Lugares sagrados: los destinos más espirituales del mundo
Examinando su importancia histórica, impacto cultural y atractivo irresistible, el artículo explora los sitios espirituales más venerados del mundo. Desde edificios antiguos hasta asombrosos…
Los Varaždinski klipići (pronunciado kla-pi-chi) son unos legendarios panecillos de mantequilla con forma de medialuna que reciben su nombre de la ciudad de Varaždin, en el norte de Croacia. Conocidos como "panecillos Varaždin", estos tiernos pasteles con levadura son tan especiales que cuentan con Indicación Geográfica Protegida en Croacia. Los klipići se elaboran con una masa enriquecida con harina de trigo, leche, aceite y levadura fresca. A diferencia de los croissants tradicionales, se forman pequeñas bolas de masa formando óvalos alargados (de unos 25 cm de largo) que luego se enrollan para darles su forma distintiva. Un baño de huevo y unas semillas espolvoreadas, generalmente de sésamo o nigella, les dan una corteza dorada.
Tradicionalmente disfrutados calientes, los Varaždin klipići tienen una miga suave y flexible y una superficie ligeramente brillante. A pesar de sus ingredientes sencillos, su elaboración requiere paciencia: la masa se amasa durante un buen rato hasta que adquiere una textura sedosa y luego se deja levar tres veces. Esto da como resultado unos panecillos increíblemente ligeros ("mekano i podatno" en croata) que casi se deshacen en la boca.
Los klipići se pueden servir solos como panecillo para desayunar o como tentempié, a menudo con mantequilla, queso o mermelada. En las panaderías y cocinas de Varaždin, el aroma de la masa leudada es una rutina matutina muy apreciada. También existen variantes creativas: una versión popular es klipići de jamón y queso (con jamón y queso enrollados), así como pasteles más dulces elaborados con azúcar y pasas. Sea cual sea su sabor, los Varaždinski klipići son un icono cultural de la rica tradición panadera de la región: un pan sencillo que se enriquece con la técnica y la historia de la comunidad.
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minutosEstos klipići de Varaždin se preparan con una masa similar a la del brioche, enriquecida con leche y aceite. Tras disolver la levadura en leche tibia, se amasa a mano hasta obtener una masa suave y elástica. Tras un levado inicial, se divide en unas 30 piezas, cada una de las cuales se extiende a mano formando una fina tira ovalada y luego se enrolla en forma de medialuna. Los klipići ya ensamblados vuelven a levar brevemente, se pintan con huevo batido y se espolvorean con semillas de sésamo antes de hornearlos hasta que estén dorados. El resultado son unos panecillos suaves y ligeramente brillantes, perfectos para el desayuno o como acompañamiento de sopas y ensaladas. Planificar con antelación es fundamental, ya que la masa necesita varios periodos de reposo, pero la recompensa es un panecillo esponjoso y fácil de desmoldar, diferente a cualquier panecillo común.
Harina para todo uso: 4 tazas (500 g). (Las recetas tradicionales usan una mezcla de harina de pan dura y harina blanda; la harina común funciona bien).
Levadura fresca: 2 cubos (80 g en total) o su equivalente en polvo activo (aproximadamente 2,5 cucharadas). La levadura asegura una buena fermentación.
Leche tibia: 2 ½ tazas (600 ml). Calentar (no caliente) para activar la levadura. La leche entera aporta riqueza.
Aceite vegetal: 1 taza (250 ml). El aceite neutro (de girasol o canola) produce una miga suave. Se puede usar aceite de oliva, pero el de girasol es el tradicional.
Azúcar: 1 cucharada. Alimenta la levadura y añade un toque de dulzura.
Sal: 1½ cucharadas de condimento para la masa (sí, bastante para equilibrar la consistencia).
Huevos: 1 yema de huevo grande (para pintar) + 1 yema de huevo batida (opcional) (ver paso 6). El huevo batido deja una corteza brillante.
Semillas de sésamo o semillas de nigella: 2 cucharadas. Para espolvorear por encima (también sirven semillas de sésamo blanco o negro, alcaravea o amapola).
Mantequilla (opcional): 2 cucharadas derretidas, para pincelar después de hornear (opcional, para mayor sabor y brillo).
Activar la levadura: En un tazón pequeño, disuelva la levadura fresca y 1 cucharada de azúcar en aproximadamente 100 ml de leche tibia. Remueva suavemente y deje reposar de 15 a 20 minutos hasta que la mezcla esté espumosa y burbujeante. Esto confirmará que la levadura está activa. Tiempo: 20 minutos (la mayor parte de espera).
Formar la masa: En un tazón grande, mezcle la harina con 1½ cucharadas de sal. Vierta el aceite, la mezcla de levadura espumosa y luego el resto de la leche tibia. Remueva con una cuchara de madera para integrar. Una vez que la masa comience a formarse, transfiérala a una superficie enharinada. Amase vigorosamente con ambas manos hasta que la masa esté suave, elástica y no pegajosa, aproximadamente 10 minutos en total. (También puede amasar en una batidora de pedestal con el gancho para masa a baja velocidad durante unos 7 minutos, si tiene). Tiempo: 10 minutos de amasado.
Primer ascenso: Vuelve a colocar la bola de masa en el bol (engrasa ligeramente el bol si es necesario). Cúbrela ligeramente con un paño húmedo o film transparente y déjala levar en un lugar cálido hasta que doble su volumen (unos 45 minutos). Un horno caliente (apagado) puede acelerar el proceso. Tiempo: 45 minutos.
Dividir la masa: Golpea la masa levada. Sobre una superficie limpia y engrasada (o una encimera bien enharinada), divide la masa con las manos en 25-30 porciones iguales (cada una de 60-70 g). Forma una bola suave con cada porción. Cubre las bolas y déjalas reposar de 10 a 15 minutos; esto relaja el gluten y facilita el amasado. Tiempo: 10 minutos.
Forma del clip: Trabajando una bola a la vez, presiónela hasta formar un óvalo (de unos 10 × 25 cm) con un rodillo. No la estire con fuerza; simplemente aplánela suavemente. Si la masa se resiste, déjela reposar más tiempo. Empezando por el extremo ancho, enrolle la tira de masa hacia usted, estirándola ligeramente hasta que la longitud final sea de unos 20-25 cm. Cierre los bordes con los dedos. Para formar el rizo clásico, meta un extremo debajo del otro o simplemente extienda el rollo sobre una bandeja para hornear. Coloque el rollo formado sobre una bandeja forrada con papel vegetal. Repita con las demás bolas de masa. Tiempo: 15 minutos de moldeado.
Segunda subida y temporada: Cubre los panecillos con un paño y déjalos reposar de nuevo durante unos 15-20 minutos, solo para que se inflen un poco. Mientras tanto, precalienta el horno a 200 °C. Pincela ligeramente cada panecillo con huevo batido (puedes añadir una cucharadita de leche para facilitar el cepillado). Espolvorea generosamente con semillas de sésamo o de nigella. Tiempo: 20 minutos (incluido precalentamiento del horno).
Hornear: Hornee los panecillos a 200 °C (400 °F) durante 17 a 20 minutos, hasta que estén inflados y dorados por encima. Evite hornearlos demasiado, ya que deben quedar suaves, no crujientes. Si los panecillos se doran demasiado rápido, reduzca la temperatura a 15 °C (25 °F) o cúbralos con papel aluminio después de 15 minutos. Tiempo: 17–20 minutos.
Finalizar: Retirar del horno. Opcionalmente, pincelar los panecillos calientes con un poco de mantequilla derretida para darles más brillo y sabor. Dejar enfriar un poco en el molde durante unos 5 minutos antes de transferirlos a una rejilla. Servir calientes.
Nutrición | Cantidad |
Calorías | 210 kcal |
Carbohidratos | 28 gramos |
Proteína | 5 gramos |
Gordo | 9 gramos |
Fibra | 1 gramo |
Sodio | 330 mg |
Alérgenos | Contiene trigo (gluten), lácteos (leche, mantequilla), huevos y semillas de sésamo. |
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