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El gulash de conejo es un reconfortante guiso rústico originario de Istria, la soleada península croata conocida por su tradición en carne de caza. En las cocinas y casas rurales de Istria, se suele utilizar conejo salvaje o de granja en guisos de cocción lenta. Este plato celebra los sabores locales: tiras de conejo se cuecen a fuego lento con tiras de panceta (tocino curado), verduras dulces y hierbas aromáticas. Un toque de vino seco y tomates maduros enriquece la salsa, mientras que las hojas de laurel y el romero le aportan un aroma amaderado. El resultado es una carne de conejo tierna, agridulce y sabrosa en una salsa cálidamente especiada. Tradicionalmente servido con pasta casera o ñoquis dorados, este guiso trae a la mesa el sabor de la campiña de Istria.
En las regiones costeras de Croacia, el conejo se ha ganado la reputación de ser una proteína delicada pero sabrosa. A diferencia de las carnes ahumadas del interior, el estofado de conejo de Istria resalta las influencias mediterráneas más ligeras. Los cocineros caseros suelen sellar los trozos de conejo hasta obtener un dorado intenso antes de estofarlos suavemente en caldo. La carne absorbe el sabor de la grasa de freír y el vino, y luego se desprende del hueso después de horas de cocción a fuego lento. La cocción lenta suaviza el sabor de la carne, volviéndola suave y jugosa. Mientras la olla humea a fuego lento, los aromas de ajo, cebolla salteada y grasa de panceta inundan la cocina. El nombre de este plato varía según el pueblo; los lugareños podrían llamarlo... conejo en Istria o simplemente estofado de conejo —Pero el alma de la receta es universal: reconfortante, abundante y profundamente satisfactoria.
Esta especialidad de Istria ocupa un lugar histórico en la cocina regional. Generaciones enteras han preparado estofado de conejo para reuniones familiares, cacerías de otoño y cenas navideñas. Su popularidad también refleja raíces prácticas: el conejo fue antaño una fuente de carne accesible en pequeñas granjas y se convirtió en un ingrediente preciado. En el interior de Dalmacia, las recetas con conejo evolucionaron paralelamente: algunas envuelven lomos enteros en tocino y los asan, otras guisan las paletillas en vino. Pero el método istriano de estofado al estilo gulash es el favorito cuando se desea una carne tierna y lista para comer. La salsa del estofado se equilibra a la perfección con un toque de acidez del vino o el tomate, mientras que el dulzor natural de la zanahoria y la riqueza salada de la panceta complementan cada cucharada.
La textura es importante en este guiso. Como el conejo es magro, los cocineros suelen rebozar la carne en harina antes de sellarla. Esta costra dorada ayuda a espesar la salsa posteriormente. Durante la larga cocción a fuego lento, las partículas de harina y gelatina de los huesos le dan a la salsa una textura sedosa sin necesidad de crema. Una vez listo, el guiso adquiere un tono rojizo intenso y una consistencia ideal para servir generosamente sobre un montón de pasta o un nido de njoki recién hechos. Un toque final de perejil picado o pimienta negra molida realza los sabores y añade color. En los pueblos de Istria, este plato se puede servir con un simple chucrut o verduras estofadas, que contrastan con la riqueza del plato con un toque ácido. Una copa de vino regional de Istria, a menudo un Malvasía blanco fresco o un Teran tinto claro, es el acompañamiento ideal, reflejando el equilibrio propio del guiso de notas saladas y afrutadas.
A pesar de sus humildes orígenes, el gulash de conejo transmite un aire festivo en la mesa. El aroma del guiso y el ajo se mezcla con la conversación a medida que se acerca la hora de la cena. Es un plato que invita tanto a la memoria como al apetito: cada familia tiene pequeños secretos en su receta, quizás un poco más de ajo o una pizca de mejorana, que distinguen a su gulash. En definitiva, el encanto de este guiso de conejo reside en su combinación de sencillez y complejidad. Es fácil de preparar, pero recompensa la paciencia con sus múltiples matices de sabor. Ya sea para disfrutarlo en una fresca tarde de otoño o en cualquier momento en que la temporada de caza ofrezca conejo fresco, este gulash ejemplifica el talento de Croacia para convertir la riqueza local en una comida reconfortante.
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porciones15
minutos120
minutos750
kcalEl gulash de conejo es un guiso tradicional de Istria con carne magra de conejo estofada en vino con cebolla, panceta y hierbas. La cocción suave y prolongada ablanda el conejo y da como resultado una salsa contundente. Sirva este rico guiso sobre pasta casera, ñoquis o polenta. Un toque de perejil fresco o una cucharada de crema fresca completan el plato con elegancia.
Conejo entero (1,5 kg), cortado en trozos para servir: Carne magra de caza, un clásico local. Retire el exceso de grasa y recorte cada pieza.
Panceta o tocino (100 g, cortado en cubitos): Añade grasa ahumada y sabrosa. Proporciona un sabor intenso en lugar de manteca o mantequilla. Se puede sustituir por tocino cortado en cubitos; para usar menos carne de cerdo, omitirlo o usar aceite de oliva adicional.
Cebolla (1 grande, picada): Endulza la base del guiso. Cocina hasta que esté suave y dorado.
Zanahorias (2 medianas, cortadas en cubitos): Ofrece dulzura natural y cuerpo a la salsa.
Ajo (3 dientes picados): Aromáticos picantes; dorar brevemente con cebollas.
Pasta de tomate (2 cucharadas) o tomates maduros (2, pelados y picados): Aporta profundidad y acidez. La pasta concentra el sabor; los tomates frescos aportan brillo.
Vino blanco o tinto (100 ml): Desglasa la sartén e infusiona el guiso. Un vino blanco seco como el Malvasía o un tinto como el Teran funcionan bien.
Hojas de laurel (2): Aroma terroso. Retirar antes de servir.
Romero fresco (1 ramita) o seco (1 cucharadita): Sabor a hierba de pino.
Perejil fresco (2 cucharadas, picado): Incorporar al final o espolvorear por encima.
Harina (3 cucharadas): Para espolvorear el conejo antes de sellarlo. Ayuda a espesar la salsa. La maicena o la fécula de patata pueden sustituir a la harina sin gluten.
Caldo de pollo o verduras (500 ml): Líquido del guiso; cubre la carne.
Aceite de oliva (2 cucharadas): Saltear y dorar la grasa.
Sal y pimienta: Al gusto. Añada sal con moderación hasta casi el final y luego ajuste.
Complementos opcionales: Pimentón ahumado (para dar color), mejorana o tomillo secos.
Prepara el conejo: Sazona los trozos de conejo con sal y pimienta. Espolvorea ligeramente con harina, retirando el exceso. Tiempo: 5 minutos.
Dorar la carne: Calienta 1 cucharada de aceite de oliva en una olla a fuego medio-alto. Agrega la panceta y cocina de 2 a 3 minutos hasta que la grasa se derrita. Aparta y agrega el conejo por tandas. Dora cada pieza de 3 a 4 minutos por cada lado. Retira la carne y la panceta a un plato. Tiempo: 10 minutos.
Verduras salteadas: Baja el fuego a medio. En la misma olla con la grasa sobrante, añade el aceite restante si es necesario. Incorpora la cebolla, la zanahoria y el ajo. Saltea durante 5 minutos hasta que los bordes se caramelicen.
Desglasar: Vierta el vino y raspe los restos dorados del fondo de la olla. Añada la pasta de tomate y cocine 2 minutos, removiendo, hasta que se oscurezca ligeramente. Regrese el conejo y la panceta a la olla.
Añade las hierbas y el caldo: Incorpore las hojas de laurel y el romero. Vierta el caldo sobre la carne, cubriéndola apenas. Deje que hierva suavemente.
Hervir a fuego lento: Tape, reduzca el fuego y cocine a fuego lento durante 90 a 120 minutos, hasta que el conejo esté tierno. Remueva de vez en cuando. Tiempo: 1½–2 horas.
Salsa final: Cuando la carne esté tierna, retire el laurel y el romero. Si la salsa está líquida, destape y cocine a fuego lento de 5 a 10 minutos más para reducir. Pruebe y ajuste la sal y la pimienta. Incorpore el perejil picado fuera del fuego.
Atender: Sirva el conejo y la salsa en una fuente. Acompañe con pasta cocida, ñoquis o puré de papas. Decore con perejil o queso rallado. Tiempo: 5 minutos.
Calorías | Carbohidratos | Proteína | Gordo | Fibra | Sodio | Alérgenos |
747 kcal | 24 gramos | 53 gramos | 29 gramos | 3 gramos | 221 mg | Gluten (harina) |
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