Tcharek el Aarian (a menudo abreviado como tcharek) son galletas argelinas tradicionales en forma de medialuna rellenas de pasta de almendras especiadas. Cada galleta nace de un triángulo de masa tierna perfumada con agua de azahar; luego se envuelve alrededor de un núcleo de relleno de almendras dulce y jugoso. Su forma es una suave curva o cuerno, que evoca la luna creciente, y se dora ligeramente en el horno, mientras que el centro permanece tierno. El contraste entre la masa hojaldrada y el centro floral con sabor a nuez crea un bocado elegante y adictivo.
Preparar tcharek es una labor de amor. Los panaderos suelen empezar blanqueando las almendras crudas y quitándoles la piel, para luego tostarlas hasta que desprendan su aroma. Las nueces se muelen hasta obtener una harina fina y se combinan con azúcar, huevo batido y agua de azahar para obtener una pasta suave. Algunos cocineros añaden una pizca de canela o un poco de vainilla para darle calidez y complejidad. Mientras tanto, la masa se amasa muy ligeramente, tradicionalmente con aceite o mantequilla derretida, para crear una corteza ultratierna. Luego, la masa se extiende muy fina, se corta en triángulos y cada triángulo se envuelve firmemente alrededor del relleno de almendras, dándole forma de cuerno. Justo antes de hornear, cada medialuna se puede pincelar con huevo batido o jarabe de azúcar y se cubre con una almendra entera o un pistacho para darle un toque decorativo. Esta meticulosa preparación ayuda a que cada galleta ofrezca un crujiente satisfactorio seguido de un relleno que se derrite en la boca.
Estas medialunas de almendra son un clásico festivo en la cultura argelina. Se sirven durante el Eid al-Fitr y otras celebraciones, entre una gran variedad de dulces para los invitados. En muchos hogares, preparar tcharek se convierte en un ritual comunitario, donde los miembros de la familia se reúnen para amasar y rellenar las medialunas. Ofrecer estas galletas a los invitados es una cálida bienvenida; una bandeja de tcharek caliente junto con té de menta simboliza hospitalidad y cariño. A menudo, se preparan varias tandas con antelación, y las galletas mejoran su sabor al día siguiente a medida que la pasta de almendras y los aromas se intensifican. Incluso lejos de Argelia, los miembros de la diáspora continúan la tradición: un panadero en París, Montreal o Marsella puede preparar tcharek para el Eid al igual que en Argel. No importa dónde se compartan, cada medialuna de almendras encarna la calidez y el espíritu de celebración.
El nombre "Tcharek el Aarian" se traduce aproximadamente como "Media Luna Oriental", un guiño tanto a su forma como a sus orígenes en el este de Argelia. La característica forma de cuerno de la galleta la vincula simbólicamente con la luna creciente, un motivo presente en muchas culturas islámicas. De hecho, la forma de media luna es común a los famosos "Cuernos de Gacela" de Marruecos, pero cada país le da su toque personal a la receta. El tcharek argelino destaca especialmente por la simplicidad de sus especias, principalmente agua de azahar, mientras que las versiones marroquíes suelen utilizar sabores más intensos.
En Argelia, el tcharek es más que una simple galleta; es un ritual festivo. La labor de elaborar estas medialunas —moler las almendras y enrollar cada pieza a mano— suele involucrar a varias generaciones. Las mujeres de la familia se reúnen antes de una festividad o boda para compartir historias mientras preparan docenas de tcharek a mano. Al salir del horno, el aroma de la masa horneada y el dulce relleno anuncia la celebración que se avecina. Servir tcharek junto con otros dulces se considera una forma de honrar a los invitados con generosidad y habilidad.
Las diferentes regiones presentan ligeras variaciones. Por ejemplo, en algunas zonas de Argelia, el relleno se aromatiza con ralladura de limón o un toque de anís. Otros cocineros pueden sustituir parte de las almendras por nueces o avellanas para darle un toque rústico. Algunas recetas requieren freír la masa brevemente antes de hornear para que la corteza quede más crujiente. Otras pintan las medialunas con una capa de yema de huevo para lograr un acabado dorado brillante. Estos toques regionales demuestran que, si bien la esencia de la receta es constante, los panaderos argelinos la adaptan al gusto y la tradición.
Un paso esencial para preparar tcharek es manipular la masa hasta que esté suave, para evitar que se desarrolle demasiado gluten. Trabajarla demasiado resultaría en una galleta dura, por lo que se mezcla rápidamente y se deja reposar. El mismo cuidado se aplica al relleno: moler finamente las almendras con el azúcar para obtener una consistencia cremosa. Si la pasta se siente demasiado húmeda, algunos panaderos añaden una cucharada de mantequilla derretida o un poco más de almendra.
Tradicionalmente, estas galletas se elaboraban con mantequilla clarificada (samneh) para un sabor más intenso. Hoy en día, se suele usar aceite vegetal por comodidad, pero algunas familias aún prefieren el aroma distintivo del smen. Sea cual sea la grasa utilizada, el principio sigue siendo que cada medialuna encierra una generosa porción de relleno. Tras hornearse, el toque final varía: algunos espolvorean las galletas con azúcar glas, otros espolvorean almendras molidas o les echan un chorrito de sirope. Independientemente de cómo estén terminadas, el primer bocado de un tcharek revela una superficie crujiente que da paso a un húmedo corazón de almendras.
Dada su riqueza, el tcharek se disfruta con moderación. Sin embargo, a menudo se disfruta con un té de menta fuerte o café, que complementa el dulzor de la galleta. De esta manera, el tcharek demuestra el enfoque argelino del postre: frutos secos de calidad y aguas florales para crear un sabor intenso sin un exceso de picante. Cada elemento, desde la forma hasta el aroma, evoca la hospitalidad argelina y la alegría de los festines comunitarios. Tenga en cuenta que usar almendras blanqueadas aclarará el relleno, mientras que las almendras sin blanquear le darán un tono tostado más intenso.