MARSELLA, ANTES CAPITAL DE LA DROGA, HOY CAPITAL EUROPEA DE LA CULTURA

Marsella, antigua capital de la droga, hoy capital europea de la cultura

Desde el famoso Château d'If hasta la atmósfera apasionante del Stade Vélodrome, Marsella ofrece hoy un rico tapiz de eventos que cautivan la imaginación y celebran su dinámico legado. Antaño conocida como la capital europea del tráfico de drogas, la ciudad invita a explorarla y apreciarla. Con su puerto histórico, barrios artísticos como el Panier y delicias culinarias como el bouillabaissement.

Marsella, una joya vibrante en el sur de Francia, siempre ha sido una ciudad de contradicciones donde las huellas de su turbulento pasado resuenan en un ambiente moderno. Antaño conocida como el centro europeo del tráfico de drogas e inmortalizada en películas como “Contacto en Francia”, esta enorme ciudad ha cambiado de manera notable y brillante. Ahora, con el título de Capital Europea de la Cultura, invita a los visitantes a explorar su rico legado, sus tesoros creativos y sus placeres gastronómicos.

La reputación de Marsella ha dominado a lo largo de los siglos, a veces considerada como una simple parada en lugar de un sitio digno de ser investigado. Sin embargo, la ciudad ha comenzado a mostrar su carácter variado y sofisticado en los últimos diez años, revelando una escena cultural dinámica que cautiva la mente. El cambio es particularmente evidente en el rejuvenecimiento de su puerto histórico, un proyecto inspirado en la designación de Marsella como Capital Europea de la Cultura 2013. Este prestigioso premio desencadenó una serie de ambiciosas renovaciones y proyectos culturales destinados a revivir las antiguas calles de la ciudad.

Situado en pleno corazón de Marsella, el Puerto Viejo (Vieux-Port) ha sido un importante centro de la ciudad desde que los colonos griegos lo fundaron hace más de 2.600 años. Aquí, el apacible fluir de las olas que golpean la orilla se combina con la animada conversación de los pescadores que venden el pescado que acaban de pescar por la mañana. El puerto es más que un hermoso lugar; es un recordatorio físico de la conexión continua de Marsella con el mar, donde el pasado y el presente coexisten.

Además del Puerto Viejo, la ciudad atrae a los turistas con una gran variedad de riqueza cultural. Los artistas y artesanos encuentran refugio en el barrio de Panier, que se distingue por sus estrechas y serpenteantes callejuelas y sus alegres exteriores. En cada esquina de esta famosa zona se revela una faceta diferente del alma artística de Marsella; esta zona alberga numerosos museos y elegantes tiendas. Diseñada por el arquitecto creativo Le Corbusier, la Cité Radieuse es un ejemplo asombroso de arquitectura modernista que invita a los espectadores a reflexionar sobre la interacción entre el diseño y la vida cotidiana.

Si hablamos de Marsella, no podemos dejar de mencionar su lugar de culto literario más famoso: el Castillo de If. Construido sobre una isla rocosa, Alexandre Dumas inmortalizó esta fortaleza como el lugar donde estuvo preso Edmond Dantès, a veces conocido como el Conde de Montecristo. Explorar este famoso lugar ofrece la oportunidad no solo de echar un vistazo al pasado literario, sino también de disfrutar de unas impresionantes vistas del Mediterráneo, que nos recuerdan el atractivo eterno de la ciudad.

El rico legado cultural de Marsella se refleja en la variedad de su oferta gastronómica. La cocina regional, que es una celebración de los sabores, se compone principalmente de bullabesa, un guiso de pescado tradicional provenzal. Si quiere vivir una experiencia auténtica, debe probar Chez Ida. El ambiente agradable y la excelente comida se combinan para crear un fuerte sentimiento de comunidad. Cada uno ofrece una versión única de la cocina mediterránea; otras joyas gastronómicas como AM par Alexandre Mazzia y Da Paolo resaltan aún más la brillantez culinaria de la ciudad.

Sin conocer la gran pasión que siente Marsella por el fútbol, ​​no se podría decir que una investigación sobre la ciudad fuera exhaustiva. Con una capacidad de 67.000 asientos, el Stade Vélodrome es el estadio del Olympique de Marsella, el equipo de fútbol más querido de la ciudad. El ambiente enérgico de los días de partido es una prueba del gran amor que siente la ciudad por este deporte, que une a aficionados de distintos orígenes para rendir homenaje de forma conjunta a la agilidad y a la comunidad.

Marsella, considerada originalmente como una frontera peligrosa, se ha convertido en un vibrante centro cultural repleto de creatividad. Este cambio refleja una historia de resiliencia y renacimiento más profunda que las superficiales. Descubrir una ciudad que supera las expectativas y promueve el descubrimiento se logrará explorando sus calles, disfrutando de sus placeres gastronómicos y sumergiéndose en su rico pasado. Ya sea que lo que le atraiga sean sus sitios históricos, sus vibrantes barrios o sus amables residentes, Marsella presenta una experiencia irresistible que lo cautivará e inspirará.

8 de agosto de 2024

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