Las 10 mejores ciudades de fiesta de Europa
Descubra la vibrante vida nocturna de las ciudades más fascinantes de Europa y viaje a destinos inolvidables. Desde la vibrante belleza de Londres hasta la emocionante energía…
En muchos hogares croatas, la mesa navideña nunca está completa sin dos panes trenzados: nogal (rollo de nueces) y campo de amapolas (Panecillo de semillas de amapola). A pesar de la diferencia en el relleno, a menudo se hornean uno al lado del otro, como si fueran dos bizcochos idénticos que comparten la misma rica masa de levadura. Tradicionalmente reservados para las celebraciones de Navidad y Pascua, estos panes dulces son apreciados por su miga tierna y mantecosa y sus rellenos profundamente aromáticos. Uno presenta cálidos matices terrosos de nuez caramelizada y vainilla, mientras que el otro presenta suaves notas de semillas de amapola maceradas en leche y azúcar.
Este pastel tiene tanto de nostalgia como de sabor. Muchas recetas traen a la mente tradiciones familiares: algunas abuelas cascaban nueces de jardín una a una con un viejo cascanueces, o molían semillas de amapola a mano hasta que estaban tan finas como la harina. La masa en sí es un trabajo hecho con cariño: se enriquece con huevos, mantequilla y leche hasta que queda sedosa y elástica, se amasa y se deja levar hasta que casi duplica su tamaño. Cuenta la leyenda que lo más difícil es esperar: los panecillos deben enfriarse por completo antes de cortarlos, o eso dice la leyenda.
¿Qué hace? nogal y campo de amapolas Tan memorable es esta mezcla de ingredientes sencillos y una elaboración meticulosa. Al cortarlos, cada porción revela una espiral perfecta de relleno. En un solo bocado, se puede saborear la nuez y un toque de vainilla; en el siguiente, el suave crujido de las semillas de amapola y la dulzura del azúcar. A menudo, cada pan se glasea con un simple jarabe de azúcar recién salido del horno, lo que le da a la corteza un brillo delicado. Entre sorbos de té negro o tazas de leche tibia, estos pasteles reconfortan con cada bocado de espiral de masa.
Esta tradición de doble propósito refleja la sabiduría popular: dos sabores para un mismo festín. En algunas familias, las semillas de amapola se pueden ablandar con una cucharada de mermelada de albaricoque o una gota de jarabe de rosa mosqueta para un aroma más intenso, mientras que el relleno de nueces suele llevar una pizca de canela o ralladura de limón para darle un toque más brillante. La masa siempre se enriquece, lo que nos recuerda que no es un pan cualquiera. Muchos panaderos aún combinan levadura fresca con leche tibia, amasando hasta obtener una mezcla suave y esponjosa.
Una vez horneados y fragantes, los panecillos suelen recibir un glaseado suave. Algunos vierten un almíbar ligero (simplemente azúcar y agua) sobre los panes calientes para que la corteza quede tierna y pegajosa; otros prefieren espolvorearlo con azúcar glas. El resultado es siempre luminoso y apetecible: una corteza crujiente pero tierna que envuelve la suave espiral interior. nogal or campo de amapolas es un acto ceremonial de paciencia, que recompensa a quienes esperan con la revelación del remolino del relleno.
En la mesa, estos panes combinan a la perfección con un café negro fuerte, un té caliente o incluso un vaso de leche fría. Cada pieza tiene un toque de tradición: cada bocado lleva un toque de cítricos o especias, la riqueza de la mantequilla y el huevo, y el inconfundible sabor de las nueces o las semillas de amapola. Si bien esta receta se centra en los ingredientes, también se centra en la familia y los recuerdos. Cada festividad, cuando estos panes reaparecen, nos recuerdan a los abuelos que les enseñaron a amasar y a compartir la tradición con sus seres queridos.
12
porciones40
minutos45
minutos425
kcal120
minutosEl orahnjača (rollo de nueces) y el makovnjača (rollo de semillas de amapola) son panes dulces croatas clásicos, tradicionalmente elaborados para Navidad y Pascua. Esta receta utiliza una rica masa de levadura enriquecida con mantequilla, huevos y leche, dividida en dos panes. Uno se unta con un cremoso relleno de nueces y azúcar, especiado con vainilla y ralladura de cítricos; el otro se rellena con una dulce pasta de semillas de amapola humedecida con leche y mermelada. Cada pan se enrolla firmemente, se pinta con huevo batido o almíbar y se hornea hasta que esté dorado. Una vez fríos y espolvoreados con azúcar, al cortar cada pan se descubre una tierna espiral de relleno. Ricos y aromáticos, estos panecillos combinan a la perfección con café o té, aportando un toque cálido y festivo a cualquier mesa.
550 g de harina para todo uso (aproximadamente 4½ tazas; tamizada): use harina blanca fuerte para un mejor levado.
250 ml de leche tibia (aproximadamente 1 taza): activa la levadura; en caso de necesidad, también puede usarse leche vegetal.
7 g de levadura seca activa (aproximadamente 2¼ cucharaditas; un paquete) – para leudar el pan.
70 g de azúcar granulada (¼ de taza) – endulza la masa.
70 ml de aceite neutro (¼ de taza; o sustituya 30 g de mantequilla derretida por manteca de cerdo): aporta riqueza.
30 g de mantequilla ablandada (para enriquecer la masa) (o utilizar mantequilla vegetal).
1 huevo grande más 1 yema de huevo, batidos (para dar estructura y humedad).
½ cucharadita de sal: equilibra el dulzor.
300 g de nueces finamente molidas (aproximadamente 3 tazas) – para un sabor tostado.
100 g de azúcar granulada (½ taza) – endulza el relleno.
1 cucharada de miel: agrega humedad (se puede sustituir por azúcar morena o jarabe de arce).
1 cucharadita de canela molida (opcional): calienta el sabor.
1 cucharadita de extracto de vainilla: profundiza el sabor (o 1 cucharadita de azúcar de vainilla).
150 ml de leche (⅔ de taza) – para formar una pasta espesa; use más si es necesario.
200 g de semillas de amapola molidas (aproximadamente 1½ tazas), recién molidas para obtener un mejor sabor.
80 g de azúcar granulada (⅓ de taza): endulza el relleno de amapola.
2 cucharadas de mermelada de albaricoque (o miel): mantiene el relleno húmedo (opcional).
1 cucharadita de extracto de vainilla – para aroma.
150 ml de leche (⅔ de taza) – para humedecer la amapola (ajustar la consistencia).
1 huevo batido con 2 cucharadas de leche – para pintar con huevo (pintar antes de hornear para darle brillo).
O 50 g de azúcar + 50 ml de agua, cocido a fuego lento: un jarabe de azúcar simple para pincelar sobre panecillos calientes y lograr un acabado brillante.
Prueba de la levadura (10 min): Revuelve la leche tibia, la levadura y una pizca de azúcar en un tazón pequeño hasta que esté espumosa. Deja reposar hasta que se formen burbujas en la superficie.
Preparar la masa (15 min): En un tazón grande, mezcle la harina, el azúcar y la sal. Agregue la mezcla de levadura espumosa, los huevos, el aceite y la mantequilla ablandada. Revuelva hasta formar una masa grumosa. Transfiera la masa a una superficie enharinada y amase durante unos 10 minutos, hasta obtener una masa suave y elástica.
Primer ascenso (1–2 horas): Coloque la masa en un recipiente engrasado, cúbrala con un paño o film transparente y déjela reposar en un lugar cálido hasta que doble su tamaño.
Preparar el relleno de amapola (5 min): Combine las semillas de amapola molidas, el azúcar y la mermelada en un tazón. Incorpore gradualmente la leche caliente, revolviendo hasta formar una pasta espesa.
Preparar el relleno de nueces (5 min): En otro tazón, mezcla las nueces molidas, el azúcar y la canela. Agrega la vainilla, la miel y la leche, revolviendo hasta obtener una mezcla homogénea.
Dar forma a los rollitos (15 min): Presiona la masa levada y divídela en dos porciones iguales. Sobre una superficie ligeramente enharinada, extiende una porción formando un rectángulo de unos 30×20 cm. Extiende el relleno de amapola uniformemente sobre ella, dejando un pequeño borde. Enrolla firmemente desde un extremo corto; presiona la costura para sellar. Repite con la segunda porción de masa y el relleno de nueces. Transfiere ambos rollos a una bandeja para hornear forrada con papel vegetal.
Segunda subida (30 min): Cubre el molde con un paño y deja reposar los panes durante 20-30 minutos más. Mientras tanto, precalienta el horno a 180 °C (350 °F).
Hornear (45–50 min): Pincele cada pan con huevo batido o leche. Hornee hasta que esté bien dorado, unos 45 minutos. Si la superficie se dora demasiado rápido, cúbrala ligeramente con papel aluminio.
Terminar y enfriar (10 min de enfriamiento): (Opcional) Pincele los panecillos calientes con jarabe de azúcar para darles un brillo extra. Deje enfriar completamente los panes en el molde (al menos 1 hora) antes de cortarlos para fijar la espiral y evitar que se desmoronen. Espolvoree las rebanadas con azúcar glas antes de servir.
Calorías | Carbohidratos | Proteína | Gordo | Fibra | Sodio | Alérgenos |
425 kcal | 49 gramos | 10 gramos | 22 gramos | 4 gramos | 100 mg | Trigo, lácteos, huevos, nueces |
Descubra la vibrante vida nocturna de las ciudades más fascinantes de Europa y viaje a destinos inolvidables. Desde la vibrante belleza de Londres hasta la emocionante energía…
Aunque muchas de las magníficas ciudades de Europa siguen eclipsadas por sus homólogas más conocidas, es un tesoro de ciudades encantadas. Desde el atractivo artístico…
Con sus románticos canales, su asombrosa arquitectura y su gran relevancia histórica, Venecia, una encantadora ciudad a orillas del mar Adriático, fascina a sus visitantes. El gran centro de esta…
Grecia es un destino popular para quienes buscan unas vacaciones de playa más liberadas, gracias a su abundancia de tesoros costeros y sitios históricos de fama mundial, fascinantes…
Examinando su importancia histórica, impacto cultural y atractivo irresistible, el artículo explora los sitios espirituales más venerados del mundo. Desde edificios antiguos hasta asombrosos…