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La focaccia, un pan plano típico italiano, se distingue por su corteza crujiente y dorada y su interior suave y esponjoso. Originaria de la zona costera de Liguria, especialmente de Génova, este pan tiene diversos usos en la cocina italiana. Se suele comer sola, como guarnición o como base para sándwiches. Su superficie abultada, a menudo enriquecida con aceite de oliva, hierbas y sal marina gruesa, realza su sabor y atractivo visual.
12
porciones20
minutos15
minutos180
kcalLa focaccia, originaria de la costa de Liguria, alrededor de Génova, se distingue por su miga flexible y su corteza brillante de color ámbar. La fórmula requiere harina común, una pequeña cantidad de sal fina y levadura seca activa, todo mezclado en agua tibia para formar una masa flexible. Al principio, se incorpora un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra, que le aporta riqueza y flexibilidad. Tras una hora de reposo inicial, durante la cual la masa se expande ligeramente, se desinfla con cuidado y se deja levar una segunda vez en una sartén bien engrasada. Cuando el horno alcanza los 230 °C (450 °F), se presiona profundamente la superficie de la masa con las yemas de los dedos para crear una serie de hendiduras. Cada hueco invita a absorber más aceite de oliva, mezclado con las frescas notas resinosas de las ramitas de romero y un toque de sal marina gruesa. Quince minutos al calor bastan para transformar la masa en una capa dorada, con los bordes crujientes mientras el interior conserva una textura suave y crujiente. Servido en la mesa, este pan puede tomarse solo —perfecto para mojar en aceite de oliva o una reducción de vinagre— o servir como base para sándwiches abiertos. También acompaña humeantes tazones de sopa y ensaladas verdes, y su miga suavemente sazonada ofrece un sutil contrapunto a sabores más intensos.
4 tazas (512 g) de harina para todo uso
2 cucharaditas (10 g) de sal
2 cucharaditas (8 g) de levadura seca activa
2 tazas (455 g) de agua tibia
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (y un poco más para rociar)
Ramitas de romero fresco (opcional)
Sal marina gruesa para decorar
La cocina italiana, con su énfasis en ingredientes frescos, especialidades regionales y métodos de cocción tradicionales, se ha convertido en sinónimo de comodidad, cordialidad y excelencia gastronómica.
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