto del Hajj como de la Umrah. Según una descripción autorizada, la Kaaba es "el santuario más sagrado del islam", el corazón espiritual de la ciudad. Sus paredes están revestidas de ricas telas negras (kiswah) y en una de sus esquinas se encuentra la venerada Piedra Negra (Hajar al-Aswad), que los musulmanes creen que data del tiempo de Abraham.

Historia y construcción de la Kaaba

La Kaaba actual es un sencillo cubo de piedra de unos 12 m de altura, pero su historia se remonta a milenios. Según la creencia islámica, Dios ordenó originalmente a Abraham construir la "Casa de Dios" en este lugar. Posteriormente, varias tribus la reconstruyeron y restauraron; por ejemplo, la tradición coránica señala que Abraham e Ismael "la convirtieron en un lugar de culto para el pueblo" (Corán 2:125). La estructura sufrió daños por inundaciones e incendios a lo largo de los siglos; durante el asedio omeya del año 683 d. C., la Kaaba se incendió y posteriormente fue reconstruida. El caso más famoso es el de cuando Mahoma conquistó La Meca, arrasó con los numerosos ídolos del santuario, consagrándolo exclusivamente a la adoración de Alá. Tras su muerte, sucesivos califas y gobernantes sharifianos continuaron renovando la Kaaba y la mezquita que la rodeaba. Por ejemplo, la piedra de la Kaaba fue ampliada por el califa abasí al-Mahdi, y en su interior se conservan numerosos azulejos y caligrafía de la época otomana. En tiempos modernos, la Kaaba ha sido rodeada por las grandes ampliaciones de la mezquita, pero todavía se encuentra en el mismo centro de la mezquita, independiente y accesible para los peregrinos.

Importancia en el culto islámico

El papel de la Kaaba en el ritual islámico es inigualable. Todo musulmán, dondequiera que esté, mira hacia la Kaaba al rezar, un recordatorio diario de unidad. Los peregrinos que realizan el Hajj y la Umrah deben dar siete vueltas (tawaf) alrededor de la Kaaba, una práctica que se remonta a Abraham y Agar en la tradición islámica. Entre la Kaaba y un par de pequeñas colinas (Safa y Marwah) dentro de la misma mezquita, los peregrinos realizan el Saʿi (correr o caminar siete veces), en conmemoración de la búsqueda de agua de Agar. Cerca de la mezquita se encuentra el antiguo pozo de Zamzam: un manantial milagrosamente proporcionado a Agar e Ismael, según la tradición. Los peregrinos beben de Zamzam y a menudo lo toman como un recuerdo sagrado. Como señala un comentario histórico, rezar en la Kaaba o en una de las colinas sagradas de La Meca se considera sumamente meritorio, ya que multiplica la recompensa del adorador. En resumen, la Kaaba es a la vez un foco de rituales (tawaf, oración) y un símbolo de la unidad musulmana y el monoteísmo.

Hajj: La peregrinación a La Meca

Cada año, en el mes de Dhu al-Hijjah (el duodécimo mes del calendario islámico), los musulmanes con recursos económicos suficientes realizan la peregrinación del Hajj a La Meca. El Hajj es uno de los cinco pilares del islam, por lo que los musulmanes lo consideran una obligación al menos una vez en la vida. Es, con diferencia, la peregrinación anual más grande del mundo. Según una fuente, durante el Hajj, "millones de musulmanes de todo el mundo" convergen en La Meca. En 2019, por ejemplo, 2,49 millones de personas realizaron el Hajj durante cinco días. La infraestructura de la ciudad prácticamente se paraliza para este evento: las calles residenciales se convierten en vías de peregrinación y las agencias gubernamentales se centran exclusivamente en el control de multitudes y el apoyo.

Los principales rituales del Hajj en La Meca

Los rituales del Hajj incluyen varios ritos clave que se realizan en La Meca y sus alrededores. Los peregrinos entran en estado de consagración (ihram) en puntos designados (a menudo la Masjid at-Tanʿim o su país de origen para los turistas). Al llegar a La Meca, visten primero ropas blancas sencillas y luego realizan el Tawaf: dan siete vueltas a la Kaaba dentro de la Masjid al-Haram. A continuación, realizan el Saʿi: caminan a paso ligero entre las colinas de Safa y Marwah (también dentro de la Gran Mezquita), que simboliza la búsqueda de agua de Agar. Después, sacrifican un animal (o donan su valor) en memoria de la disposición de Abraham a sacrificar a su hijo. Los peregrinos se dirigen a Mina, un campamento de tiendas al este de La Meca, donde pasan la primera noche del Hajj. El ritual principal tiene lugar el Día de Arafat: los peregrinos viajan al Monte Arafat (la llanura de Arafat) para orar toda la tarde, invocando la misericordia de Dios. Esa tarde se dirigen a Muzdalifah para pasar la noche al aire libre, recogiendo piedras para el día siguiente. Al día siguiente, los peregrinos regresan a Mina y realizan la lapidación del Diablo: arrojan piedras a tres pilares (ramat al-jamarāt) que representan el rechazo del mal. Finalmente, realizan un rapado simbólico de la cabeza (hombres) o un corte de pelo (mujeres), completan otro tawaf alrededor de la Kaaba y concluyen los rituales. Tras varios días, los peregrinos han completado todos los pasos del Hajj, tras lo cual regresan a casa.

Significado espiritual del Hajj

The Hajj embodies deep spiritual themes in Islam. It commemorates the trials of Abraham, Ishmael, and Hagar, and it symbolizes the unity and equality of all Muslims before God. By wearing identical simple garments and performing the rites together, pilgrims of all nations stand as equals. At its climax (the standing at Arafat), the Hajj emphasizes Muslim obedience and reliance on God. Mecca itself, in the pilgrim mindset, transforms into a tent camp of devotion: as one journalist notes, once the Hajj begins, “every street [in Mecca] is like the greatest mosque in the world”. Even historical observers (like Ibn Battuta) remarked that in Mecca “prayers were made for the Sultan” at the Kaaba, showing how the entire community of believers turns its attention to the shrine during pilgrimage. Importantly, the Prophet Muhammad taught that performing Hajj with true devotion can cleanse a person of sins, making it a journey of profound personal renewal. Thus Hajj is both a literal pilgrimage to a holy site and a metaphorical journey towards spiritual rebirth.

Umrah: La peregrinación menor

La Umrah se refiere a la "peregrinación menor" a La Meca, que puede realizarse en cualquier época del año (a diferencia del Hajj, que se realiza una vez al año). Incluye muchos de los mismos rituales (ihram, tawaf y Saʿi), pero omite la estancia en Arafat y Mina. El Corán recomienda la Umrah como un acto honorable (por ejemplo, Sura Al-Baqarah 2:196). A diferencia del Hajj, la Umrah no es obligatoria, pero sigue siendo muy meritoria; muchos musulmanes la realizan varias veces a lo largo de su vida.

Realizar la Umrah es más sencillo en cuanto a logística: los peregrinos entran en ihram (a menudo en la Masjid at-Tanʿim o antes de llegar), luego entran en la Gran Mezquita y dan siete vueltas a la Kaaba. Después, corren o caminan entre Safa y Marwah siete veces. Tras completar estos ritos, los peregrinos varones suelen afeitarse la cabeza (las mujeres cortan un pequeño mechón de cabello), lo que marca el final del ihram. Las nuevas políticas de visados ​​han abierto la Umrah a millones de turistas internacionales: Arabia Saudí ahora permite a muchos visitantes entrar con una visa electrónica de turista que permite la Umrah en cualquier época del año. Al planificar una visita, los peregrinos suelen elegir los meses más frescos (noviembre-febrero o primavera) para evitar el intenso calor del verano en La Meca.

La Meca moderna: una ciudad de transformación

Desarrollo urbano e infraestructura

Ampliación de la Gran Mezquita

Desde mediados del siglo XX, la infraestructura de La Meca se ha expandido enormemente para cumplir su función como la principal ciudad de peregrinación del mundo. La Gran Mezquita que rodea la Kaaba se ha ampliado en sucesivas etapas. La primera ampliación, liderada por el gobierno saudí (finalizada en 1973), casi sextuplicó la superficie de la mezquita, y la segunda (finalizada a principios de la década del 2000) la amplió aún más, aumentando su capacidad a más de 800.000 fieles. Estos proyectos añadieron nuevas plantas, bibliotecas e instalaciones en torno a la histórica mezquita otomana.

Fuera de la mezquita, el horizonte de La Meca se ha transformado radicalmente. El Abraj Al-Bait (las Torres del Reloj de La Meca) es un complejo de torres de 601 metros con un reloj gigante visible desde toda la ciudad; es uno de los edificios más altos del mundo. Numerosos hoteles de lujo y rascacielos rodean ahora la plaza de la mezquita. Se ampliaron o realinearon las redes de calles, y nuevas autopistas conectan la ciudad con Yedda y Taif. A lo largo del siglo XXI, el gobierno realizó importantes inversiones en arquitectura e ingeniería modernas en La Meca. Por ejemplo, se construyó una red de 24 km de vías rápidas para agilizar el tráfico de peregrinos. También se modernizaron los sistemas de agua y electricidad: modernas plantas de desalinización cerca del Mar Rojo abastecen las necesidades de La Meca, y los proyectos de presas han mitigado las inundaciones repentinas que históricamente amenazaban la ciudad.

A pesar de este progreso, la rápida remodelación ha suscitado debate. Como observó un estudio de renombre, muchos sitios históricos (incluidas ruinas preislámicas, tumbas otomanas y una fortaleza del siglo XVIII) fueron demolidos durante la construcción de las ampliaciones. Los críticos afirman que, en el proceso, La Meca perdió gran parte de su patrimonio arquitectónico. El gobierno saudí argumenta que estas medidas pretendían prevenir la idolatría (eliminando así tumbas que podrían ser veneradas) y dar cabida a decenas de miles de fieles más. En la práctica, gran parte del casco antiguo ha cedido el paso a la infraestructura: hoy la Gran Mezquita abarca más de un millón de metros cuadrados (incluyendo varios niveles), y el recinto sagrado combina cimientos medievales con complejos ultramodernos.

Transporte y accesibilidad a La Meca

La moderna infraestructura de La Meca incluye excelentes conexiones de transporte. El nuevo ferrocarril de alta velocidad Haramain (inaugurado en 2018) recorre 449 km de La Meca a Medina, pasando por Yedda, conectando ambas ciudades santas a velocidades de hasta 300 km/h. Los trenes permiten a los peregrinos viajar rápidamente entre los lugares sagrados. A nivel nacional, La Meca está conectada por una red de autopistas con Riad y otras regiones; la Carretera 40 la conecta con Yedda y Riad, y la Carretera 15 conduce al norte, a Medina y Jordania.

A nivel internacional, el aeropuerto principal más cercano es el Internacional Rey Abdulaziz en Yeddah, a unos 70 km. Este aeropuerto cuenta con una terminal dedicada al Hajj, diseñada para procesar a los peregrinos: puede acomodar a unos 80.000 viajeros a la vez. El gobierno de Arabia Saudita también ha agilizado los trámites de visado y entrada para los peregrinos (véase "Visados" más adelante). Dentro de la propia La Meca, el transporte público está en desarrollo. Para el Hajj en particular, la línea de metro Al Mashaaer Al Mugaddassah (inaugurada en 2010) transporta a los peregrinos entre La Meca, Mina, Muzdalifah y Arafat. La ciudad también ha comenzado a introducir autobuses públicos y líneas ferroviarias urbanas para atender a su creciente población. En resumen, la red de transporte de La Meca ahora combina caminos antiguos (a los lugares de peregrinación) con ferrocarriles y autopistas ultramodernos, lo que refleja el flujo estacional único de visitantes de la ciudad.

Economía y demografía de La Meca

Crecimiento y diversidad de la población

La población de La Meca se ha expandido rápidamente en la época moderna. A principios del siglo XX, era solo una pequeña ciudad de quizás 20.000 a 30.000 habitantes. El crecimiento económico impulsado por el petróleo y el alojamiento de millones de peregrinos han llevado la población metropolitana a alrededor de 2,4 millones en la actualidad. La demografía de la ciudad es notable: solo alrededor del 44,5% de los residentes son ciudadanos saudíes, mientras que aproximadamente el 55,5% son musulmanes nacidos en el extranjero. Estos residentes extranjeros incluyen familias de Bangladesh, Indonesia, Egipto, Pakistán y otros países, que han venido a trabajar en servicios a peregrinos, comercio o educación religiosa. Por ejemplo, los informes de los medios locales destacan que una importante comunidad del sur de Asia, que incluye residentes de larga data y empresarios, ahora considera a La Meca su hogar. Hoy en día, los barrios de La Meca son un tapiz de culturas musulmanas árabes, del sur de Asia y africanas que conviven.

Las temporadas de peregrinación también generan drásticos picos de población temporales. Durante los cinco días del Hajj, la ciudad crece dos o tres veces; los hoteles y el transporte público superan su capacidad habitual. Incluso en temporada baja, miles de visitantes llegan diariamente para la Umrah, especialmente durante el Ramadán y otras festividades. Este flujo constante de forasteros ha convertido a La Meca en un entorno urbano verdaderamente internacional. Sin embargo, en meses normales, la población residente es bastante devota y muy unida; muchas familias han vivido aquí durante generaciones y las familias de peregrinos colaboran para acogerlos.

La economía de La Meca y el impacto de la peregrinación

La economía de La Meca gira casi por completo en torno a la peregrinación. Negocios de todo tipo dependen de los millones de visitantes anuales. El sector hotelero es dominante: cientos de hoteles, pensiones y complejos de pensiones operan en la ciudad, ofreciendo alojamiento para todos los presupuestos. Muchos de los hoteles más grandes se encuentran a pocas manzanas de la Gran Mezquita (por ejemplo, el Fairmont Makkah Clock Royal Tower), mientras que posadas más pequeñas y "zawiyas" (alojamientos) atienden a peregrinos con presupuesto limitado. Durante el Hajj, las autoridades también operan campamentos temporales en Mina con capacidad para más de un millón de personas.

Aparte del alojamiento, prácticamente todos los demás comercios se dedican a los peregrinos. Los restaurantes y puestos de comida son omnipresentes: se puede encontrar de todo, desde cocina de Oriente Medio hasta platos del sur de Asia e Indonesia, para satisfacer a los diversos huéspedes. Es habitual que los restaurantes y las cocinas de los campamentos sirvan agua de Zamzam a los comensales, lo que refleja la tradición de que cada comida debe ir acompañada de esta agua bendita. Las tiendas locales venden alfombras de oración, talismanes, dulces de dátiles (como la especialidad local, la debyaza, una compota dulce de frutos secos que se dice que tiene su origen en La Meca), perfumes y literatura religiosa. Mercados enteros rebosan de abayas, ropa para el ihram y Coranes.

La peregrinación también genera ingresos públicos. El gobierno saudí recauda un impuesto para el Hajj y destina grandes presupuestos a la infraestructura de La Meca. Según informes oficiales, el presupuesto municipal de La Meca fue de aproximadamente 11 mil millones de riyales saudíes (3 mil millones de dólares) en 2015, principalmente para desarrollo y servicios para peregrinos. Muchos residentes trabajan para agencias gubernamentales o para la administración de la Gran Mezquita, gestionando el registro de peregrinos, el saneamiento, la seguridad y las clínicas de salud. A nivel macro, el estatus de La Meca atrae miles de millones de dólares de inversión cada año y apoya a sectores como el turismo y la construcción en toda la región. Incluso sectores como las telecomunicaciones y el transporte adaptan considerablemente sus servicios a las temporadas de peregrinación.

Aspectos culturales y sociales de La Meca

La vida cotidiana en La Meca

Costumbres y tradiciones locales

La vida de los residentes permanentes de La Meca se asemeja a la de cualquier ciudad saudí conservadora, con la fe islámica como eje central. El ritmo diario de oración y ayuno marca la semana. La política oficial desalienta cualquier entretenimiento que pueda contradecir la santidad de la ciudad, por lo que incluso las celebraciones personales son moderadas. Por ejemplo, un informe de Associated Press señaló que las familias en La Meca celebran fiestas de cumpleaños y bodas, pero la música se toca en voz baja o se omite por respeto al ambiente sagrado. Los cafés y las tiendas cierran durante las horas de oración, y los hombres suelen saludar a las mujeres de forma más formal en público.

La hospitalidad ha sido desde hace mucho tiempo un sello distintivo de la sociedad mecana. Históricamente, las familias mecanas recibían a los peregrinos en sus casas durante la temporada del Hajj, ofreciéndoles comida y alojamiento. Los residentes mayores cuentan que, en el pasado, "la gente tenía sus casas abiertas" para los peregrinos extranjeros. Como recordó un residente, aquellos fueron "tiempos hermosos" en los que los peregrinos podían socializar libremente con los lugareños. Hoy en día, la magnitud del Hajj dificulta la hospitalidad informal, pero este legado perdura en rituales más pequeños: una familia mecana aún puede dejar dátiles en la bolsa de un peregrino que pasa por allí u ofrecer un sorbo de agua de Zamzam como bendición. Los mecanos también suelen ayunar días adicionales (nawafil) fuera del Ramadán para buscar las bendiciones de la ciudad.

Con el cambio urbano, la vida social ha cambiado. Los grandes barrios cerca del Haram fueron demolidos para construir hoteles, por lo que quedan pocos antiguos barrios tribales en el centro. Los nuevos distritos albergan a muchos residentes que trabajan en el sector turístico y de servicios. La vida comunitaria tiende a concentrarse en torno a mezquitas y escuelas, que sirven como centros culturales. Existe una marcada brecha entre los mecanos de toda la vida (tawā'if) y las familias inmigrantes más recientes; pero con el tiempo, muchos trabajadores expatriados se asientan y forman sus propias comunidades. Un artículo que describe la vida urbana señalaba que un taxista de Bangladesh lleva dieciséis años viviendo en La Meca, lo que ejemplifica la gran comunidad permanente del sur de Asia en la ciudad. En el comercio diario, se escuchan bengalí, urdu e indonesio junto con el árabe, lo que refleja esta diversidad.

Cocina y gastronomía en La Meca

La cocina de La Meca refleja su carácter cosmopolita. Los platos tradicionales saudíes y hejazíes son populares: una especialidad es kabsa (arroz especiado con cordero o pollo). Una exquisitez local única del Eid es dubyaza (también conocido como Khushaf): una compota de frutos secos condimentada con cardamomo y servida en cuencos ornamentados. Dátiles, café con cardamomo y arroz dulce (correcto) son alimentos básicos cotidianos en las comidas de La Meca.

Sin embargo, abundan las comidas internacionales porque los peregrinos anhelan sabores familiares. Es fácil encontrar biryani, currys y salteados chinos cerca de la Gran Mezquita, así como cadenas de comida rápida y restaurantes de alta cocina. La mayoría de los restaurantes (incluso las pequeñas cafeterías) tienen agua embotellada de Zamzam, ofreciéndola gratuitamente como un gesto simbólico. Durante el Hajj, la ciudad moviliza comedores y cocinas voluntarias (como las gestionadas por organizaciones benéficas) para proporcionar comidas gratuitas a cientos de miles de peregrinos.

Las comidas familiares en La Meca son marcadamente modestas. Hombres y mujeres suelen comer en zonas separadas; las comidas comunitarias pueden organizarse en los patios de las mezquitas durante el iftar de Ramadán. A pesar de la afluencia de riqueza, los mecanos generalmente mantienen un estándar conservador: el alcohol y la comida no halal están estrictamente prohibidos en la ciudad. La experiencia compartida de acoger peregrinos convierte la generosidad en una virtud local. En la vida privada, las familias mecanas están muy unidas, con extensas redes de parentesco. La hospitalidad hacia los huéspedes —ofrecer dátiles, café y agua de Zamzam— se considera tanto una expectativa cultural como un deber religioso.

Educación y Sociedad

Instituciones educativas en La Meca

La Meca es un centro de aprendizaje islámico, lo que refleja su carácter sagrado. La institución más destacada es la Universidad Umm al-Qura (UQU), fundada originalmente en 1949 como una universidad islámica de la sharia. La UQU se expandió rápidamente a finales del siglo XX y se reorganizó como universidad de pleno derecho por decreto real en 1981. Hoy en día, la UQU matricula a decenas de miles de estudiantes y ofrece un amplio currículo: además de estudios coránicos y jurídicos, cuenta con facultades de ingeniería, tecnología, medicina, administración de empresas y humanidades. La universidad también gestiona bibliotecas y centros de investigación centrados en el patrimonio islámico.

Varias otras universidades e institutos apoyan a la sociedad meca. Existen universidades públicas dedicadas a asuntos religiosos (que forman imanes y guías del hach), institutos técnicos y sedes de universidades nacionales. Si bien Riad y Yeda cuentan con infraestructuras educativas más amplias, las escuelas mecanas reflejan su misión sagrada: muchos programas se centran en la religión comparada, el estudio del hadiz y la lingüística árabe para estudiantes extranjeros. Estudiantes internacionales de todo el mundo musulmán acuden a La Meca para cursar cursos especializados, especialmente relacionados con la gestión de peregrinaciones, la historia islámica y la conservación de lugares sagrados.

En los niveles de primaria y secundaria, La Meca sigue el currículo nacional saudí, con escuelas públicas segregadas por género. La instrucción religiosa es fundamental: la recitación diaria del Corán y los estudios islámicos son obligatorios en todas las escuelas. La Meca también cuenta con seminarios religiosos (madrasas) anexos a mezquitas, donde eruditos tradicionales enseñan árabe clásico y jurisprudencia. La tradición académica de la ciudad se remonta siglos atrás, y muchas familias mecanas incluyen generaciones de maestros y clérigos coránicos. Socialmente, la educación se considera una prioridad comunitaria; la escolarización gratuita o subvencionada ha incrementado drásticamente la alfabetización entre los mecanos. Sin embargo, persiste una brecha: los hijos de trabajadores extranjeros a menudo asisten a escuelas o internados separados, lo que refleja la estratificación socioeconómica de la comunidad de expatriados.

Estructura social y comunidad

El tejido social de La Meca es complejo. Los ciudadanos locales (tawā'if) incluyen algunos clanes establecidos con raíces anteriores al islam, pero después de 1924 la jerarquía social se alineó en gran medida con la piedad religiosa y el servicio al gobierno. Muchas familias mecanas más antiguas ahora también invierten en el sector hotelero. Los residentes extranjeros constituyen la mayoría: familias e individuos del sur de Asia (Pakistán, India, Bangladés), el sudeste asiático (Indonesia, Malasia), África y el Levante. Muchos llegaron hace décadas como trabajadores o comerciantes y se quedaron permanentemente. Por ejemplo, un solo taxista bangladesí entrevistado era representativo de una gran comunidad del sur de Asia de residentes de larga data. La población de la ciudad es mayoritariamente musulmana, con predominio del islam sunita; los musulmanes chiítas están presentes principalmente como comerciantes y académicos, pero el espacio público es uniformemente sunita.

La vida familiar en La Meca es conservadora. Los hogares suelen ser extensos; niños y ancianos viven bajo el mismo techo. Sin embargo, el rápido desarrollo urbano ha afectado a los barrios tradicionales. En el centro, las antiguas casas de madera y piedra han sido sustituidas por apartamentos de hormigón. Muchos mecanos se han reubicado desde las zonas centrales a barrios construidos por el gobierno más alejados. Estos proyectos de vivienda suelen mezclar a saudíes y extranjeros, pero aún existen enclaves: barrios identificados con pakistaníes, indios o bangladesíes, cada uno con tiendas y restaurantes en su propio idioma.

A pesar de las diferencias, los mecanos comparten un fuerte vínculo comunitario centrado en la fe. Las numerosas mezquitas sirven como lugares de encuentro diario. Los hombres suelen reunirse en los patios de las mezquitas después de la oración del viernes para tratar asuntos locales, mientras que las mujeres pueden reunirse en privado en sus casas o en las secciones femeninas de las mezquitas. La caridad (zakat) es una práctica social importante: especialmente durante el Ramadán, se espera que los miembros de la comunidad apoyen a las familias necesitadas y a los peregrinos que carecen de recursos. Incluso con la modernización, costumbres locales como recitar las oraciones vespertinas en grupo y celebrar las festividades religiosas en familia siguen profundamente arraigadas.

Desafíos y controversias

Urbanización vs. Preservación

El crecimiento sin precedentes de La Meca ha provocado un intenso debate sobre el patrimonio y la planificación urbana. Los críticos argumentan que la identidad espiritual de la ciudad corría el riesgo de verse eclipsada por intereses comerciales. De hecho, entre 1985 y 2015, se estima que el 95 % de los edificios históricos de La Meca (algunos con más de mil años de antigüedad) fueron demolidos para dar paso a nuevas construcciones. Monumentos emblemáticos como la fortaleza otomana de Ajyad fueron arrasados. Observadores internacionales han lamentado la pérdida de la arquitectura tradicional y los sitios antiguos, advirtiendo que el ambiente histórico de La Meca se estaba borrando.

Las autoridades saudíes responden que la expansión es necesaria: solo eliminando las antiguas y estrechas estructuras se podría ampliar la Gran Mezquita para dar cabida al creciente número de peregrinos. Señalan que muchas de las zonas despejadas no eran sagradas, sino antiguos distritos residenciales; en su opinión, preservar la capacidad de atender a millones de fieles es la máxima prioridad. De hecho, la Gran Mezquita ahora abarca varias plantas y puede albergar a mucha más gente que en siglos pasados. Continúan los planes de desarrollo: se han anexado partes de pueblos cercanos más pequeños (Mina y Muzdalifah) para albergar el campamento de peregrinos. Continúan elevándose modernos rascacielos y centros comerciales alrededor del casco antiguo.

Este equilibrio entre desarrollo y conservación sigue siendo un tema delicado. Algunos conservacionistas abogan por una mejor integración del patrimonio en los nuevos proyectos. Otros señalan el renovado interés en documentar el pasado de La Meca mediante reconstrucciones digitales y colecciones museísticas. Por ejemplo, la Exposición del Museo de Arquitectura de las Dos Mezquitas Sagradas (ubicada en el edificio de la Torre del Reloj) exhibe artefactos de la historia de La Meca. En la práctica, la tensión entre crecimiento y patrimonio es un rasgo característico de la Meca contemporánea: cada proyecto de construcción se sopesa en función de la necesidad de respetar la santidad del sitio.

Acceso y restricciones

El estatus especial de La Meca en el islam conlleva estrictas normas de acceso. Los no musulmanes tienen estrictamente prohibido entrar en la ciudad. La ley saudí exige que todos los residentes y visitantes se identifiquen como musulmanes en los puestos de control de las carreteras que conducen a La Meca. Incumplir esta norma constituye una infracción grave. Incluso algunos visitantes musulmanes deben obtener un permiso especial: por ejemplo, históricamente, las mujeres y las niñas necesitaban un acompañante masculino (mahram) para realizar la peregrinación. Cabe destacar que en 2021 el gobierno saudí eliminó este requisito: por primera vez, se permitió a las mujeres solteras de diversos países obtener visados ​​para el Hajj y viajar sin un familiar masculino. Esta reforma permitió a miles de mujeres asistir al Hajj o a la Umrah de forma independiente.

Dentro de la propia La Meca, también se aplican restricciones religiosas. El alcohol y los productos porcinos están totalmente prohibidos en la ciudad. Los códigos de vestimenta se aplican estrictamente: tanto hombres como mujeres deben usar vestimenta modesta (las mujeres se cubren los hombros y las piernas con una abaya y un pañuelo; los hombres usan ropa holgada o el tradicional pañuelo blanco). ihram Las manifestaciones públicas de afecto son tabú. Se observa segregación de género en espacios públicos (por ejemplo, asientos separados en algunos cafés). A la hora del rezo, las tiendas cierran y las calles se tornan inquietantemente silenciosas. Además, las políticas municipales de La Meca priorizan las consideraciones religiosas: se desaconseja la música alta o las decoraciones festivas en días festivos (incluso las celebraciones del Eid se mantienen en silencio).

Quizás la restricción más famosa sea la propia peregrinación: solo los musulmanes pueden entrar a la Gran Mezquita. Los controles de seguridad (con pulseras electrónicas o comprobaciones de identidad) garantizan que toda persona que realice el tawaf o el hajj sea musulmana. En los últimos años, la tecnología saudí (cámaras de reconocimiento facial) ha reforzado la aplicación de la ley. Estas medidas, combinadas con la expansión de la ciudad, hacen que La Meca sea hoy un enclave religioso cerrado, abierto exclusivamente a quienes acuden en peregrinación o para el culto local.

Planificando su visita a La Meca

Preparándose para la peregrinación

¿Cómo obtengo una visa para La Meca?

Para entrar a La Meca se requiere una visa especial para la peregrinación. Para el Hajj, los viajeros deben obtener una visa a través de una agencia de viajes saudí autorizada que organice paquetes de peregrinación. El gobierno saudí no permite viajar al Hajj con una visa de turista. Para la Umrah y otras visitas generales, Arabia Saudita emite visas de Umrah/turistas. En 2019, el país lanzó un programa de visa electrónica en línea para turistas de muchos países, que permite realizar la Umrah fuera de la temporada del Hajj. A mediados de 2025, Arabia Saudita actualizó su política: reanudó la emisión de visas electrónicas para la Umrah a partir del 10 de junio de 2025 y permite a los visitantes que cumplen los requisitos (por ejemplo, aquellos con visas válidas de EE. UU., el Reino Unido o Schengen) obtener visas a su llegada. En la práctica, la mayoría de los peregrinos obtienen una visa a través de un operador turístico, que coordina el alojamiento, el transporte y la tramitación de la visa saudí.

Prospective visitors should check Saudi Arabia’s official visa website well in advance. Requirements generally include a passport valid for at least six months, proof of vaccination (see below), and a confirmed Hajj/Umrah package. Starting in 2022, Saudi health authorities require proof of COVID-19 vaccination for all pilgrims, as well as routine vaccines (meningitis, polio booster). Travelers should note that rules can change: for example, Saudi health policy revived Umrah visas on June 10, 2025 after an annual suspension of travel during Hajj. It is wise to engage an experienced operator or governmental agency when planning a visit. As one guide notes, “Entry to Makkah [is allowed] for pilgrims holding appropriate visas” which were recently reinstated.

¿Cuál es el mejor momento para visitar La Meca para la Umrah?

El clima desértico de La Meca es muy caluroso. Los meses de verano (junio-septiembre) suelen registrar temperaturas diurnas superiores a los 40 °C (104 °F). El invierno (diciembre-febrero) es más suave: las máximas diurnas oscilan entre los 25 y los 30 °C (77 y 86 °F). La primavera (marzo-abril) también es cálida, pero no insoportable. Los expertos en viajes recomiendan que de finales de febrero a abril, o de octubre a principios de diciembre, son los períodos más agradables para realizar actividades al aire libre en La Meca. Por ello, muchos peregrinos prefieren realizar la Umrah en estas temporadas intermedias, cuando el calor es soportable y los hoteles pueden estar algo menos concurridos (excepto durante el Ramadán, que varía anualmente).

Sin embargo, algunos peregrinos buscan coincidir con el Ramadán (el mes de ayuno) o la temporada del Hajj por motivos personales. El Ramadán en La Meca es una experiencia profunda, pero también una época muy concurrida (dado que los visados ​​para la Umrah están suspendidos durante el Hajj, los peregrinos de la Umrah acuden en masa durante el Ramadán). Visitar La Meca durante el Ramadán es una intensa experiencia espiritual con oraciones nocturnas de Tarawih e iftar comunitario, pero tanto las multitudes como los precios suben. En resumen, se puede visitar La Meca durante todo el año, pero conviene evitar el verano en su punto álgido si es posible. Una buena estrategia es planificar para la primavera o el otoño y consultar las fechas de Ramadán y el Hajj en el calendario lunar del año en curso.

Consejos de salud y seguridad

Los peregrinos deben planificar cuidadosamente su salud y seguridad. La vacunación es obligatoria: se requiere comprobante de una vacuna tetravalente reciente contra la meningitis para todos los peregrinos, y se recomienda tener al día las vacunas contra la polio y la gripe. Consulte la normativa saudí más reciente antes de viajar. Mantenerse hidratado es crucial; a pesar de las noches frescas, el calor del desierto puede causar deshidratación rápida. Lleve siempre agua embotellada (el agua de Zamzam, aunque bendita, debe consumirse con moderación). Use ropa cómoda y abrigada, y calzado resistente para caminar largas distancias. Durante la temporada del Hajj, el aumento explosivo de multitudes obliga a estar alerta: siga las instrucciones oficiales, inscríbase en grupos guiados y guarde sus documentos o pertenencias personales en un lugar seguro.

Las autoridades saudíes suelen emitir avisos sanitarios especiales para los peregrinos, incluyendo listas de artículos prohibidos y contactos de emergencia. Un seguro de viaje que cubra grandes reuniones y evacuación de emergencia puede ser una buena idea. Las mujeres deben obtener la documentación necesaria para acompañar a los acompañantes (aunque el reciente cambio de política ha flexibilizado los requisitos) y los hombres deben asegurarse de que sus certificados de vacunación sean válidos. En condiciones climáticas extremas, pueden ser útiles productos de viaje como toallas refrescantes y sombrillas. En general, se recomienda tanto a los peregrinos primerizos como a los veteranos que se aclimaten caminando por la mezquita con calzado normal antes de intentar vestir el ihram completo, y que aprendan algunas frases básicas en árabe o indicaciones para desplazarse por el transporte local y los servicios médicos si es necesario.

Alojamiento y restauración

¿Cuáles son las opciones de alojamiento en La Meca?

La Meca ofrece una amplia gama de alojamientos, desde lujosos hoteles de cinco estrellas hasta pensiones básicas. La zona que rodea la Gran Mezquita está dominada por grandes hoteles y apartahoteles, muchos de los cuales pertenecen a cadenas internacionales (Hilton, Fairmont, Pullman, etc.) o marcas regionales. Estos edificios suelen tener decenas de plantas y ofrecen acceso directo (algunos con puentes colgantes) al complejo de la mezquita. Durante el Hajj, estos hoteles se llenan con meses de antelación a precios elevados. Fuera del centro, una franja de hoteles de gama media y económica bordea las calles de La Meca.

Para las peregrinaciones masivas (Hajj), el gobierno saudí organiza amplios campamentos de tiendas de campaña en Mina, Muzdalifah y Arafat. Estas tiendas están completamente equipadas con ropa de cama, aire acondicionado (en muchas secciones) e instalaciones comunes. Los organizadores de peregrinaciones suelen incluir la reserva de tiendas de campaña en sus paquetes. En los últimos años, el gobierno también ha construido unas 20.000 habitaciones de hotel en Mina para sustituir gradualmente el alojamiento en tiendas de campaña.

Fuera de la temporada del Hajj, funcionan muchos hoteles pequeños dedicados a la peregrinación (a menudo llamados "fannas" u hostales). Se pueden alquilar apartamentos y complejos de viviendas por noche, ideales para familias. Muchos residentes locales también alquilan habitaciones en sus casas a visitantes. En total, existen al menos varios cientos de miles de habitaciones para huéspedes de corta estancia en La Meca, pero la demanda sigue superando la oferta en cada temporada del Hajj. Es fundamental reservar con mucha antelación. Los peregrinos con presupuesto ajustado pueden alojarse más lejos de la mezquita (en el distrito de Jabal Omar, o incluso en las afueras de Yedda) y recurrir a los autobuses lanzadera.

Dónde comer en La Meca

Los restaurantes de La Meca ofrecen una variedad gastronómica. La comida tradicional saudí es predominante: pruebe el mandi (cordero con especias y arroz), el kabsa (pollo o cordero con especias) o el pan hiyazí con estofado de cordero. Dado que la población peregrina es internacional, también se puede encontrar cocina india, pakistaní, indonesia y de África Oriental en muchas calles. Los puestos de comida rápida y las cafeterías son comunes alrededor de la mezquita; venden carnes a la parrilla, falafel, shawarma y dulces locales.

La mayoría de los establecimientos de restauración operan bajo las normas halal, e incluso los asadores sirven carnes con certificación halal. Los vendedores ambulantes y las cadenas de cafeterías ofrecen té, café con cardamomo y dátiles como refrigerio. Muchos restaurantes cerca de la Gran Mezquita exhiben el símbolo especial del agua de Zamzam, lo que indica que Zamzam (del pozo sagrado) se ofrece gratuitamente a los comensales, un gesto tradicional de hospitalidad.

Los peregrinos deben respetar las costumbres locales al comer: es de buena educación lavarse y rezar antes de las comidas. Durante el Ramadán, se espera que los visitantes se abstengan de comer o beber en público por respeto, a menos que estén exentos. Hay fuentes de agua y máquinas expendedoras por toda la ciudad para mantener a todos hidratados (el agua corriente en La Meca puede estar muy caliente, por lo que se recomienda agua embotellada fría). En general, se puede comer bastante barato si se come de forma sencilla; las comidas de mejor calidad en los restaurantes de los hoteles son más caras. Dado el ritmo de vida de La Meca, muchos restaurantes abren hasta altas horas de la noche, especialmente cerca de la mezquita. Para disfrutar de la tradición local, no deje de probar la compota dulce debyaza y el mutabbaq (un panqueque relleno) recién hecho que venden los vendedores locales.

Navegando por La Meca

¿Cuáles son las opciones de transporte en La Meca?

Moverse por La Meca hoy en día es relativamente cómodo gracias al transporte moderno. Como se mencionó, la principal puerta de entrada es el Aeropuerto Internacional Rey Abdul Aziz de Yedda, que da servicio a La Meca y se encuentra a solo 70 km. La famosa Terminal Hajj de este aeropuerto está especialmente diseñada para gestionar grandes oleadas de peregrinos: en su punto máximo, puede procesar 80.000 viajeros simultáneamente. De Yedda a La Meca, los peregrinos suelen viajar en coche privado, autobús o taxi por la autopista. Hay frecuentes autobuses de peregrinación de SAPTCO (autobuses gubernamentales) que ofrecen servicios regulares entre Yedda y La Meca. Un trayecto en coche o taxi dura aproximadamente una hora, dependiendo del tráfico.

En La Meca, el principal medio de transporte es a pie; la mayoría de los peregrinos viven a poca distancia de la Gran Mezquita. Los visitantes mayores o con discapacidad utilizan carritos eléctricos (rickshaws) a lo largo de las amplias plazas peatonales. También hay taxis y aplicaciones de transporte (Careem, Uber) en la ciudad, aunque pueden resultar caros durante la temporada alta de peregrinación.

El ferrocarril de alta velocidad Haramain ofrece ahora una conexión eficiente: sale del aeropuerto de Yedda y de la Ciudad Económica Rey Abdullah y llega a la estación de Haram, justo a las afueras de La Meca. Continúa hasta Medina. El servicio (de hasta 300 km/h) puede transportar a un pasajero de Yedda a La Meca en unos 30 minutos. Esta línea ferroviaria ha facilitado enormemente el acceso de los peregrinos en los últimos años.

Durante el Hajj, se organizan transportes especiales entre los lugares sagrados. La línea de metro Al Mashaaer Al Mugaddassah (inaugurada en 2010) presta servicio exclusivo a los peregrinos del Hajj, conectando La Meca con Mina, Arafat y Muzdalifah. Durante los días del Hajj, es el principal medio de transporte para los peregrinos entre estos lugares. En otros momentos, permanece inactiva.

En los planes futuros de la ciudad, las autoridades municipales han propuesto varias líneas ferroviarias urbanas para hacer frente al creciente tráfico. También hay extensas paradas de taxis y redes de autobuses para peregrinos. En general, aunque las calles de La Meca pueden congestionarse (especialmente cerca de la mezquita), la combinación de autopistas, tren y autobuses locales ofrece múltiples maneras de llegar a la ciudad. Los peregrinos deben prever tiempo adicional para viajar durante el Hajj, ya que muchas carreteras están parcialmente cerradas y controladas.

¿Cuáles son los lugares imprescindibles para visitar en La Meca además de la Kaaba?

Safa y Marwah. Estas dos pequeñas colinas ahora están encerradas en una larga galería dentro de la Gran Mezquita. Los peregrinos deben caminar o correr siete vueltas entre ellas en memoria de la búsqueda de agua de Agar. La galería está abierta en todo momento, por lo que cualquier visitante de la mezquita puede situarse donde los peregrinos han estado durante siglos.

Monte Arafat (Jabal al-Rahmah). A unos 20 km al este de La Meca se encuentra la llanura de Arafat, donde los peregrinos se reúnen para rezar el Día de Arafat. Lo más destacado es la pequeña cúpula blanca de Jabal al-Rahmah (el Monte de la Misericordia) en la cima de la colina. Quienes no peregrinan pueden visitar Arafat en días que no sean del Hajj.

Mina y Muzdalifah. Estos son campamentos de peregrinos a las afueras de La Meca. En Mina, se pueden ver los tres altos pilares (jamart) donde los peregrinos arrojan piedras durante el Hajj. Muzdalifah es donde los peregrinos recogen piedras y rezan al aire libre la noche de Arafat. Visitar estos lugares fuera del Hajj está permitido y ofrece una perspectiva de la experiencia del peregrino.

Jabal al-Nour y la cueva de Hira. Como se mencionó anteriormente, en esta colina rocosa, justo al norte de la ciudad, el profeta Mahoma recibió su primera revelación. Un sendero empinado conduce a la cima. La pequeña cueva es sencilla —solo un nicho vacío tallado—, pero para muchos peregrinos es un lugar de oración y contemplación debido a su significado espiritual.

Bayt al-Mawlid (Lugar de nacimiento del Profeta). En los barrios más antiguos de La Meca se encuentra la Biblioteca Makkah Al-Mukarramah, conocida como Bayt al-Mawlid. La tradición sostiene que se encuentra en el lugar donde nació Mahoma. Hoy en día, la casa original ya no existe (fue demolida), pero el sitio está marcado por la biblioteca, construida en estilo otomano. Muchos musulmanes acuden a este lugar para rezar allí.

Masjid at-Tanʿīm (Mezquita de ʿĀʾisha). Esta mezquita se encuentra en la carretera a las afueras de La Meca, en el barrio de Tanʿīm. Es frecuentada por peregrinos que desean entrar en ihram para la Umrah (ya que la ciudad de La Meca es haram desde el ihram, a menos que se llegue en avión ya en ihram). Puede ser un lugar conveniente para comenzar o finalizar los ritos de la peregrinación.

Museos y Mercados. La Meca también cuenta con atracciones culturales como el Museo de Arquitectura de las Dos Mezquitas Sagradas (en el complejo de la Torre del Reloj) y el Museo del Hajj. El bullicioso zoco Al-Maabid es una calle comercial cercana a la mezquita donde se venden recuerdos y textiles. Todo el centro de la ciudad, con sus estrechos callejones, alberga casas tradicionales de piedra (donde aún se conservan) y pequeñas mezquitas como la Masjid Abu Bakr, que datan de hace siglos.

Preguntas frecuentes sobre La Meca

¿Cuál es el significado de La Meca en el Islam? La Meca es la ciudad más sagrada del islam por ser la cuna del profeta Mahoma y el lugar donde se encuentra la Kaaba. Todo musulmán debe rezar mirando hacia la Kaaba (qibla) en La Meca, y realizar la peregrinación anual del Hajj allí es un principio fundamental de la fe. El Corán nombra a La Meca (como Bakkah) como la ubicación de "la primera Casa de Adoración de la humanidad", vinculándola con la tradición abrahámica. En resumen, La Meca simboliza la unidad, la historia y el culto islámicos.

¿Por qué se dice que La Meca es la ciudad más sagrada? El título de "ciudad sagrada" refleja el estatus religioso incomparable de La Meca. Por un acuerdo de larga data entre los musulmanes, ninguna ciudad rivaliza con la santidad de La Meca. Alberga el Haram al-Makki (Mezquita Sagrada) y la Kaaba, considerada literalmente la Casa de Dios. Históricamente, es donde se originó el islam y donde se arraigaron las enseñanzas del Profeta. Dado que todos los musulmanes orientan sus oraciones hacia La Meca, ocupa una posición comparable a la de Jerusalén o el Vaticano en otras confesiones. Una fuente destacada enfatiza que la importancia de La Meca "deriva del papel que desempeña en el Hajj y la 'Umrah, y de ser la cuna de Mahoma". Ninguna otra ciudad goza del mismo nivel de reverencia divina.

¿Pueden los no musulmanes visitar La Meca? No. La ley saudí prohíbe estrictamente la entrada a La Meca a los no musulmanes. Los controles en las carreteras que conducen a La Meca verifican la condición religiosa de los viajeros. Solo los musulmanes con visas de peregrinación o residencia válidas pueden entrar en la ciudad. Esta restricción refleja la tradición islámica y la política saudí de que la santidad de La Meca debe preservarse exclusivamente para los fieles. Infringir esta norma puede resultar en multas o deportación.

¿Qué es la Kaaba en La Meca? La Kaaba es una estructura cúbica de granito ubicada en el centro de la Gran Mezquita (Masjid al-Haram) en La Meca. Está revestida con una tela negra (la kiswah) y marca la dirección de la oración para todos los musulmanes. La tradición sostiene que la Kaaba fue construida originalmente por Abraham y su hijo Ismael como santuario monoteísta. Antes del islam, albergaba cientos de ídolos, pero hoy está consagrada a la adoración del único Dios. Cada año, millones de peregrinos caminan alrededor de la Kaaba en el ritual del tawaf durante el Hajj y la Umrah. La Kaaba representa, por lo tanto, el corazón espiritual compartido del islam.

¿Cuántas personas visitan La Meca cada año? En los últimos años, entre 2 y 3 millones de peregrinos realizan el Hajj anualmente. Por ejemplo, en 2019, el Hajj contó con la asistencia de 2.489.406 peregrinos. Además del Hajj, millones de personas más realizan la Umrah en otras fechas; se estima que el total anual de peregrinos supera los 10 millones, contabilizando todas las Umrahs. Durante los cinco días del Hajj, la población de La Meca suele triplicarse. Fuera de la temporada de peregrinaciones, la ciudad recibe un flujo constante de turistas y residentes musulmanes de todo el mundo, por lo que los visitantes diarios se cuentan por decenas de miles.

¿Cuál es la historia de La Meca antes del Islam? La historia más temprana de La Meca está envuelta en gran parte en leyendas, pero fuentes arqueológicas y escritas indican que fue un santuario y una ciudad comercial. Mucho antes de Mahoma, La Meca era conocida por la Kaaba y el pozo de Zamzam, asociados con la tradición abrahámica. En los siglos inmediatamente anteriores al Islam, fue un centro de peregrinación politeísta: anualmente se celebraban ferias tribales en la ciudad. La Meca también era un cruce de caravanas para el comercio entre el sur de Arabia y Siria. La tradición también recuerda el "Año del Elefante" (570 d. C.), cuando un ejército abisinio fracasó en su intento de destruir la Kaaba. Por lo tanto, la Meca preislámica ya era cultural y económicamente significativa. La evidencia arqueológica y los textos antiguos sugieren que fue una de las varias ciudades sagradas de Arabia, pero su estatus político exacto en aquel entonces aún es objeto de estudio por parte de los historiadores.

¿Cuáles son los principales rituales del Hajj en La Meca? El Hajj incluye varios ritos clave, muchos de los cuales se centran en La Meca y sus alrededores. Los peregrinos comienzan en La Meca vistiendo las vestimentas del ihram, luego realizan el tawaf dando siete vueltas a la Kaaba. Después, caminan entre las colinas de Safa y Marwah (también dentro de la Gran Mezquita) siete veces en el ritual del Saʿī. Durante los días siguientes, los peregrinos viajan a la ciudad de tiendas de Mina y pasan el día en el Monte Arafat rezando. Esa noche se quedan en Muzdalifah. Al día siguiente, lapidan al diablo arrojando piedras a los pilares de Mina. Finalmente, regresan a La Meca para realizar un tawaf final alrededor de la Kaaba. Cada uno de estos pasos tiene un profundo significado simbólico en la tradición islámica, pero en la práctica implican visitar los lugares sagrados de La Meca, Mina, Arafat y Muzdalifah en un orden prescrito.

¿Cuál es el mejor momento para visitar La Meca para la Umrah? Generalmente, las estaciones más frescas son preferibles. La primavera (marzo-abril) y el otoño (finales de octubre-noviembre) tienen un clima más templado, con máximas diarias a menudo inferiores a 30 °C. Estos períodos también quedan fuera de la época de mayor afluencia del Hajj. Muchos viajeros evitan el pleno verano (junio-agosto), cuando las temperaturas suelen superar los 40 °C. El Ramadán puede ser una época de gran riqueza espiritual para visitar el lugar, pero atrae a grandes multitudes y precios más altos. Los peregrinos deben consultar los mapas climáticos y planificar su viaje teniendo en cuenta tanto el clima como el calendario islámico. Las autoridades turísticas saudíes señalan que “Las mejores épocas para visitar La Meca y realizar actividades al aire libre son de finales de febrero a mediados de abril y de finales de octubre a mediados de diciembre”..

¿Cómo obtengo una visa para La Meca? Los peregrinos deben obtener la visa saudí correspondiente. Para el Hajj, se solicita a través de una agencia de viajes acreditada que organiza el paquete de peregrinación grupal (la agencia presenta las solicitudes de visa en nombre de los peregrinos). Para la Umrah y el turismo, Arabia Saudita ofrece visas de Umrah/turista. En los últimos años, se ha implementado un sistema de visa electrónica en línea que permite a los viajeros elegibles solicitar electrónicamente (con visa a la llegada para quienes tengan visas válidas de EE. UU., Reino Unido o Schengen). A partir de junio de 2025, el programa de visas para la Umrah se restableció después de la temporada del Hajj. Los solicitantes generalmente necesitan un pasaporte con una validez mínima de seis meses, un comprobante de vacunación y un itinerario confirmado. Se recomienda reservar un paquete turístico aprobado por Arabia Saudita o utilizar los canales oficiales de visas para obtener información actualizada, ya que las políticas pueden cambiar.

¿Cuáles son las opciones de alojamiento en La Meca? La Meca ofrece cientos de hoteles y pensiones. Los alojamientos más atractivos son los grandes hoteles cerca de la plaza de la Gran Mezquita, desde cadenas internacionales de 5 estrellas hasta hoteles árabes de gama media. Es fundamental reservar con antelación, ya que se llenan rápidamente para el Hajj y el Ramadán. Lejos del centro se encuentran pensiones más asequibles y hoteles básicos. Los peregrinos que participan en viajes organizados suelen alojarse en Mina durante el Hajj (en campamentos de tiendas u hoteles en Mina) incluidos en el paquete. Los peregrinos con presupuesto ajustado pueden alojarse en habitaciones compartidas o en la cercana Yedda, utilizando autobuses lanzadera. Los proyectos más recientes (como el Proyecto de Dotación Rey Abdul Aziz) están añadiendo decenas de miles de habitaciones. En esencia, las opciones varían desde suites de lujo con vistas a la mezquita hasta sencillos alojamientos tipo dormitorio; la disponibilidad depende del tiempo y el presupuesto.

¿Qué debo vestir cuando visito La Meca? Se requiere modestia. Los hombres deben cubrirse los hombros y las rodillas; durante la peregrinación usan la prenda blanca de ihram de dos piezas (que simboliza la unidad y la pureza). Las mujeres deben cubrirse los brazos, las piernas y el cabello como mínimo (una abaya y un pañuelo son suficientes; los velos faciales no son obligatorios legalmente en La Meca, a diferencia de otras ciudades saudíes, pero algunas mujeres optan por usarlos). Todos los visitantes deben evitar la ropa ajustada o llamativa y no deben revelar las rodillas, la cintura ni el escote. La ropa blanca para los hombres y las abayas para las mujeres son la norma. El calzado debe ser sandalias sencillas o zapatos que se puedan quitar fácilmente (los zapatos se quitan para rezar dentro de las mezquitas). Estrictamente, el código de vestimenta se alinea con los estándares públicos saudíes: no se permiten minifaldas de estilo extranjero, pantalones cortos, blusas sin mangas o atuendos no conservadores. Observar las normas locales por respeto garantizará que surjan problemas en los puestos de control o en la mezquita.

¿Existen restricciones para las mujeres en La Meca? En los últimos años, se han flexibilizado muchas restricciones. Anteriormente, la política saudí exigía que las mujeres solteras viajaran al Hajj con un tutor masculino (mahram). A partir de 2021, esta norma se levantó: las mujeres solteras pueden realizar el Hajj o la Umrah sin un familiar masculino, siempre que reserven con un operador de grupos autorizado. Por lo demás, las mujeres tienen prácticamente los mismos derechos de acceso que los hombres en La Meca. Todas las normas de vestimenta modesta se aplican por igual. La ley saudí prohíbe que hombres y mujeres sin parentesco se alojen solos en una habitación privada, pero esto rara vez supone un problema para los peregrinos alojados en hoteles o campamentos. En general, La Meca sigue las normas saudíes: las mujeres tienen pleno acceso a la mezquita (secciones femeninas) y pueden participar libremente en todos los ritos. Las leyes de tutela para viajes no se aplican dentro de Arabia Saudí una vez que se cumplen los requisitos de visado y escolta.

¿Cuáles son las opciones de transporte en La Meca? Además del tren Haramain y el aeropuerto de Yeddah ya mencionados, los desplazamientos locales son sencillos. El centro de la ciudad es compacto, por lo que caminar suele ser la opción más fácil. Hay carritos eléctricos para personas mayores. Los taxis y los servicios de transporte con conductor operan dentro de la ciudad (aunque las tarifas suben considerablemente durante el Hajj). También hay autobuses públicos (SAPTCO) que circulan por La Meca y hacia pueblos vecinos como Taif. Para las rutas específicas de peregrinación, la línea de metro de La Meca (Al Mashaaer) opera durante la temporada del Hajj entre los lugares sagrados. Los conductores deben tener en cuenta el sistema de carreteras de la Ruta del Hajj: carriles especiales llevan a los peregrinos a Mina, Muzdalifah y Arafat. Se desaconseja el uso de vehículos privados cerca de la Gran Mezquita debido a los cortes de tráfico. En resumen, los peregrinos suelen viajar en autobús o metro organizado durante el Hajj, y en taxis o autobuses en otros momentos.

¿Cuáles son los lugares de visita obligada en La Meca además de la Kaaba? Además de la Gran Mezquita y la Kaaba, los visitantes suelen ver las colinas de Safa y Marwah (dentro de la mezquita). Muchos peregrinos suben a Jabal al-Nur para visitar la Cueva de Hira (lugar de la primera revelación). La Bayt al-Mawlid (Biblioteca de La Meca) marca el lugar de nacimiento del Profeta. Los peregrinos viajan a Mina (para los pilares de lapidación) y Arafat (para las oraciones del Día de Arafat) en los días del Hajj. La Masjid at-Tanʿim (Masjid ʿĀʾisha) en las afueras de La Meca es visitada por muchos para realizar los ritos de la Umrah. Otras atracciones incluyen mezquitas históricas (por ejemplo, Masjid Abu Bakr, Masjid Ali ibn Abi Talib), el vibrante cementerio de Al-Ma'la, donde están enterradas muchas figuras islámicas tempranas, y los bulliciosos zocos de recuerdos cerca del Haram. Aunque comercial, el centro comercial Abraj Al-Bait bajo la Torre del Reloj ofrece tiendas y vistas de la ciudad. Cada uno de estos sitios proporciona una visión adicional de la historia y la vida religiosa de La Meca.

Conclusión

La historia de La Meca es tan antigua como viva. Desde sus inicios como santuario árabe y ciudad comercial, se convirtió en la cuna del Islam y hoy se erige como el destino singular de la devoción religiosa. Cada piedra de su Gran Mezquita resuena con la historia: las huellas de profetas, peregrinos y gobernantes de incontables generaciones la han pisado. En la actualidad, la ciudad equilibra grandes proyectos de infraestructura con su carácter atemporal como centro espiritual. Incluso con el auge de los rascacielos, las calles de La Meca siguen entrelazadas con siglos de tradición: la silenciosa reverencia de sus residentes, el resplandor de las linternas sobre la Kaaba, los cantos de los peregrinos en su tawaf. Para el mundo musulmán, La Meca no es solo un lugar en el mapa, sino también un símbolo de unidad y fe. Este artículo ha buscado iluminar tanto el profundo legado como las realidades contemporáneas de La Meca, ofreciendo una guía completa de su significado, historia, cultura y aspectos prácticos. La ciudad perdura como el punto focal más sagrado de una comunidad mundial, renovada constantemente por los innumerables fieles que la visitan.

Rial saudí (SAR)

Divisa

Alrededor del año 2000 a. C.

Fundado

+966 (Arabia Saudita) + 12 (La Meca)

Código de llamada

2,385,509

Población

1.200 km² (460 millas cuadradas)

Área

árabe

Idioma oficial

277 m (909 pies)

Elevación

UTC+3 (hora estándar de Arabia)

Huso horario

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