Lugares sagrados: los destinos más espirituales del mundo
Examinando su importancia histórica, impacto cultural y atractivo irresistible, el artículo explora los sitios espirituales más venerados del mundo. Desde edificios antiguos hasta asombrosos…
En lo profundo de la región de Međimurje, en el norte de Croacia, hay un pastel que es casi demasiado decadente para creerlo: Međimurje gibanicaA diferencia de un pastel con un solo relleno, este es un festín de cuatro sabores, apilados en capas alternas de masa filo finísima. El nombre simplemente significa "pastel" o "pastel" en el dialecto local, pero una sola probada te dice que no es un postre cualquiera. El pastel se elabora sobre láminas de filo doradas untadas con mantequilla, cada capa contiene uno de los cuatro rellenos tradicionales: pasta dulce de semillas de amapola, mezcla de requesón ácido, relleno de nueces molidas y manzanas ácidas con canela. Cada bocado de gibanica evoca la calidez hogareña, con la familiaridad del requesón, la manzana, las nueces y las semillas de amapola.
Este pastel está profundamente ligado a la tradición local: originalmente se preparaba para ocasiones especiales y reuniones familiares. De hecho, los habitantes de Međimurje se enorgullecen tanto de su gibanica que a veces se celebran concursos para elegir el pastel más grande y perfecto en las ferias del condado. Similar a la vecina Eslovenia. Prekmurje gibanicaLa versión de Međimurje usa pasta filo (en lugar de masa quebrada) y tiene menos capas, pero más gruesas. Al hornearse, se pincela la superficie con crema agria o huevo, lo que le da un glaseado cremoso y un toque ácido. Cada bocado de gibanica es intensamente satisfactorio: primero se puede notar el sabor a semillas de amapola ligeramente endulzadas con azúcar, luego el sabor a crema pastelera del queso fresco, el crujido de las nueces molidas y el toque agridulce de las manzanas espolvoreadas con canela.
Lo que realmente distingue a la gibanica de Međimurska es su contraste de texturas y sabores. Las capas de masa filo son hojaldradas y crujientes, mientras que el relleno es jugoso y sustancioso. Las manzanas ralladas y la canela le aportan un brillo afrutado; el relleno de queso aporta una textura cremosa, similar a la de un pastel; las nueces aportan consistencia; y las semillas de amapola le dan un toque terroso. Tradicionalmente horneada en una sartén rectangular profunda y cortada en cuadritos, la gibanica es tan sustanciosa que con un poco cunde mucho. En días festivos se puede servir caliente, recién salida del horno, o a temperatura ambiente, a menudo con un vaso de leche fría o una cucharada de crema agria aparte. Para muchos croatas, cada rebanada es un trocito de hogar y herencia, una forma de saborear la riqueza del campo en un postre único e inolvidable.
12
porciones30
minutos40
minutos554
kcalMeđimurska gibanica es un clásico pastel croata de capas relleno de semillas de amapola, nueces, manzana y queso entre láminas de masa filo. Esta receta detalla cómo preparar cada relleno especiado y armar el pastel capa por capa. La masa filo se coloca en un molde para hornear, se unta con mantequilla y se cubre alternativamente con pasta de semillas de amapola, una mezcla de queso dulce, una mezcla de nueces y azúcar, y manzanas ralladas con especias. Después de hornear hasta que esté dorado y pincelarlo con crema agria o huevo batido, se espolvorea con azúcar glas y se corta en cuadrados. Cada bocado combina la masa hojaldrada con rellenos jugosos y ricos con texturas y sabores contrastantes, lo que lo hace perfecto para compartir en reuniones familiares. Tradicionalmente disfrutado con leche o una cucharada de crema, este postre casero y sustancioso lleva la calidez de la campiña croata a cada plato.
12 láminas de masa filo (descongeladas) – unos 400 g en total.
60 g de mantequilla sin sal, derretida para pincelar las capas (y un poco más para engrasar).
300 g de semillas de amapola molidas
100 g de azúcar granulada
200 ml de leche caliente (¾ de taza)
1 cucharadita de extracto de vainilla
2 claras de huevo (incorpórelas para obtener una textura más ligera)
500 g de queso cottage o de campesino fresco bien escurrido
2 huevos (batidos)
50 g de azúcar
1 cucharadita de extracto de vainilla
Ralladura de 1 limón
300 g de nueces molidas
100 g de azúcar
150 ml de leche caliente (⅔ taza)
1 cucharada de ron oscuro o brandy (opcional)
700 g de manzanas ácidas (peladas, sin corazón y ralladas gruesas)
60 g de azúcar
1 cucharadita de canela molida
1 cucharadita de extracto de vainilla
Preparar los rellenos: Ralla las manzanas y mézclalas con 60 g de azúcar y canela en un bol (escurre el exceso de líquido). En otro bol, mezcla las semillas de amapola con 100 g de azúcar, la vainilla y la leche caliente hasta que estén húmedas; incorpora 2 claras de huevo. En otro bol, mezcla las nueces y 100 g de azúcar; incorpora la leche caliente y el ron. En un cuarto bol, mezcla el queso, los huevos, 50 g de azúcar, la ralladura de limón y la vainilla.
Ensamblar capas: Engrase un molde de 33×23 cm. Coloque 3 láminas de masa filo, untándolas con mantequilla. Extienda el relleno de amapola uniformemente sobre ellas. Añada 2 láminas de masa filo (untando la superficie con mantequilla) y luego el relleno de queso. A continuación, añada 2 láminas untadas con mantequilla, luego el relleno de nueces y, finalmente, 2 láminas más, untadas con mantequilla, con el relleno de manzana. Cubra con las 3 láminas restantes, untándolas con mantequilla. (Montaje total: 15-20 minutos).
Hornear: Precalienta el horno a 180 °C (350 °F). Hornea la gibanica hasta que la superficie esté dorada y crujiente, aproximadamente 40 minutos. Si se dora demasiado rápido, cúbrela ligeramente con papel aluminio.
Finalizar: Deja enfriar el pastel. Espolvoréalo generosamente con azúcar glas. Córtalo en cuadritos. Sírvelo caliente o a temperatura ambiente, con leche o una cucharada de crema agria si lo deseas.
Calorías | Carbohidratos | Proteína | Gordo | Fibra | Sodio | Alérgenos |
554 kcal | 49 gramos | 17 gramos | 35 gramos | 7 gramos | 240 mg | Trigo, lácteos, huevos, frutos secos |
Examinando su importancia histórica, impacto cultural y atractivo irresistible, el artículo explora los sitios espirituales más venerados del mundo. Desde edificios antiguos hasta asombrosos…
Aunque muchas de las magníficas ciudades de Europa siguen eclipsadas por sus homólogas más conocidas, es un tesoro de ciudades encantadas. Desde el atractivo artístico…
Desde los inicios de Alejandro Magno hasta su forma moderna, la ciudad ha sido un faro de conocimiento, variedad y belleza. Su atractivo atemporal se debe a…
En un mundo repleto de destinos turísticos conocidos, algunos sitios increíbles permanecen secretos e inaccesibles para la mayoría de la gente. Para quienes son lo suficientemente aventureros como para…
Grecia es un destino popular para quienes buscan unas vacaciones de playa más liberadas, gracias a su abundancia de tesoros costeros y sitios históricos de fama mundial, fascinantes…