Gigantes plaki es un reconfortante plato griego muy apreciado que se siente como un cálido abrazo en una tarde fresca. Su nombre significa literalmente "gigantes en el plato", en referencia a las grandes judías verdes (gigantes) que las protagonizan. Estas judías verdes gigantes se cuecen a fuego lento y luego se hornean en una exuberante salsa de tomate y aceite de oliva hasta que quedan tiernas. El proceso es lento y paciente, dando como resultado una comida en una sola sartén, sustanciosa, nutritiva y reconfortante. Gruesas tiras de cebolla, zanahoria y apio forman una base fragante, el ajo y las hierbas le aportan un toque terroso, y una pizca de canela le da un toque cálido. Cada judía adquiere una textura cremosa por dentro, abrazando la salsa de tomate agridulce por fuera.
Originalmente un plato campesino de la Grecia rural, Gigantes plaki muestra cómo ingredientes humildes se vuelven extraordinarios con el tiempo y la técnica. Tradicionalmente, las habas se remojan durante la noche y se cuecen a fuego lento para que se ablanden completamente en el horno sin resecarse. Luego, se mezclan con los tomates y los aromáticos en una cazuela con abundante aceite de oliva. El horneado lento permite que los sabores se integren por completo; la cocina se llena del aroma del tomate y el orégano horneados. Las habas se hinchan y se ablandan hasta que casi se deshacen. Una rápida vuelta bajo el asador (o simplemente hornearlas sin tapar) al final concentra la salsa en un glaseado intenso. El resultado es una cazuela con bordes dorados y perejil fresco.
En la tradición griega, los gigantes plaki pueden servirse como plato principal vegetariano o como parte de un mezze. Imagine un festín dominical con este horneado de judías gigantes acompañado de pollo a la parrilla, aceitunas y queso feta: se mantiene bien sin ser carnoso. Se suele disfrutar con pan caliente para disfrutarlo o con una ensalada abundante para refrescar el paladar. El plato también es ideal para llevar; los griegos lo disfrutan a temperatura ambiente durante las comidas de verano, a menudo con una copa de vino frío. Su popularidad se ha extendido incluso más allá de Grecia, ya que su carácter sustancioso y sus ingredientes sencillos se adaptan fácilmente a diferentes cocinas.
Un atractivo del Gigantes plaki es su facilidad de preparación y su atractivo para las sobras. Es famoso por su sabor aún mejor al día siguiente, una vez que los sabores se han integrado por completo. Para recibir invitados, se puede hornear con antelación y simplemente recalentar en el horno antes de servir. Además, se congela de maravilla en recipientes porcionados, lo que lo convierte en una excelente base para preparar comidas. Desde un punto de vista nutricional, es un campeón de proteína y fibra vegetal, gracias a las legumbres. Una porción te mantiene saciado y satisfecho sin resultar pesado: el aceite de oliva y las hierbas lo mantienen rico y sabroso, mientras que los tomates le dan un toque ácido. Incluso a quienes creen que no les gustan las legumbres, a menudo les encanta este plato; redefine la idea de un "guiso de legumbres" como algo festivo.
Técnicamente, el Gigantes plaki requiere poco más que un horno y una sartén honda. Se empieza remojando las judías secas durante la noche o usando judías enlatadas para agilizar el proceso. Se saltean las verduras en la olla, luego se añaden los tomates y los condimentos. Se añaden las judías precocidas y se mete al horno. Después de unos 30 minutos, se destapa y se deja dorar ligeramente la superficie. Al final, un chorrito final de aceite de oliva y un poco de perejil (y quizás un poco de queso feta desmenuzado) le dan el toque final. Toda la cocina se llena de un aroma tentador mientras se hornea. Para cuando esté listo, tendrás un festín completo que combina bien con casi cualquier cosa.